viernes, 3 de agosto de 2012

PERÚ: LA PRODUCCIÓN DE CRUDO EN CAÍDA LIBRE


ESCRIBE: JORGE MANCO ZACONETTI (Investigador UNMSM)

En el Fórum Regímenes Jurídicos para el Otorgamiento de Derechos Sobre Recursos Naturales, evento organizado por la “Comisión Consultiva de Derecho Minero, Energía, Electricidad e Hidrocarburos” órgano del Colegio de Abogados de Lima, el 18 de julio del presente comentando la exposición de la Dra. Rosa Ortiz, actual Presidenta del Directorio de PerúPetro nombrada ante la nada ecuánime salida del Ing. Aurelio Ochoa y el súbito retiro de la Dra. Isabel Tafur, lo que estaría mostrando la precariedad y la falta de norte del gobierno en cuanto a la política energética. ¡Nunca se ha tenido en PerúPetro tres presidentes en una semana!

Allí tuve la oportunidad de comentar acerca de la dramática realidad del sector petrolero que tiene varios indicadores económicos, constituyendo los más importantes la pertinaz caída de la producción de crudo, estimada en barriles diarios, el creciente déficit de la balanza comercial de petróleo y derivados y por tanto las crecientes importaciones de petróleo, y la débil actividad exploratoria estimada por el número de pozos perforados.

En la actualidad la producción de petróleo crudo es menor a los 70 mil barriles diarios, con tendencia a la disminución en la medida de la caída de la producción sobre todo del lote 1-AB que producía en el 2006 más 27,900 barriles diarios y al mes de mayo no sobrepasa los 15,500 barriles por día, como a la menor producción diaria de los lotes de hidrocarburos cuyos contratos están por vencer en el período 2013 al 2016, tales como los lotes II, III, IV, VI/VII y 1-AB Ver cuadro sobre la caída en la producción.

Evidentemente de seguir disminuyendo la producción diaria de petróleo será responsabilidad del presente gobierno explicar las razones de esta menor producción, las medidas adoptadas o dejadas de hacer, pues a una menor producción le corresponde una menor participación por concepto de canon y sobrecanon petrolero, que ahora ya no es el 12.5 por ciento del valor de la producción sino el 18.75% que se está transfiriendo a los gobiernos regionales, y locales de Piura, Tumbes, Loreto, Ucayali y la provincia Inca de Huánuco.

La situación es igual de grave en Talara, en los llamados lotes marginales del noroeste donde por ejemplo en el lote II se obtenían 645 barriles diarios y a mayo del presente la producción es de 459 barriles, o el lote III donde la producción era de 4,022 barriles diarios ha disminuido a menos de 2,297 barriles por día a mayo del presente. Esta menor producción no solamente afecta al canon petrolero que de lejos se financia con las altas regalías contractuales del 52% en el Lote II y 49% en el  lote III, sino también a las inversiones.

Esta menor producción afecta el empleo pues muchas empresas contratistas y de servicios están despidiendo trabajadores, a pesar de los altos precios del petróleo, sobre todo en las empresas cuyos contratos están próximos a su vencimiento, la falta de inversiones y la incertidumbre disminuye la demanda de equipo y fuerza de trabajo.

Sin embargo, esta realidad desde el punto de vista estadístico se atempera por el manejo interesado de cifras que hace PerúPetro al consignar la producción de hidrocarburos líquidos sumando la producción de petróleo crudo con los líquidos de gas natural (LGN) sobre todo provenientes de la explotación de los lotes 88 y 56, es decir de Camisea.

Por ello, si solamente se registrara la producción diaria de petróleo crudo sería evidente el fracaso de uno de los objetivos ideológicos que justificaron la privatización fragmentada de PetroPerú en la década de los noventa del siglo pasado. El país no debiera olvidar a todos aquellos, como los miembros de la COPRI, Yoshiyama, Boloña, Merino Tafur, Quijandría, Gutiérrez, que recomendaban la privatización de la petrolera para ser más eficientes y aumentar la producción.

Así, la producción de hidrocarburos líquidos (petróleo crudo más líquidos) está sobre los 152 mil barriles diarios, pues a la producción de crudo  de 70 mil barriles diarios se suman los 82 mil barriles de líquidos extraídos en Camisea, y de las plantas de fraccionamiento de Aguaytía, Pariñas y Malacas. ¡Es como si se sumara conjuntamente la producción de papas y camotes!

