SUBE EL PRECIO DEL ORO Y DISMINUYE
LA PRODUCCIÓN FORMAL
ESCRIBE: JORGE MANCO ZACONETTI
El precio internacional de la onza de oro supera ya la
barrera de los US $ 1,540 dólares con tendencia al incremento gracias a la incertidumbre
de la economía mundial, la proximidad de una recesión económica, menores tasas
de crecimiento de la economía mundial, la extensión y profundidad de la
confrontación de los Estados Unidos de Norteamérica de Trump con su bravatas
frente al creciente poder emergente de la China Popular.
Mientras los precios internacionales del cobre tienden
a la depresión por debajo de los US $ 2.50 la libra, los precios del oro se han
disparado gracias a las funciones de reserva de valor, a su función de atesoramiento
frente a la creciente riqueza financiera y especulativa que caracteriza al
capitalismo del siglo XXI.
Esto que podría ser una buena noticia para la economía
peruana, para apuntalar los proyectos auríferos formales no deja de ser
preocupante por la mayor participación de la minería ilegal e informal en la
explotación aurífera en nuestros país. ¡Ni el Apu Pariacaca, célebre nevado en
Yauyos símbolo de la religiosidad andina se salva de ser explotado por la
obtención del maldito oro!
MINERÍA
ILEGAL
Esta minería ilegal e informal que no paga impuestos ni
regalías y que contamina impunemente el medio ambiente, se extiende por todo el
país como una alternativa a la pobreza campesina, pues si con precios
superiores a los US $ 800 dólares la onza esta minería es rentable, con precios
de US $ 1,540 es superentable.
Esta nociva actividad informal e ilegal es altamente
contaminante pues en su tratamiento de separación utiliza intensivamente el
mercurio, dado que existe una relación técnica, donde para obtener un kilo de
oro se demanda por lo menos dos kilos y medio de mercurio que demora 100 años
en disipar sus efectos nocivos.
Todo ello a
vista y paciencia de las autoridades de los gobiernos subnacionales, y
organismos reguladores. Según las normas que rigen la descentralización, los
gobiernos regionales son responsables de promover, fiscalizar y supervisar a la
pequeña minería y minería artesanal, que se extiende como un cáncer desde las
serranías de Piura hasta Puno y Madre de Dios, sin mayor crítica de las ONGs
ambientalistas.
MINEM VERSUS
BCRP
De allí la creciente importancia de la producción
supuestamente artesanal y de la pequeña minería, pues según la información
registrada en el Ministerio de Energía y Minas, la producción fiscalizada
aurífera fue de 4´858 millones de onzas en el 2017 y de 4´586 millones de onzas
en el 2018 respectivamente. Ver cuadro “Perú: Ranking de la Producción de
Concentrados de Oro expresados en miles de onzas finas”
Esta
producción formalmente registrada en el ministerio del sector se contradice
gravemente con la producción aurífera que se exporta según el propio Banco
Central de Reserva del Perú (BCRP), como hemos señalado en otros artículos.
Se hace evidente la grave informalidad en la producción
de oro, pues según el BCR) se estiman los volúmenes de oro exportado en el 2017
en el orden de los 6´494 millones de onzas finas troy, y de 6´498 millones de
onzas en el 2018. Por tanto, cabe preguntarse ¿De dónde proviene la diferencia
entre la producción de oro formalmente registrada y la producción aurífera
exportada?
Solamente para el 2018 se registra formalmente una
producción de 4´586 millones de onzas, como se puede observar en el cuadro,
mientras la producción aurífera destinada para la exportación para el mismo año
era de 6´498 millones de onzas.
Ello significa que existe una diferencia de 1´912
millones de onzas que no registra productor reconocido pero que se exporta sin
mayores cuestionamientos por empresas formales que acopian volúmenes de oro en
las provincias, operando como traders, comercializadoras que no tienen
producción registrada.
Evidentemente con los precios del oro superiores a los
US $ 1,500 dólares la onza esta producción de oro ilegal e informal será superior
y mayor será también el daño ambiental por la precariedad y la falta de seguridad
ambiental en dicha explotación, más las condiciones precapitalistas de semiesclavitud
en sus operaciones.
Por tanto, la diferencia solamente para el 2018 entre
el oro producido de manera informal y exportado es de 1,912 millones onzas que
al precio promedio de exportación (US $ 1,400 dólares por onza) resulta una
riqueza superior a los US $ 2,600
millones de dólares que se mimetiza en una “economía negra” con evasión de
impuestos y de regalías al fisco, elevados niveles de contaminación y formas
precapitalistas de producción propias de la semiesclavitud, sobre todo en la
producción de Madre de Dios y Puno.
MRA YANACOCHA A LA BAJA
Un análisis cuantitativo de la información expuesta en
el cuadro de referencia para el 2018 en relación al 2017 es la menor producción
formal de oro que se registra, donde prácticamente los principales productores
auríferos disminuyen en su producción con tendencia a su depresión.
Según el cuadro
el primer productor de concentrados de oro sería la Mra. Yanacocha con
una producción de 514,600 onzas en el 2018, es decir con una variación negativa
equivalente al 3.76%, con tendencia a seguir a la baja, a pesar del gran potencial minero que existe
en Cajamarca.
