martes, 1 de octubre de 2019

LA MALDICIÓN DEL TESORO DE ATAHUALPA


SUBE EL PRECIO DEL ORO Y DISMINUYE LA PRODUCCIÓN FORMAL

ESCRIBE: JORGE MANCO ZACONETTI

El precio internacional de la onza de oro supera ya la barrera de los US $ 1,540 dólares con tendencia al incremento gracias a la incertidumbre de la economía mundial, la proximidad de una recesión económica, menores tasas de crecimiento de la economía mundial, la extensión y profundidad de la confrontación de los Estados Unidos de Norteamérica de Trump con su bravatas frente al creciente poder emergente de la China Popular.
Mientras los precios internacionales del cobre tienden a la depresión por debajo de los US $ 2.50 la libra, los precios del oro se han disparado gracias a las funciones de reserva de valor, a su función de atesoramiento frente a la creciente riqueza financiera y especulativa que caracteriza al capitalismo del siglo XXI.
Esto que podría ser una buena noticia para la economía peruana, para apuntalar los proyectos auríferos formales no deja de ser preocupante por la mayor participación de la minería ilegal e informal en la explotación aurífera en nuestros país. ¡Ni el Apu Pariacaca, célebre nevado en Yauyos símbolo de la religiosidad andina se salva de ser explotado por la obtención del maldito oro!
MINERÍA ILEGAL
Esta minería ilegal e informal que no paga impuestos ni regalías y que contamina impunemente el medio ambiente, se extiende por todo el país como una alternativa a la pobreza campesina, pues si con precios superiores a los US $ 800 dólares la onza esta minería es rentable, con precios de US $ 1,540 es superentable.
Esta nociva actividad informal e ilegal es altamente contaminante pues en su tratamiento de separación utiliza intensivamente el mercurio, dado que existe una relación técnica, donde para obtener un kilo de oro se demanda por lo menos dos kilos y medio de mercurio que demora 100 años en disipar sus efectos nocivos.
Todo ello a  vista y paciencia de las autoridades de los gobiernos subnacionales, y organismos reguladores. Según las normas que rigen la descentralización, los gobiernos regionales son responsables de promover, fiscalizar y supervisar a la pequeña minería y minería artesanal, que se extiende como un cáncer desde las serranías de Piura hasta Puno y Madre de Dios, sin mayor crítica de las ONGs ambientalistas.
MINEM VERSUS BCRP
De allí la creciente importancia de la producción supuestamente artesanal y de la pequeña minería, pues según la información registrada en el Ministerio de Energía y Minas, la producción fiscalizada aurífera fue de 4´858 millones de onzas en el 2017 y de 4´586 millones de onzas en el 2018 respectivamente. Ver cuadro “Perú: Ranking de la Producción de Concentrados de Oro expresados en miles de onzas finas”
Esta producción formalmente registrada en el ministerio del sector se contradice gravemente con la producción aurífera que se exporta según el propio Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), como hemos señalado en otros artículos.
Se hace evidente la grave informalidad en la producción de oro, pues según el BCR) se estiman los volúmenes de oro exportado en el 2017 en el orden de los 6´494 millones de onzas finas troy, y de 6´498 millones de onzas en el 2018. Por tanto, cabe preguntarse ¿De dónde proviene la diferencia entre la producción de oro formalmente registrada y la producción aurífera exportada?
Solamente para el 2018 se registra formalmente una producción de 4´586 millones de onzas, como se puede observar en el cuadro, mientras la producción aurífera destinada para la exportación para el mismo año era de 6´498 millones de onzas.
Ello significa que existe una diferencia de 1´912 millones de onzas que no registra productor reconocido pero que se exporta sin mayores cuestionamientos por empresas formales que acopian volúmenes de oro en las provincias, operando como traders, comercializadoras que no tienen producción registrada.
Evidentemente con los precios del oro superiores a los US $ 1,500 dólares la onza esta producción de oro ilegal e informal será superior y mayor será también el daño ambiental por la precariedad y la falta de seguridad ambiental en dicha explotación, más las condiciones precapitalistas de semiesclavitud en sus operaciones.
Por tanto, la diferencia solamente para el 2018 entre el oro producido de manera informal y exportado es de 1,912 millones onzas que al precio promedio de exportación (US $ 1,400 dólares por onza) resulta una riqueza superior a los  US $ 2,600 millones de dólares que se mimetiza en una “economía negra” con evasión de impuestos y de regalías al fisco, elevados niveles de contaminación y formas precapitalistas de producción propias de la semiesclavitud, sobre todo en la producción de Madre de Dios y Puno.
MRA YANACOCHA A LA BAJA
Un análisis cuantitativo de la información expuesta en el cuadro de referencia para el 2018 en relación al 2017 es la menor producción formal de oro que se registra, donde prácticamente los principales productores auríferos disminuyen en su producción con tendencia a su depresión.
Según el cuadro  el primer productor de concentrados de oro sería la Mra. Yanacocha con una producción de 514,600 onzas en el 2018, es decir con una variación negativa equivalente al 3.76%, con tendencia a seguir a la baja,  a pesar del gran potencial minero que existe en Cajamarca.
