viernes, 26 de enero de 2018

José B. Sepúlveda, héroe peruano

Por: Luis Siabala Valer

Exordio: En estos días de turbulencia parlamentaria se habla mucho del apellido de origen chileno Sepúlveda, hay posiblemente un correlato familiar con quien murió al frente de una sección de la caballería peruana que quiero recordar con motivo de la Guerra del Salitre (1879-1883)

Tarapacá, Nov. 06, 1879. 10:00 horas
Acción en Pampa Germania

Despejada la espesa camanchaca, forma local de llamar a la densa neblina que suele velar el desierto en las madrugadas y primeras horas del día en esas meridionales latitudes, es posible observar entonces la pampa que se extiende rutilante de S/N y O/E con zonas de cerrillada agreste y oquedades producto de la intensa extracción del caliche.

La avanzadilla, una pareja de jinetes peruanos, desde un altozano a vista de anteojo, emite señas reglamentarias informando terreno despejado de tropa enemiga.

La sección de la caballería peruana, 44 jinetes provistos de rifles, destacamento tomado del Regimiento Húsares de Junín N° 1 al mando del teniente coronel Juan Buenaventura Sepúlveda y su similar del regimiento boliviano Bolívar N° 1 del Húsares, armados de sables que conduce el comandante Soto avanzan entonces seguros rumbo al norte procedentes del puerto de Iquique de donde venían; el jefe peruano después de tomar breve contacto con las tropas del general Juan Buendía jefe de la importante plaza, capital de la Provincia Litoral de Tarapacá, sede de un importante contingente de tropa y equipo, continuó su avance de exploración hacia su destino, lo habían hecho en marchas forzadas por Pozo Almonte con dirección a Pisagua, vía Agua Santa y a esa hora hacían un alto horario a la vista de Pampa Germania, antigua oficina salitrera de las que por entonces habían establecidas.

En esta inteligencia, el jefe del destacamento dispuso las seguridades de ordenanza para descansar las agotadas tropas a las que se ordenó en parte desmontar y desensillar. Así los 90 jinetes llegan y hacen alto al abrigo de una considerable depresión del terreno cuyos bordes ocultan hombres y caballada. La tropa apeada, fijados los vigías y separadas las acémilas en lugar adecuado, se dispone un descanso. Sepúlveda ordena toque de llamada y de inmediato el clarín con sus agudos tonos llena el silencio de aquella zona donde el sol aviva su calor paulatinamente. Los oficiales apuran el paso para recibir instrucciones.

Con la expectación del encuentro de algún regimiento chileno, se colocan centinelas con vista al N y al NO, lógicos caminos de ruta de colisión por lo que se afina la mirada sobre cualquier polvareda o señal del avance del enemigo para detener de inmediato su proyección en pos del campamento aliado, sede del grueso de las tropas aliadas, cuyo punto más importante gravita al norte en el oasis o pozo de Dolores, frente al cerro de San Francisco.

A su vez, en la necesidad de explorar la zona peruana después del desembarco y toma de Pisagua, el coronel chileno, Francisco Sotomayor ordenó al miliciano Francisco Vergara, con grado de teniente coronel, la comisión de explorar el sur de la pampa con unidades de avanzada de la caballería chilena y dejar expedito el terreno a las tropas de infantería y artillería que ya estaban dispuestas en el oasis de Dolores al que había arribado en ferrocarril desde Pisagua donde se produjo un sangriento desembarco.

Era el caso que los contendientes desconocían mutuamente sus posiciones, Sepúlveda ignoraba la pérdida de Pisagua y el desembarco con avance por ferrocarril de las tropas chilenas y su acomodo en los flancos y la cima del cerro San Francisco; el enemigo invasor en expectativa nada sabía lo concerniente al puerto de Iquique donde suponía que aún permanecía el ejército al mando del general peruano Juan Buendía, contingente importante por su efectivo y armamento.

Marchas de posible colisión

Distancia desde Iquique, Pozo Almonte hasta Pampa Germania: 76 Km recorridos a marchas forzadas por los exploradores aliados de Sepúlveda.

Distancia desde el campamento aliado de Dolores, frente al cerro de San Francisco, ocupado por los chilenos hasta Pampa Germania: 30.5 Km recorridos por los exploradores chilenos de Vergara.

Vergara, en la intuición que los aliados hubiesen hecho lo propio de avanzar desde el Sur en demanda de los chilenos sabía que en cualquier punto equidistante de máxima referencia habría necesariamente que sostener un encuentro de armas. Apuró entonces el paso con las precauciones militares del caso y ordenó una avanzada de exploración la que llegó a Germania con ligera antelación de los aliados y que convenientemente oculta pudo observar aquellos movimientos de que hemos dado cuenta.

Tomando nota de la dirección de la vigilancia aliada, con hábiles jinetes en buena monta armados todos con carabinas Comblain y sables, los chilenos preparan una sorpresa que en efecto les daría buenos frutos resultado de la disciplina de la tropa, antelación y buen equipo: Vergara ordenó una finta y dejó que un piquete apareciera por el NO, mientras el grueso del escuadrón practicó un prudente rodeo para atacar a los aliados en espera de un enemigo por donde no se tenía previsto, el sur, a la par que simulaba una retirada. La acción tuvo efecto con los resultados propios de la sorpresa.

Exterminio de Pampa Germania

Al toque de generala, Sepúlveda dispuso la defensa con sus jinetes, una parte a pie y la otra a caballo y se comprometió en un vigoroso esfuerzo contra tropas de caballería que fueron apareciendo por los flancos; finalmente copados se produjo el exterminio de ese valiente escuadrón, por fuego cerrado de las carabinas chilenas y su crecido número. Los jinetes peruanos sólo tenían sable, los bolivianos únicamente fusiles y tuvieron que batirse a caballo y a culatazos. Los heridos fueron repasados y los prisioneros fusilados. El comandante Sepúlveda del Perú y el mayor Soto de Bolivia se contaron entre los muertos en batalla. Vergara dispuso perdonar la vida de un oficial aliado a quien ordenó montar y salir del desastroso escenario para que contase a los aliados, la eficacia de las armas chilenas y su acción victoriosa.
Datos biográficos del jefe peruano

(versiones coordinadas de las escasas disponibles)

Juan Buenaventura Sepúlveda Fernández nació en la hacienda La Huaca, ubicada en la provincia limeña de Cañete, el 14 de julio de 1848. Fue hijo de José Antonio Sepúlveda Aldea, capitán chileno del batallón Colchagua del Ejército Unido Restaurador que había llegado embarcado en la flota chilena con el grueso de tropas procedente de Valparaíso al mando del general San Martín con el propósito de culminar con la independencia de España, pues la fuerte guarnición realista del Perú sería una amenaza contra cualquier emancipación de América Meridional, según lo había calculado el general argentino y apoyado el general Bernardo O’Higgins; posteriormente el padre se afincó en el Perú en la provincia  de Cañete y contrajo nupcias con la dama cañetana Teresa Fernández.​

A los 22 años ingresó en la Academia Militar, optando por el arma de caballería. En 1879 era teniente coronel en el regimiento Húsares de Junín, al mando de un escuadrón del mismo y otro regimiento boliviano Húsares de Bolívar, partió de Iquique al tenerse noticia de la toma del puerto de Pisagua por el ejército chileno, siguiendo las órdenes del general Juan Buendía se encargó de cubrir la retirada aliada siendo la tropa a su mando sorprendida y derrotada por la caballería chilena al mando del coronel José Francisco Vergara en el combate librado en las inmediaciones de la oficina salitrera de Germania el 6 de noviembre de 1879, en el cual resultó muerto en combate.

El Regimiento de Caballería Blindada N° 113 acantonado en la ciudad Tacna lleva su nombre.

José Antonio Sepúlveda Aldea, el padre y su hijo Juan Buenaventura Sepúlveda Fernández (Mayores detalles, pues son escasas las fuentes)

Su historia comienza con el arribo de la expedición libertadora de San Martín al Perú y junto a él llegó el patriota chileno Bernardo O’ Higgins y Riquelme, quien brindó valiosa colaboración en la lucha por la independencia, por ello se le cedió las Haciendas Montalván y  Cuiva, que habían pertenecido a don Pedro Arredondo. En 1825, Simón Bolívar ratifica esta concesión. O’Higgins hizo traer de su patria a su hijo Demetrio quien vino acompañado de un discípulo de aulas llamado Antonio Sepúlveda Aldea. En 1838 llegó por mar al Callao de donde pasó a Cerro Azul.

Establecido en el valle, Antonio Sepúlveda, cajero de las haciendas del general O’Higgins, contrajo matrimonio con la dama cañetana Teresa Fernández, de cuya unión nació, en la Hacienda La Huaca de Cañete, José Buenaventura Sepúlveda el 14 de julio de 1848; se le bautizó en la Parroquia de la Concepción en Lima (actual local del Congreso Nacional).

El joven José Buenaventura a los 10 años se trasladó a Lima para estudiar Educación Primaria. En 1864, a los 16 años de edad retornó a Cañete para desempeñarse como mayordomo de campo de la hacienda Arona. Obedeciendo a su vocación por la carrera militar, a los 22 años ingresó a la Escuela Militar. La infausta guerra del guano y del salitre de 1879 lo encontró con el grado militar de mayor de caballería; luego fue ascendido a comandante y enviado al campo de operaciones.
El 6 de noviembre de 1879 se inmortaliza en la Batalla de Agua Santa o de Pampa Germania, hecho que alcanza un gran significado puesto que había luchado contra la patria de su padre, en defensa de la suya, el Perú, cumpliendo la promesa de luchar y defender a su patria hasta morir. Junto con él ofrendaron su vidas otros tantos, integrantes del Regimiento Húsares de Junín y Húsares de Bolívar, a quienes comandaba.

En esta acción, los jinetes chilenos dirigidos por José Francisco Vergara y Sofanor Parra vencen a la caballería aliada comandada por el teniente coronel José Sepúlveda -conforme lo tenemos narrado- en Pampa Germania, cercano al oásis Agua Santa.

La historiografía peruana y el historiador militar chileno Francisco Machuca cuentan que los chilenos simularon una retirada con el fin de sacar a los aliados de sus posiciones defensivas en la estación de Germania para luego dar la vuelta y atacar a quienes les perseguían. Con ello en superioridad numérica, con mejor armamento y cabalgaduras vencen a los aliados.

Según parte de Vergara cayeron muertos alrededor de 60 a 70 aliados, entre ellos el comandante Sepúlveda, tomando además 5 prisioneros. Los chilenos lamentaron la pérdida de 9 soldados (3 muertos y 6 heridos).

Para que estos hechos heroicos no quedaran en el olvido y perdure en la historia por generaciones, en el año 1937, se crea el Colegio José Buenaventura Sepúlveda que luego sería convertido en Gran Unidad Escolar por el presidente Odría, hoy es la Institución Educativa JBS.

Los restos del héroe cañetano fueron sepultados en el mismo campo de batalla.
En 1886, establecido el nefasto tratado de paz con Chile, el cónsul del Perú en Iquique don Guillermo Billinghurst, nombró una comisión integrada por Pedro Dávalos y Lissón, Santiago Devéscovi y Emilio Pardo Figueroa, para que identificaran los cadáveres.

Los restos exhumados en la Provincia de Tarapacá, entre los que se encontraban los de Sepúlveda, llegaron al Callao el 13 de julio de 1890, celebrándose honras fúnebres en la Iglesia Matriz de éste puerto, el gobierno declaró Duelo Nacional los días 15 y 16 de julio. Luego fueron trasladados a la Iglesia de La Merced en Lima, para sus correspondientes exequias. Llevados al Cementerio Presbítero Maestro, descansaron allí hasta 1908 y el 8 de setiembre, durante el mandato del presidente José Pardo, se inauguró la Cripta de los Héroes donde finalmente descansan en paz, con el ascenso póstumo a coronel.

Fuentes:
Parte de los datos han sido tomados, con algunas ediciones de forma, del blog de Jonatan Saona:
La Guerra del Pacífico 1879-1884 (Perú, Chile y Bolivia)

Carga de la caballería chilena:



Grabados: INTERNET, de libre disposición





viernes, 12 de enero de 2018

LA UNIVERSIDAD DE SAN MARCOS EN LA DEFENSA DE LIMA

EN SAN JUAN Y MIRAFLORES LO QUE NUNCA SE DEBE OLVIDAR

ESCRIBE: JORGE MANCO ZACONETTI

Existe una leyenda negra respecto a la defensa de Lima en la guerra que sostuvo nuestro país contra Chile e Inglaterra por el Guano y el Salitre, respecto a las jornadas del 13 y 15 de enero de 1881, cuando prácticamente el ejército profesional había sido liquidado en la Campaña del Sur a pesar de la épica victoria en Tarapacá; es más, el presidente Mariano Ignacio Prado había sido depuesto en su alta responsabilidad ante un vergonzoso viaje con sabor a traición; el insigne monitor Huáscar navegando bajo bandera chilena bloqueaba y cañoneaba puertos peruanos, y el ejército boliviano se había retirado al interior en una acción de deslealtad histórica que hasta hoy tiene lamentables consecuencias.

Prácticamente los defensores de Lima en las batallas de San Juan, Chorrillos y Miraflores se enfrentarían a un ejército profesional de más de 25 mil soldados, con apoyo de una poderosa flota, una excelente caballería y una moderna artillería con cañones Krupp probados en la guerra franco/prusiana de 1871, contando con miles de auxiliares chinos que consideraban  al capitán de navío experto en saqueos, Patricio Lynch el “Emperador Rojo”, pues como ex oficial de la marina inglesa conocía el chino mandarín, y les prometía en su idioma mejores condiciones de vida ante la cruel explotación de las haciendas de la costa peruana y las oprobiosas condiciones de los coolíes en las islas guaneras.

En esas condiciones, en noviembre de 1880 había la certeza que el ensoberbecido ejército chileno desembarcando en Chilca, en las playas de Curayacu, juntándose con la división de Lynch que avanzaba desde Pisco, en una marcha de rapiña hacia Lurín convertía en inexorable el asalto a las líneas de defensa de San Juan de más de 20 kilómetros de extensión defendida por los restos del ejército profesional y guardias nacionales de diferentes provincias del país.

Así, a partir de las primeras horas de la madrugada del 13 de enero, aprovechando la neblina y la extensión de la primera línea de defensa defendida por lo que quedaba del ejército profesional, que fue la batalla de San Juan la cual fue prácticamente  atravesada en cuestión de horas, salvo la heroica defensa del Morro Solar que recién fue tomado pasadas las 18 horas de la tarde, luego de avances y retrocesos donde en algún momento la victoria pudo favorecer a las fuerzas peruanas. En todo caso el ejército invasor tuvo un alto costo de muertos y heridos según sus propias fuentes.

Allí, en el Morro Solar que debiera ser un recinto sagrado con llama votiva las 24 horas, está ahora atravesado de antenas de TV, radios con invasiones indebidas. En el histórico Morro curiosamente pelearon tres futuros presidentes conjuntamente con los soldados y oficiales que combatieron valientemente bajo órdenes del coronel Miguel Iglesias que vio morir a su hijo mayor, el empresario tarapaqueño Guillermo Billinsghurst y el joven Augusto B. Leguía que combatía envestido en el grado de sargento.

Con la conquista de los balnearios del sur de la ciudad de Lima, la llamada capital de los virreyes, la misma que tenía en Chorrillos y Barranco, los balnearios más modernos de esta parte del Pacífico, con casinos, baños, y casas de descanso de la llamada plutocracia que se había enriquecido con la explotación mercantilista del guano. Los llamados nuevos ricos, los conocidos consignatarios que asaltaron el presupuesto público pagando cifras ridículas al estado por tonelada de guano para ser revendido al mejor precio al mercado mundial.

Ello no debiera extrañar en una República Extractivista donde la riqueza de la Nación se valoriza a precio vil, pues lo mismo sucede con el gas natural de Camisea que se exporta del lote 56, con el agua potable de pozos usufructuada por unas cuantas empresas con precios ridículos, con los recursos mineros como el cobre y el oro, donde el estado percibe miserables ingresos (regalías) por la explotación de tales recursos naturales no renovables.

MIRAFLORES: MAUSOLEO DE LOS JÓVENES

En ese contexto, con todos sus errores el Dictador Nicolás de Piérola organizó la defensa de la ciudad capital, prácticamente convocando al pueblo en armas a través de varios decretos emitidos entre junio y julio de 1880, que obligaba a toda la población no importando clase, gremio, casta y rango social a formar el llamado Ejército de Reserva, convocando a los trabajadores de oficio, a los profesionales, magistrados del poder judicial, a los estudiantes y profesores de la Universidad de San Marcos, médicos de San Fernando, abogados, ingenieros, a los banqueros y comerciantes, mineros, artesanos, y a los miembros de la administración pública.

Así, desde julio de 1880, desde las tres de tarde hasta las seis, todos los habitantes de Lima entre los 15 y 60 años estaban obligados a practicar los rudimentos de la vida militar, marchas y contramarchas, prácticas de tiro, construcción de parapetos, reductos, trincheras, e incluso defensa absurdas como artillar el cerro San Cristóbal denominada la Ciudadela Piérola, sin ningún beneficio táctico solo para alimentar la egolatría del Dictador.

A pesar de todo si algún mérito histórico tiene la figura de Don Nicolás de Piérola, llamado el Califa por su audacia, arrojo y decisión, es haber levantado un ejército de la nada, con armamento diverso, uniformado, pero con una mística que permitía la ilusión de una resistencia efectiva y hasta la posibilidad de un triunfo ante un engreído ejército, a pesar de las condiciones adversas.

En todo caso, se debe reconocer que Piérola, al igual que Ramón Castilla, terminaron en la pobreza a pesar de haber ejercido la presidencia de la República en la era de la riqueza del guano y salitre, a diferencia de los presidentes de ahora, participantes activos de la corrupción haciendo negocios privados a partir del asalto a los recursos del Estado con las privatizaciones y asociaciones público/privadas como es el caso de Fujimori, Toledo, García, Humala, y el felón de PPK.

En tal sentido, el Bando de Alistamiento General julio de (1880) firmado por el coronel Juan Martín Echenique, hijo del ex presidente Rufino Echenique, más dedicado a la guerrillas de alcoba según Manuel Gonzáles Prada, que a sus labores de prefecto del departamento de Lima y Comandante en Jefe del Ejército de Reserva, decía que: “se ha dispuesto el alistamiento en masa de todos los peruanos varones existentes en esta capital que no hayan cumplido 60 años ni sean menores de 16 (…..)

Art. 1 Todo ciudadano residente en la capital que se halle comprendido en las edades ya determinadas, se presentará a inscribirse en su respectiva división, desde el domingo 11 del presente ( julio) hasta el sábado 17 inclusive, de las 12 a las 5 horas de la tarde.”

Al respecto el art. 2 contemplaba la formación de las divisiones según el oficio, profesión y gremio. Por tanto, la Tercera División del Ejército de la Reserva estaría, “comandada por el señor coronel don Serapio Orbegoso, y que se formará de los profesores y estudiantes, (que) concurrirán a los claustros de la universidad”

Se debe tener presente que la Universidad de San Marcos físicamente funcionaría en el local conocido como la Casona del Parque Universitario después de 1860, pues antes funcionaba allí el Colegio San Carlos, un centro de estudios superiores donde también se formaba la elite intelectual del Perú y América Latina.

De allí que el batallón universitario que se formó se denominó el batallón Universitario Carolino, compuesto por cuatro compañías con plazas de 600 soldados, y cuyos oficiales eran civiles con grado militar y la participación de algunos oficiales profesionales, que se batieron bravamente en la batalla de Miraflores, con un alto costo de muertos y heridos, donde lo más selecto de la inteligencia y la juventud limeña ofrendaría su sangre en la defensa del honor y dignidad nacional.

En general, tal fue el espíritu patriótico que se formaron 10 divisiones con una brigada de artillería y caballería, de los cuales se batirían heroicamente los que defendían los primeros cuatro reductos de los nueve que mandó a construir el Dictador; tales reductos de los cuales preservamos el Nº 2, trataban de imitar la experiencia de la guerra rusa/turca que se adoptaba como modelo, con un ejército de escasa preparación, con una larga extensión por defender, y sin el armamento adecuado.

Estos reductos iban separados en menos de 900 metros y cubría lo que hoy sería parte de los distritos de Miraflores y San Borja, es bueno tener en cuenta que en ese entonces tales lugares estaban poblados con fincas, chacras, y algunas casas de descanso sobre todo a extranjeros, atravesados por acequias, tapiales propios del mundo rural.

Al margen de lo sucedido el jueves 13 en la batalla de San Juan, según testimonios de Alberto Ulloa que participó activamente, cuando describe sobre dichas batallas “… Jefes de toda graduación inundaban las avenidas del ferrocarril, formando una espantosa confusión. No provenían tantos dispersos de una división desbandada, como habíamos oído decir; era todo un ejército en fuga…” según A. Ulloa, testimonio “Lo que yo vi”

En cambio el sábado 15 de enero en lo que se conoce como la batalla de Miraflores donde participa el llamado Ejército de la Reserva, que era prácticamente el pueblo en armas, el parte del general Pedro Silva Jefe del Estado Mayor dirigido al Dictador reconoce la participación valiente y decidida de los trabajadores, comerciantes, estudiantes universitarios etc. Como se ha señalado anteriormente. Así, escribe:

“Faltaría también a mis deberes sino consignase en este oficio una palabra de aplauso justamente merecido para los Batallones Nos. 2,4,6 y 8 del Ejército de Reserva que con la serenidad de esforzados veteranos sostuvieron los reductos encomendados a su custodia sin que los desalentase el terrible espectáculo de ver caer uno tras otro a sus abnegados compañeros de armas.
Compuestos esos cuerpos de ciudadanos pertenecientes a la parte más selecta de nuestra Sociedad, y no acostumbrados por lo mismo a las penalidades y azares de la guerra, la gratitud Nacional se halla aún más obligada para con ellos” (Fuente Guerra con Chile Partes Oficiales. Editorial Los Pinos 1992, página 55).

En el mismo sentido, el coronel Andrés A. Cáceres jefe de la segunda división que tuvo una parte activa y directa en el frente de batalla, en su informe señala que: “El batallón N°. 4 de la Reserva, merece un elogio especial en debido homenaje, a su bizarría. Él fue compuesto en sus nueve décimas partes, de las clases más selectas de esta capital; y así tuvieron en él su representación el foro, la magistratura, el magisterio, la universidad, el periodismo, la banca, los propietarios, comerciantes o altos empleados civiles y jefes de taller.

“Fueron jefes 1°.,2°. y 3°. del expresado cuerpo los doctores Ramón Ribeyro, distinguido abogado, Ministro de Estado y ex-diputado del Congreso y presidente de una de sus Cámaras; y Juan Corrales Melgar, Ministro de Estado, ex-senador de la república y antiguo vista de la Aduana del Callao, ambos ya fallecidos; y don Pablo Sarria, reputado comerciante de esta plaza, que aún vive.

“El N°. 4 pertenecía a la 1ª. división del 1er. cuerpo del Ejército de Reserva, que la mandaba el Coronel D. Pedro Correa y Santiago, propietario, ex-diputado y ex-alcalde municipal de Lima; y la 1ª. división estuvo a órdenes del Coronel Dionisio Derteano, acaudalado banquero. Dicho cuerpo del ejército ocupaba el 2°. reducto, a contar de la derecha.”

“En la batalla (de Miraflores) se distinguió por su ardimiento y entusiasmo la 6ª. compañía que en su mayor parte fue compuesto de universitarios. Tenían por sargento 1ª. al ilustrado y patriota Saturnino del Castillo, quien vivía consagrado al magisterio en varios Colegios de Lima, y había ya publicado algunos textos de enseñanza, que gozaban de reputación, dándole a él, al circular provecho y renombre a la vez. …” Todos estos datos se han extraído del libro de Jenaro Herrera, catedrático de San Marcos en una Monografía publicada en 1929 por encargo del Rector Matías Manzanilla. “La Universidad de San Marcos y la Guerra del Pacífico” ( páginas 218/219)

SAN MARCOS A LA VANGUARDIA

En verdad, la participación de la Universidad de San Marcos se manifiesta desde el principio de la guerra un 5 de abril de 1879, incluso antes cuando el expansionismo chileno invade la costa boliviana. Así, llevados por el entusiasmo juvenil exigen al Rector de ese entonces Dr. Juan Antonio Ribeyro la conformación del batallón Universitario Carolino con 600 plazas para participar directamente en la Campaña del Sur, cuestión que la Comandancia General reconoce, agradece pero declina pues por la falta de preparación militar no era todavía tiempo de utilizar, como sí sucedería en la Defensa de Lima.

En cambio se adoptó el criterio de sortear entre todos los estudiantes voluntarios de la Universidad de San Marcos, para elegir a tres jóvenes que representarían a la universidad en las distintas batallas del sur, llevando el estandarte de nuestra casa de estudios. Esta bandera formaba parte del batallón Zepita que estaba bajo órdenes del coronel Andrés. A. Cáceres y dicho estandarte estuvo presente en San Francisco, Tarapacá, Alto de la Alianza, Tarapacá, San Juan, Miraflores, Concepción, Marcavalle, Pucará, y Huamachuco.

En cambio, en la Facultad de San Fernando, donde se formaban los futuros médicos la demanda de cirujanos, practicantes, auxiliares fue permanente. Tan es así que todos los buques de guerra desde el Huáscar a la Unión tenían una dotación de médicos y practicantes de la universidad. Es más, tal era la demanda que el propio Rector en la Defensa de Lima tuvo que oficiar que todos los estudiantes de medicina comprendidos entre el tercer año al séptimo estaban comprometidos en la defensa nacional, sea como practicantes, o soldados.

Prueba de esta voluntad viril, patriótica de la Universidad de San Marcos es que con el Rector, decanos de las diversas facultades, profesores y estudiantes que participaron en la defensa de Lima lo constituye los cientos de jóvenes que ofrendaron su vida en esas históricas jornadas. En especial debemos destacar la participación de la facultad de Ciencias Políticas y Administrativas la madre de la actual facultad de Ciencias Económicas, donde su decano fundador el profesor francés Pablo Pradier Fodere se convirtió en un enérgico defensor de la causa peruana en su retorno a Europa.

En la historia está demostrado que los pueblos que no rinden homenaje a sus héroes y defensores, y que no conocen su historia han de cometer los mismos errores. En tal sentido, así como ayer los jóvenes y el pueblo en armas defendieron el honor nacional ante la agresión chilena, hoy los jóvenes en especial  universitarios defienden las instituciones democráticas, la legalidad por ello luchan contra la corrupción de nuestros gobernantes y un perverso indulto presidencial que atenta contra los intereses de la República.





lunes, 8 de enero de 2018

Ganancias Extraordinarias en el Sector Bebidas

SEGÚN LA CONSULTORA EMPRESARIAL GERENS EL SECTOR BEBIDAS ESTÁ OBTENIENDO UTILIDADES EXTRAORDINARIAS EN LOS PRIMEROS NUEVE MESES DEL 2017. SE INCREMENTAN LOS INGRESOS, LA PRODUCCIÓN Y UTILIDADES PERO SE REZAGAN LOS SALARIOS.

Utilidades Extraordinarias en el sector bebidas, según la consultora empresarial Gerens en el informe publicado en el diario de Negocios Gestión del 8 de enero del 2018, en lo que va de enero a setiembre del 2017. Esto significa que con una tasa de rentabilidad patrimonial del 37.40%, es decir por cada 100 soles de patrimonio los accionistas obtienen 37.40 soles, limpios de polvo y paja. Con razón UCP Backus y Johnston ofreció un incremento de 7 soles diarios al básico, mientras los representantes de Arca Continental-Lindley ofrecen un miserable incremento de 5.20 soles al básico diario. Es decir, ofrecen menos de ¾ de kilo de pollo. ¡Que tal abuso!

La rentabilidad patrimonial del sector bebidas, donde se ubican UCP Backus, Cervesur, Arca Continental-Lindley entre otras tiene en los primeros 9 meses del 2017 una tasa de rentabilidad del 37.40%, una rentabilidad superior a la que tienen los bancos, las aseguradoras, las eléctricas e incluso las mineras. Ello se explica en gran parte por los irrisorios precios que pagan por metro cúbico de agua de pozo y a los míseros salarios pagados. ¡Toda se la llevan!

Según la prestigiada consultora empresarial Gerens la rentabilidad de las empresas del sector Bebidas está por las nubes, es decir en bonanza. En lo que va de enero a setiembre del 2017 la rentabilidad patrimonial es decir las utilidades para los accionistas está sobre el 37.40%. Es más con el verano y la estación de bebidas las ventas y utilidades se incrementarán aún más. Y pensar que el Gerente de Capital Humano de Arca Continental- Lindley difamaba al asesor económico del SINATREL de hacer terrorismo económico.



Al tercer trimestre del 2017 los ingresos por ventas siguen subiendo como espuma, es de esperar que con el mayor calor las ventas deben incrementarse. Según los voceros de la transnacional Arca Continental-Lindley la participación en el mercado nacional  es del 67 %. Por tanto cerrarán el 2017 con un record de ventas pero siguen ofreciendo salarios miserables a sus trabajadores.

El patrimonio es una partida contable del balance general que está constituido principalmente por el capital suscrito y pagado, la reserva legal y las utilidades no distribuidas. La gráfica nos expresa que el patrimonio de Arca Continental-Lindley se ha fortalecido, pero los trabajadores siguen endeudados con la empresa, y son amenazados con el despido laboral por el cierre de la Planta Callao (lock out), a pesar de la bonanza, las mayores utilidades, y está ofreciendo ridículos incentivos por un supuesto retiro voluntario. Después de ello, como pueden decir que la transnacional mexicana Arca Continental es líder internacional en las prácticas de la “responsabilidad social”.   ¡No hay nada que hacer que el papel aguanta todo!













sábado, 6 de enero de 2018

GRANDEZAS Y MISERIAS DEL METAL ROJO

¿RECUPERACIÓN DE LOS PRECIOS DEL COBRE?

ESCRIBE: JORGE MANCO ZACONETTI

El Perú en los últimos tres años ha desplazado a la China Popular en la producción mundial de cobre, ocupando el segundo lugar en la producción del metal rojo. El primer responsable de la producción global es Chile, el país del célebre protagonista de la tira cómica Condorito que tanta notoriedad ha tenido en el congreso del Perú, para vergüenza nuestra. Antes del 2006 no producíamos anualmente un millón de toneladas de cobre equivalente (TMF), y al cierre del 2017 hemos de superar los 2.5 millones de toneladas de cobre entre concentrados y finos.

El amable lector debe interrogarse ¿Qué importancia puede tener para el ciudadano de a pie que puedan mejorar los precios del cobre? ¿Cuáles son los efectos de la mayor producción cuprífera y del mejoramiento de los precios para el país? ¿Qué tan favorable y sustentable es que sigamos produciendo y exportando como en los rumberos años cincuenta del siglo pasado, concentrados de cobre, en lugar del cobre fino?

En primer lugar, se debiera tener presente que el aumento de la producción del metal rojo no es exclusivamente  un mérito empresarial ni mucho menos resultado de las leyes que supuestamente rigen el “libre mercado” que solamente existen en los libros de texto de economía.

Los ciudadanos de izquierda, derecha y centro, debieran saber que parte del esfuerzo para el aumento de la producción ha sido posible a una serie de beneficios tributarios, a una menor recaudación del fisco en relación al impuesto a la renta. Para ello las empresas mineras han hecho uso de la ley de reinversión de utilidades por el cual podían por ejemplo deducir hasta el 80 % del impuesto a la renta, siempre y cuando se reinvirtiese en la ampliación de la capacidad de planta.

Así, en lugar de pagar 100 soles de impuesto solamente abonaban 20, y a futuro con una mayor producción el estado obtendría mayores ingresos. Esta realidad constituye música celestial para las empresas, y las ampliaciones de la Mra. Cerro Verde, Mra. Antamina, Tintaya/Antapaccay, entre otras fueron posibles gracias a estos beneficios tributarios incorporados en los contratos de estabilidad jurídica y tributaria que hasta el FMI y el Banco Mundial cuestionan pues constituyen escudos fiscales a favor de las empresas e impiden una mayor recaudación de ingresos para la lucha contra la pobreza.

La justificación y hasta cierto punto el “cuento chino”, ha sido que el estado deja de percibir el impuesto a la renta en un período dado, para percibir un mayor impuesto gracias al incremento de la producción futura. En otras palabras, el incremento de la producción ha sido posible porque todos los peruanos nos ajustamos los cinturones para financiar la mayor producción.

Esto nunca lo van decir los acólitos y ayayeros de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía, que en verdad debiera cambiar de nombre y llamarse Sociedad Transnacional de Minería, Petróleo y Energía, por la participación gravitante de las grandes empresas transnacionales en el sector más importante de la economía peruana.

OTROS BENEFICIOS TRIBUTARIOS
En verdad, existen una serie de beneficios tributarios como la depreciación acelerada hasta el 20 % anual que se carga a los costos lo cual permite incrementar el flujo de caja. Igualmente como sector exportador la minería tiene el beneficio de la devolución del IGV (18%) pagado por los bienes y servicios utilizados para hacer posible la exportación. Como en la práctica el 95 % de la producción cuprífera se destina a la exportación y solamente la diferencia se queda en el mercado interno, todos los peruanos dejamos de percibir este ingreso fiscal, que buena falta nos hace.
La lógica perversa que justifica esta devolución del IGV a las empresas mineras es que en un mercado globalizado “no se exportan impuestos”. Cuando lo cierto y evidente es que más del 75 % de las transacciones mineras se realizan a través de relaciones entre matriz y filial, o entre empresas vinculadas con precios a futuro, precios de transferencias, sobrecostos etc. donde con el gran poder de mercado que tienen las empresas transnacionales se almuerzan o negocian con ventaja frente a la Sunat, el Ministerio de Energía y Minas y al propio Ministerio de Economía.

PRODUCCIÓN CHINA EN PERÚ

En segundo lugar, con la producción de concentrados de cobre al mes de octubre del 2017 frente al período similar del 2016 resulta evidente que la producción se ha incrementado de 1,943,732 entiéndase un millón novecientas cuarenta y tres mil toneladas finas a 2,013,834, léase dos millones trece mil toneladas lo cual representa una variación incremental de 3.6 %, mientras los precios de exportación del cobre han aumentado en un 29.5% para el mismo período.

A nivel de las empresas productoras de cobre que operan en el país, según lo expuesto en el “Ranking de la Producción de Concentrados de Cobre en Perú a Octubre del 2017” solamente las empresas de capitales chinos como la Mra. Las Bambas y Mra. Chinalco Perú S.A. incrementan la producción de concentrados, como se puede observar en el cuadro.

El esfuerzo significativo de Las Bambas al transitar de 266,177 toneladas a 372,022 toneladas, es decir con un incremento absoluto de más de 105 mil toneladas en el período enero/octubre del 2016 en relación al 2017, lo cual significa una variación de 39%, dice bastante del comportamiento de los capitales chinos.