Sin embargo, debiera ser evidente la tendencia a la
baja en la producción aurífera de Mra. Yanacocha. En el 2016 producía 668 mil
onzas, en el 2017 bajó a 534 mil onzas y en el 2018 siguió disminuyendo a las
514 mil onzas.
Esta menor riqueza minera aurífera agravará los niveles
de pobreza, poder de compra y empleo en Cajamarca , pues serán menores los
ingresos transferidos por concepto de canon y regalías, a pesar de los altos
precios del oro en los últimos meses del 2019.
Prácticamente la producción aurífera de la minera Mra.
Yanacocha demuestra el carácter finito de los recursos naturales y la vigencia de la ley de los rendimientos
marginales decrecientes, donde los costos unitarios resultan cada vez mayores
para obtener la misma onza de oro. En realidad la producción actual resulta
menor a los niveles de 1995, a pesar del gran potencial minero que existe en la
región.
Ello explica la estagnación, recesión de la economía
cajamarquina, los mayores niveles de pobreza sobre todo del campesinado y de
los sectores urbanos que dependían de los ingresos derivados e indirectos
generados por la actividad minera, al margen del canon y regalías.
BARRICK MISQUICHILCA EN CIERRE
El segundo lugar en la producción aurífera lo ocuparía la
Mra. Barrick Misquichilca SA con la producción marginal de las operaciones de
la unidad de Pierina en el Callejón de Huaylas, prácticamente en cierre de
operaciones y de Lagunas Norte en La Libertad.
Esta minera ha dismunido dramáticamente la producción por
falta de reservas, y con rendimientos
marginales decrecientes, con niveles productivos de 547 mil onzas en el 2016,
de 509 mil onzas para el 2017, y de 332 mil onzas en el 2018, es decir con una
variación negativa equivalente al 35 por ciento, como se puede observar en el
cuadro respectivo.
Con el cierre de operaciones en la mina de Pierina que
inició operaciones a mediados de los años noventa del siglo pasado, se aplicará
la “ley de cierre de minas” que se aprobó en la gestión del ex presidente
Alejandro Toledo, siendo ministro de energía y minas, el Ing. Glodomiro
Sánchez. Prácticamente el fondo del cierre de minas en esta minera que tiene un
valor superior a los US $ 200 millones de dólares debe ser invertido en
remediar las tierras de la concesión minera y dejarlas aptas para la
agricultura y/o ganadería.
Esta será en verdad la primera experienca de
envergadura de la ley de cierre de minas, de allí el interés y la importancia
de la norma en un país que acumula más de 9 mil pasivos ambientales, y donde
existe una fuerte oposición a la expansión minera, sobre todo en las
comunidades andinas, sectores ecologistas y líderes políticos regionales.
MRA. ARTESANAL: DEBE SER
FISCALIZADA
El tercer lugar, desde el punto de vista cuantitativo lo
ocuparía la producción artesanal de Madre de Dios con 391 mil onzas en el 2017,
para seguir disminuyendo en el 2018 con 296 mil onzas en razón de las políticas
de interdicción e intervención con mayores penas a una producción altamente
contaminante y depredadora del medio ambiente.
Si a esta producción artesanal de Madre de Dios se suma la
producción aurífera artesanal de Puno con 205 mil onzas producidas en el 2017,
para subir a las 219 mil onzas en el 2018, prácticamente la producción
artesanal supera a la producción de las transnacionales Newmont en Mra.
Yanacocha y a la producción de Barrick Misquichilca, como puede resultar
evidente en el cuadro en referencia.
Esta producción minera artesanal conjunta de Madre de
Dios y Puno equivalente a 596 mil onzas en el 2017 y de 515 mil onzas en el
2018 resulta en la práctica disputando el primer lugar en la produccón aurífera
con una tendencia al aumento gracias a los favorables precios del metal
amarillo.
Esta producción artesanal que compromete a más de 200
mil trabajadores organizados en una serie de empresas, cooperativas, con
invasión de concesiones mineras, que abonan regalías anormales a propietarios
ausentistas, rentistas y especuladores debe ser mejor regulada y fiscalizada
por el grave daño ambiental que provoca, y las condiciones precapitalistas en
el proceso de trabajo.
Es más, muchas de estas concesiones interesadamente se
mantienen en el ámbito de la minería artesanal pagando minúsculos derechos de
vigencia que no superan US $ 0.50 dólares por hectárea, es decir medio dólar
por hectárea, y pueden acceder hasta un máximo de 100 hectáreas, utilizando
maquinaria pesada, retroexcavadoras, motores, succionadoras, equipos
electrógenos que escapan a la realidad
del verdadero minero artesanal.
En resumen, esta radiografía de la producción de oro
amerita una profunda investigación para formalizar una actividad que permita
mayores ingresos para el fisco, ante una minería ilegal e informal que se
expande a nivel país como un cáncer.
También
en el nuevo marco legal minero se debe analizar los diversos mecanismos que
aplican las transnacionales mineras para remesar utilidades a paraísos
fiscales, cuestionables relaciones entre subsidiarias y matrices, con una serie
de beneficios tributarios que afectan la recaudación fiscal y las condiciones
de trabajo, por la persistencia de la herencia colonial basada en las
políticas del “cholo barato”, riqueza
patrimonial, estado mercantilista con corrupción incorporada.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario