viernes, 15 de diciembre de 2017

SPCC CON RENTABILIDAD EXTRAORDINARIA (Parte II)

RIQUEZA EMPOBRECEDORA EN TACNA Y MOQUEGUA

ESCRIBE: JORGE MANCO ZACONETTI

Habiéndose levantado la huelga general indefinida de parte de los sindicatos representativos en la compañía minera Southern Perú Copper Corporation (SPCC), que ha tenido una duración de más de 20 días con una solución temporal acordada el 10 de diciembre pasado, es importante repensar el modelo primario exportador, pues no se han resuelto los problemas de fondo que tiene la actividad minera que no se reducen a las relaciones conflictivas con sus trabajadores, sino que corresponden a los diversos problemas con el entorno social y ambiental.

La imagen que tiene la SPCC en el  valle del Tambo por ejemplo, dificulta la viabilidad del proyecto de Tía María, por más campaña mediática que se realice en los medios de comunicación dada la pobre credibilidad que tiene la empresa. Si no convence a sus propios trabajadores incumpliendo acuerdos, por qué la población del entorno al proyecto debía confiar en los compromisos de la minera.

En tal sentido cabe interrogarse ¿Por qué encuentran tanta resistencia los proyectos mineros si son tan importantes las bondades que conlleva la minería? ¿Es la minería el motor de la economía peruana? Es acaso sustentable un crecimiento económico altamente dependiente de los precios internacionales de las materias primas como los precios del cobre y oro que constituyen el grueso de las exportaciones mineras.

En resumen, la cuestión de fondo es preguntarse si la minería contribuye con el desarrollo de la región o más bien se desenvuelve en el marco de un crecimiento empobrecedor, donde los pasivos, las externalidades negativas superan a los factores positivos que trae consigo la actividad minera.

Ello es mucho más grave, si el propio estado no valoriza con equidad los propios yacimientos mineros. Ejemplo 1, el yacimiento de Quellaveco con reservas conocidas se “remató en menos de US $ 12.5 millones de dólares, y desde el año 1993 dicho proyecto está en el listado de las futuras inversiones. Ejemplo 2, los yacimientos de Antamina, con reservas conocidas de cobre, zinc se valorizó en menos de US $ 20 millones de dólares en 1998, y se privilegió los compromisos de inversión que fueron estimados en US $ 2,500 millones de dólares.

En verdad, la lista sería larga si se analiza la transferencia de riqueza desde el estado al sector privado, de los activos, empresas públicas a precio de remate, yacimientos mediante el proceso de privatización de la actividad empresarial del estado, llevado a cabo por el fujimorismo en la década de los noventa del siglo pasado, con una alta dosis de corrupción, la misma que hoy sacude al país.

Corrupción que como un cáncer ha hecho “metástasis”  que se ha expandido por la sociedad y economía peruana, donde será difícilmente extirpada por la profundidad, extensión, y órganos comprometidos. No basta una cirugía mayor ni baños de quimioterapia a un enfermo como el Perú que necesita grandes remedios y soluciones. Por ello, que actualidad tiene la afirmación del gran tribuno Manuel González Prada cuando afirmaba que “el Perú es un enfermo que donde se pone el dedo salta la pus”

UNA MINERÍA RENTABLE

A pesar de todos los cuestionamientos que pudiéramos hacer a la actividad minera formal, en especial a la gran minería, sí podemos afirmar que contribuye de manera significativa no con el desarrollo económico sino con la generación de ingresos fiscales, empresariales, y familiares que posibilitarían alcanzar un mayor bienestar.

Sirva para ello un análisis histórico expuestos en un cuadro resumen sobre los “Ingresos, Rentabilidad y Aportaciones Tributarias de Southern Peru Copper Corporation entre el 2004 al 2016” donde se muestra la riqueza generada medida en términos de ingresos por ventas en trece años.

En el período mencionado la SPCC ha obtenido ingresos acumulados del orden de US $ 33 mil millones de dólares por las ventas de cobre fino, plata, oro, molibdeno y ácido sulfúrico realizadas básicamente al mercado mundial.

Para el mismo período la empresa ha obtenido utilidades operativas de US $ 17.3 mil millones de dólares, y utilidades netas del orden por US $ 11.2 mil millones. No está en discusión cuántos de estos montos son reinvertidos ni cuántos son repatriados al Grupo México que tiene a la familia Larrea como principal accionista.

Por último, a este nivel, estimamos los montos señalados como depreciaciones y amortizaciones en el período 2004/2016. Tanto las depreciaciones como las amortizaciones constituyen partidas que se cargan a los costos de venta, gastos de venta y gastos administrativos, pero que no significan salida alguna de dinero de la empresa. En el fondo es una recuperación anual del valor por los capitales invertidos, que año a año se cargan a los costos. En tal sentido, forman parte del excedente económico.

A este nivel considerando años de precios del cobre buenos, años extraordinarios y de precios mediocres, podemos afirmar que SPCC en el período 2004/2016 tiene una elevada por no decir extraordinaria rentabilidad estimada por medio de la tasa o margen de la utilidad operativa. Es decir, Utilidad Operativa entre Ingresos multiplicado por cien. (US 17,314,590 / US 33,015, 148 igual a: 52.4%) esto significa que de cada 100 dólares de ingresos un poco más de 52 dólares constituyen utilidades operativas, es decir utilidades antes del pago de impuestos, intereses de deuda, participaciones de los trabajadores, y pago a los accionistas.

El mismo ejercicio con las utilidades netas. Es decir, Utilidad Netas acumuladas en el período 2004/2016  entre Ingresos multiplicado por cien. (US 11,228,678 / US 33,015,148 igual a: 34%) esto significa que de cada 100 dólares de ingresos un poco más de 34 dólares constituyen utilidades netas, es decir son las utilidades residuales, a las cuales se le han deducido todos los costos, sean los costos de ventas, las gastos de venta y administrativos, los impuestos y gastos financieros.

En el fondo esta rentabilidad operativa y neta es extraordinaria si se compara con las tasas vigentes en USA, Canadá, Australia. Ello explica porque las principales empresas transnacionales mineras operan en nuestro país. Graciosamente a ello se le denomina competitividad, pero en el fondo son los bajos costos salariales  y ambientales, lo que explica los bajos costos de producción más una permisiva y amigable tributación.

¿QUÉ PASA CON TACNA Y MOQUEGUA?

En un artículo anterior hemos señalado que las operaciones de SPCC son integradas pues los concentrados de cobre extraídos en las unidades mineras de Toquepala (Tacna), Cuajone (Moquegua), son tratados en la refinería y fundición de Ilo (Moquegua), donde se transforma el metal rojo en cobre fino con un 99.99 % de pureza, en un producto apto para la industria.

En el período considerado 2004/2016 Tacna y Moquegua son dos regiones que han percibido de manera sistemática importantes transferencias por concepto de canon y regalías mineras.

En el caso del canon minero que constituye una renta derivada pues el canon depende del impuesto a la renta pagado por el titular minero. Así, por norma vigente el 50 % del impuesto a la renta abonado por el titular minero y captado por el fisco se transforma en canon minero que se distribuye entre los gobiernos regionales y gobiernos locales más universidades públicas.

En el período mencionado el canon minero captado por ambas regiones ha sido de US $ 2,532 millones de dólares, de los cuales Tacna retuvo US $ 1,162 millones y Moquegua US $ 1,370 millones.

Asumiendo que el 100 % del canon minero distribuido en Tacna y Moquegua en el período considerado se debe al impuesto a la renta pagado por la SPCC, podemos considerar que si el 50 % distribuido como canon minero en el período arribó a la suma de US $ 2,532 millones de dólares, el otro 50 % restante lo capta el fisco. Por tanto, lo captado por el estado por concepto de impuesto a la renta sumaría un monto cercano a los US $ 5,064 millones de dólares.

Esto significa que la empresa minera SPCC que tiene una pésima imagen abonó al fisco entre el 2004 al 2016 un total por concepto a la renta del orden de los US $ 5,064 millones de dólares, que confrontados con los ingresos acumulados de US $ 33,015 millones, representan una presión fiscal del orden del 15.3 %

Esto equivaldría a decir la SPCC de cada 100 dólares de ingresos por ventas, un poco más de 15 dólares constituyen impuestos a la renta, de los cuales el 50 % se transfiere como canon minero.

Por último, ambos departamentos Tacna y Moquegua han percibido por concepto de regalías mineras transferidas en el período 2005/2016 un monto total de US $ 590 millones, distribuidas en US $ 313 millones para la región moqueguana y US $ 276 millones para el departamento tacneño. Estos montos al igual que el canon minero también se distribuyen entre los gobiernos regionales, el distrito productor, los municipios provinciales y distritales de cada departamento.

Debiera ser evidente que no estamos considerando en este ejercicio el denominado impuesto extraordinario que están obligadas a pagar las empresas mineras que no tienen contratos de estabilidad jurídica ni tributaria firmados con el estado como sería el caso de la SPCC en razón de la antigüedad de sus operaciones. El llamado impuesto especial o extraordinario al ser definido como gasto tributario, es deducible del impuesto a la renta, y lo capta el estado central, es decir no se distribuye en las regiones generadoras de renta minera.

Igualmente en el período mencionado no estamos considerando el llamado “aporte voluntario” más conocido como el óbolo minero de Alan García, que tuvo una vigencia entre el 2006 y el 2011. Tampoco estamos considerando los derechos de vigencia mineros que abonan las mineras que como la SPCC paga un promedio de US$ 3 dólares por hectárea ubicada en sus concesiones.

Debiera ser evidente que sumadas todas las transferencias vía canon, regalías, aporte voluntario, derechos de vigencia, inversiones de responsabilidad social, la contribución social de la actividad minera a las regiones como en el caso de SPCC sería mayor. Sin embargo, ¿por qué tan cuestionada y pobre imagen?

EPÍLOGO

En el período considerado tanto los departamentos de Tacna Y Moquegua por concepto de canon minero y regalías han captado US $ 3,122 millones de dólares un promedio anual de US $ 240 millones de los cuales el 55 % lo capta Moquegua y la diferencia 45% el departamento tacneño.

Lamentablemente parte de estos montos transferidos han sido gastados con una alta dosis de corrupción, la misma que reproduce de manera local y regional el fenómeno de Odebrecht, con lo cual se ha perdido una oportunidad histórica de un mayor bienestar para la población.

A pesar de ello, no es una casualidad que tanto  Tacna como Moquegua sean los departamentos conjuntamente con Arequipa las regiones con el más alto índice de desarrollo humano (IDH) después de Lima-Callao. En gran parte ello se explica por los ingresos directos e indirectos generados por la actividad minera.

Si a los US $ 240 millones de dólares captados como canon y regalías como promedio anual entre el 2004/2016, se sumaran los US$ 230 millones de dólares anuales correspondientes al gasto de personal de la SPCC, pues la mayor proporción de trabajadores se reproducen en Tacna y Moquegua podemos captar el efecto riqueza que genera la minería en las regiones, ello sin contar con las inversiones y compras en bienes y servicios.

Sin embargo, esta riqueza generada por la actividad minera no ha servido para el fomento de un desarrollo sostenible en las regiones involucradas que no han resuelto el problema central, la dotación de agua segura y oportuna, de allí la plena vigencia de las sabias palabras del patriarca de la minería peruana don Alberto Benavides de la Quintana cuando suscribía la tesis que: “la minería debe sembrar agua”


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