Sabía usted amable lector que en última instancia el directorio de Las Bambas que opera en Apurímac y de Chinalco en Yauli/Junín está representado por los miembros del Partido Comunista Chino que de manera acelerada están aprendiendo a manejar y administras proyectos de envergadura como los que existen en nuestro país, bajo los principios del “capitalismo salvaje” de recuperación de las inversiones y ganancias aceleradas.

En el marco de la competencia y rivalidad de la China Popular con la potencia todavía hegemónica pero decadente como los Estados Unidos de Norteamérica, en el largo plazo la China tiene al Perú como una base cuprífera de la mayor importancia mundial. Es más, cuando Las Bambas y Chinalco alcancen la madurez productiva con 500 mil toneladas y 250 mil toneladas respectivamente en concentrados de cobre, prácticamente el primer productor de cobre en el Perú, será la China Comunista.

ESTADO Y RENTA MINERA

Al margen de lo que puedan decir los liberales criollos, lo cierto y evidente es que los estados como China y Chile mantienen importantes empresas estatales en la industria cuprífera, de allí que no sea una casualidad histórica que el primer productor mundial sea nuestro vecino del sur y la empresa líder a nivel global sea la Corporación Chilena de Cobre (Codelco) que tiene ella sola una producción como empresa cercana a los 2.5 millones de toneladas. Es decir, toda la producción cuprífera del Perú se equipara a la producción de la estatal Codelco.

Los liberales criollos y lobistas como PPK nunca reconocerán que parte del modelo económico exitoso chileno que prácticamente hemos copiado gracias al fujimorismo de los noventa del siglo pasado, se debe a la participación del estado en la explotación cuprífera. ¡Después de todo el respeto a las instituciones y la fuerza de la regulación estatal no se pueden imitar!

Gracias a la intervención del estado chileno, sea bajo administración de las derechas o socialistas, Codelco es una empresa que se apropia de la renta minera, que le permite obtener utilidades, impuestos, royalty (regalías) y financiar a través de la “Ley Reservada del Cobre” la modernización y armamentismo de las fuerzas armadas chilenas. Ello significa que al margen de las utilidades que genera Codelco como empresa, y los impuestos y regalías que debe abonar al fisco, aparte de ello destina el 10 % de los ingresos de exportación para la modernización de sus fuerzas armadas.

En nuestro país gracias a un cuestionado proceso de privatización en el sector minero el estado no tiene ninguna participación directa en la producción minera. Es un ente pasivo que capta solamente el impuesto a la renta, es decir lo que buenamente declaran las empresas, y otros ingresos deducibles como las regalías mineras, el impuesto extraordinario y el gravamen minero.

CONCENTRADOS VERSUS FINOS

En tercer lugar, de todas las empresas responsables de la producción de los concentrados de cobre, la única empresa que transforma localmente los concentrados extraídos en cobre fino, como alambrón de cobre, cátodos con un 99.9 % de pureza es la cuestionada Southern Perú Copper Corporation (SPCC) cuyo mayor accionista es el Grupo México.

Todas las demás sin excepción extraen concentrados de cobre que desde el punto de vista productivo constituye un proceso primario de producción, con chancado, y un procesamiento elemental, etc. Prácticamente de los 2.5 millones de toneladas solamente la producción de SPCC es integrada, un promedio de 310 mil toneladas y se exporta como cobre fino apto para la industria y transformación. Por tanto, el grueso se produce y exporta como concentrado, para ser refinado en Europa, Japón, Corea, y la propia China Popular.

Ningún liberal le va decir amable lector los millones de dólares que el estado peruano deja de percibir, pues en los concentrados de cobre, también se extraen mediante un proceso minero metalúrgico de fundición y refinación, derivados mineros como la plata, oro, molibdeno, cadmio, litio, bismuto, teluro, antimonio etc.
Estos derivados suelen estar en los concentrados de cobre, concentrados de plomo, zinc, plata de allí la importancia del proceso minero metalúrgico, un proceso industrial que permite un mayor agregado y por tanto un mejor precio.

Sin embargo, en nuestro país los liberales criollos ensimismados por el “libre mercado” que solamente existe en los libros de texto, se oponen a que el estado invierta en plantas de refino dado que ningún  privado lo haría si es que no tiene asegurado el suministro de los minerales.

Es más, lo más avanzado que se tenía del proceso minero metalúrgico como el complejo de La Oroya, está paralizado desde el 2010, gracias a las políticas privatizadoras, pues al transferirse al sector privado de manera fragmentada las unidades mineras (Cerro de Pasco, Andaychagua, San Cristóbal, Morococha, Casapalca etc.) por un lado, separadas del complejo metalúrgico se fracturaba la unidad técnica material. En otras palabras, sin minas propias el complejo metalúrgico resulta inviable en el largo plazo, al margen de las normas ambientales que se puedan imponer.

En resumen, si bien es importante y favorable para el país un mejoramiento de los precios del cobre y otros minerales, ello no es sustentable en el tiempo, pues los precios son cíclicos, volátiles, hasta cierto punto de vista especulativos. De allí, que debemos industrializar la actividad minera, y en lugar de exportar concentrados de cobre como en la época del mambo de Dámaso Pérez Prado, debiéramos producir y exportar cobre fino, como decisión soberana del Estado, que teóricamente es el titular a nombre de la Nación de los recursos naturales no renovables como los minerales.