Estas prácticas estadísticas oscurecen la caída pertinaz de la producción de petróleo crudo desde 1994 a la fecha, pues de una producción de 127 mil barriles diarios se ha transitado a niveles menores a los 70 mil barriles por día. Antes la responsabilidad productiva con todos sus defectos era de PetroPerú, ahora  en lo fundamental es privada, pues la petrolera estatal no extrae ni un solo barril y tiene que abonar precios internacionales por el crudo que refina y satisfacer el 47% del mercado de combustibles.

Por tanto, uno de los argumentos ideológicos que justificaron la irracional privatización de PetroPerú en la década de los noventa no se ha cumplido en la realidad. Por ello, se debiera cumplir con la promesa electoral acerca del fortalecimiento de PetroPerú con la integración vertical, es decir, con el retorno a la explotación de crudo y la modernización de la Refinería de Talara que permitirá una mayor producción interna de un diesel 2 limpio con 50 partes por millón de azufre, el tratamiento de los crudos pesados, con una planta de ácido sulfúrico, coque y otros.

En nuestro país esta menor producción interna de petróleo crudo se tiene que saldar con mayores importaciones de crudo y derivados (diesel 2), profundizando el déficit de la balanza comercial de hidrocarburos, es decir el valor de las importaciones de petróleo y derivados es mayor a las exportaciones, y ello significa millonarios montos que se van hacia el exterior.

Solamente como información entre el 2006 y el 2011 el saldo negativo de la balanza comercial de hidrocarburos (exportaciones menos importaciones) que involucran al petróleo, líquidos de gas natural, gas licuefectado y derivados como el diesel ha sido superior US$ 7,937 millones de dólares, cifras que casi triplican a los 2,500 millones de dólares que significaría la modernización integral de la refinería de Talara.

Esto significa que el capital-dinero generado en la economía doméstica, en manos de consumidores y empresas, ha tenido que ser financiado a través de las importaciones de petróleo y derivados que en el período mencionado se acercan a los 8,000 millones de dólares y que podrían incrementarse con el presente gobierno, de allí la importancia de fomentar la producción de interna de crudo y la modernización de PetroPerú.

En este contexto en el último discurso con respeto a la estabilidad jurídica y el interés nacional, las declaraciones del Presidente Ollanta Humala apuntan al fortalecimiento de las empresas estatales como PetroPerú y otras. En el caso de la petrolera estatal, debe entenderse  la apuesta por la integración vertical, es decir su participación en la explotación de los lotes petroleros cuyos contratos están próximos a su vencimiento entre el 2013 y el 2016.

Se debe tener presente que la forma eficiente de operar en el sector de hidrocarburos es la integración vertical, es decir la participación en las fases de la exploración, explotación, refinación, transporte, distribución mayorista y minorista a través de las estaciones de servicios (grifos). Con producción propia, buques propios, terminales, envasadora de gas licuado de petróleo (GLP) y estaciones de servicios de expendio de combustibles, la petrolera estatal incrementaría sus ingresos y utilidades, que resultan necesarias para financiar su modernización.

Por ello, el retorno de PetroPerú a la explotación en los contratos de hidrocarburos próximos a su vencimiento además de aumentar la participación en la renta petrolera, categoría reconocida como el excedente ricardiano, y que se explica por la diferencia entre el precio internacional del crudo y los costos internos de producción, asegura el abastecimiento de crudo para sus refinerías.

Si bien constituye un buen deseo del Presidente de la República la participación de PetroPerú en los nuevos lotes que licite PerúPetro, por el elevado riesgo que ello tiene no resulta recomendable la inversión de los escasos recursos de la petrolera estatal en las actividades de exploración. En cambio, su retorno a la explotación con reservas probadas y probables de petróleo, que se estiman por encima de los 300 millones de barriles de crudo, incrementan sus activos, su patrimonio, y le permite mayores espaldas financieras y sujeto de crédito internacional.

En verdad, PetroPerú con una gestión eficiente, moderna, transparente, cotizando en la bolsa de valores, aprovechando el capital humano de sus trabajadores, con un comportamiento de mercado ajeno a las intervenciones políticas de los gobiernos de turno, constituye una fuente de acumulación es decir de generación de riqueza, puesto que la empresa aporta al Presupuesto de la República abonando mayores impuestos que la competencia, satisfaciendo con eficiencia y sentido nacional el mercado interno.





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