Sin embargo, debiera ser evidente la tendencia a la baja en la producción aurífera de Mra. Yanacocha. En el 2016 producía 668 mil onzas, en el 2017 bajó a 534 mil onzas y en el 2018 siguió disminuyendo a las 514 mil onzas.
Esta menor riqueza minera aurífera agravará los niveles de pobreza, poder de compra y empleo en Cajamarca , pues serán menores los ingresos transferidos por concepto de canon y regalías, a pesar de los altos precios del oro en los últimos meses del 2019.
Prácticamente la producción aurífera de la minera Mra. Yanacocha demuestra el carácter finito de los recursos naturales y  la vigencia de la ley de los rendimientos marginales decrecientes, donde los costos unitarios resultan cada vez mayores para obtener la misma onza de oro. En realidad la producción actual resulta menor a los niveles de 1995, a pesar del gran potencial minero que existe en la región.
Ello explica la estagnación, recesión de la economía cajamarquina, los mayores niveles de pobreza sobre todo del campesinado y de los sectores urbanos que dependían de los ingresos derivados e indirectos generados por la actividad minera, al margen del canon y regalías.
BARRICK MISQUICHILCA EN CIERRE
El segundo lugar en la producción aurífera lo ocuparía la Mra. Barrick Misquichilca SA con la producción marginal de las operaciones de la unidad de Pierina en el Callejón de Huaylas, prácticamente en cierre de operaciones y de Lagunas Norte en La Libertad.
Esta minera ha dismunido dramáticamente la producción por falta de reservas, y  con rendimientos marginales decrecientes, con niveles productivos de 547 mil onzas en el 2016, de 509 mil onzas para el 2017, y de 332 mil onzas en el 2018, es decir con una variación negativa equivalente al 35 por ciento, como se puede observar en el cuadro respectivo.
Con el cierre de operaciones en la mina de Pierina que inició operaciones a mediados de los años noventa del siglo pasado, se aplicará la “ley de cierre de minas” que se aprobó en la gestión del ex presidente Alejandro Toledo, siendo ministro de energía y minas, el Ing. Glodomiro Sánchez. Prácticamente el fondo del cierre de minas en esta minera que tiene un valor superior a los US $ 200 millones de dólares debe ser invertido en remediar las tierras de la concesión minera y dejarlas aptas para la agricultura y/o ganadería.
Esta será en verdad la primera experienca de envergadura de la ley de cierre de minas, de allí el interés y la importancia de la norma en un país que acumula más de 9 mil pasivos ambientales, y donde existe una fuerte oposición a la expansión minera, sobre todo en las comunidades andinas, sectores ecologistas y líderes políticos regionales. 
MRA. ARTESANAL: DEBE SER FISCALIZADA
El tercer lugar, desde el punto de vista cuantitativo lo ocuparía la producción artesanal de Madre de Dios con 391 mil onzas en el 2017, para seguir disminuyendo en el 2018 con 296 mil onzas en razón de las políticas de interdicción e intervención con mayores penas a una producción altamente contaminante y depredadora del medio ambiente.
Si a esta producción artesanal de Madre de Dios se suma la producción aurífera artesanal de Puno con 205 mil onzas producidas en el 2017, para subir a las 219 mil onzas en el 2018, prácticamente la producción artesanal supera a la producción de las transnacionales Newmont en Mra. Yanacocha y a la producción de Barrick Misquichilca, como puede resultar evidente en el cuadro en referencia.
Esta producción minera artesanal conjunta de Madre de Dios y Puno equivalente a 596 mil onzas en el 2017 y de 515 mil onzas en el 2018 resulta en la práctica disputando el primer lugar en la produccón aurífera con una tendencia al aumento gracias a los favorables precios del metal amarillo.
Esta producción artesanal que compromete a más de 200 mil trabajadores organizados en una serie de empresas, cooperativas, con invasión de concesiones mineras, que abonan regalías anormales a propietarios ausentistas, rentistas y especuladores debe ser mejor regulada y fiscalizada por el grave daño ambiental que provoca, y las condiciones precapitalistas en el proceso de trabajo.
Es más, muchas de estas concesiones interesadamente se mantienen en el ámbito de la minería artesanal pagando minúsculos derechos de vigencia que no superan US $ 0.50 dólares por hectárea, es decir medio dólar por hectárea, y pueden acceder hasta un máximo de 100 hectáreas, utilizando maquinaria pesada, retroexcavadoras, motores, succionadoras, equipos electrógenos que escapan a la realidad  del verdadero minero artesanal.
En resumen, esta radiografía de la producción de oro amerita una profunda investigación para formalizar una actividad que permita mayores ingresos para el fisco, ante una minería ilegal e informal que se expande a nivel país como un cáncer.
También en el nuevo marco legal minero se debe analizar los diversos mecanismos que aplican las transnacionales mineras para remesar utilidades a paraísos fiscales, cuestionables relaciones entre subsidiarias y matrices, con una serie de beneficios tributarios que afectan la recaudación fiscal y las condiciones de trabajo, por la persistencia de la herencia colonial basada en las políticas  del “cholo barato”, riqueza patrimonial, estado mercantilista con corrupción incorporada.

No hay comentarios.: