martes, 26 de junio de 2012

LA CONGA DE YANACOCHA


EXTRACTIVISMO O MAYOR VALOR DE RETORNO


ESCRIBE: JORGE MANCO ZACONETTI (Investigador UNMSM)

Están por cumplirse los treinta días de una paralización parcial del campesinado de Cajamarca con su presidente regional Gregorio Santos a la cabeza, a los cuales se suman una serie de dirigentes de los llamados frentes de defensa, ronderos, organismos no gubernamentales, contra el proyecto minero Conga que es auspiciado por la Mra. Yanacocha, la misma que tiene como accionistas a la transnacional Newmont, número dos en la producción aurífera a nivel mundial, a la Compañía Mra. Buenaventura que ocupa el 13º en la producción mundial de oro, y al brazo financiero IFC del Banco Mundial.

Este conflicto político que lleva meses ha puesto en la encrucijada no solamente el modelo extractivista sino también la gobernabilidad del país, por los múltiples efectos e intereses que estarían detrás en un contexto de crisis económica global, conflicto que de reproducirse en otras regiones paralizarían las inversiones mineras con consecuencias perversas tanto macroeconómicas como en la economía regional.

El Presidente de la República en su última intervención del sábado 23 de junio ha ratificado el apoyo oficial al cuestionado proyecto, destacando la necesidad de hacer las correcciones, asumiendo las recomendaciones del peritaje internacional, promoviendo mayores inversiones adicionales a las previstas en el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) que permitan una mayor dotación de agua a la población en su conjunto, más los compromisos sobre una fiscalización ambiental efectiva, ante la debilidad y permisividad estatal del pasado.

Estamos pues ante un problema de credibilidad pues la población no cree ni confía en un Estado capturado por las grandes empresas, ausentista e ineficiente que no permite ejecutar los importantes recursos que por canon, sobrecanon y regalías tienen los gobiernos locales y regionales gracias a la explotación de los recursos naturales.

Si se trata de encontrar soluciones y espacios de diálogo evitando los extremos del “Conga Va” al “Conga Ni de Vainas” sería importante reconocer la necesidad de unas disculpas públicas del Presidente Ollanta Humala al electorado cajamarquino por el cambio de opinión entre su discurso radical de la campaña electoral, donde asumió una posición contraria al proyecto Conga y a otros proyectos mineros en cabeceras de cuenca, y su pensamiento y discurso como Presidente, donde reconoce la necesidad de promover inversiones privadas para asegurar el crecimiento económico con rostro humano. Es decir, promover el crecimiento con redistribución social de la riqueza.

Se debe asumir que el pueblo peruano está harto de las promesas incumplidas de los candidatos que llegan al sillón presidencial y cambian luego de programa. En la memoria colectiva está aquél que propuso un gobierno de “honradez, tecnología y trabajo” y terminó en el régimen más corrupto del siglo XX, al candidato que ofreció “un futuro diferente” con el “cambio responsable” para terminar aplicando el modelo económico de los noventa, con altas dosis de corrupción pues el principio de la “gobernanza” cuando se es presidente era que la “plata viene sola”.

Por ello, reconociendo las prácticas de las políticas criollas donde se ofrece el “oro y el moro” para ganar el voto popular, bien estaría una explicación y una disculpa sobre la necesidad del cambio de rumbo respecto a los proyectos mineros en especial al de Conga de parte del Presidente Ollanta Humala, él mismo que falto de reflejos políticos está llevando al país a una innecesaria polarización social, a un gobierno ganado por el corto plazo sin proyección de las políticas de Estado.

En tal sentido, en el presente artículo se trata de aportar algunos elementos que permitan entender la importancia de la minería para el país y Cajamarca en especial, a partir de una categoría como el “valor de retorno”, o valor retenido que esencialmente estima la riqueza que se queda en el país como remuneraciones y todos los beneficios que perciben los trabajadores de la Mra. Yanacocha (sueldos y salarios, aportes de la empresa, participación en utilidades)

A ello debería sumarse las compras que realiza la Mra. Yanacocha sea en Cajamarca como en el resto del país, y los abonos de impuestos, más el llamado “aporte voluntario” entre el 2006 y el 2011. En verdad, estos datos debieran ser confrontados con las estadísticas oficiales en especial sobre el impuesto a la renta realmente pagado, pues se  debe diferenciar entre el impuesto a la renta declarado y el realmente pagado gracias a los múltiples beneficios, que permiten deducir los gastos del impuesto a la renta, minimizando los ingresos fiscales.

El VALOR DE RETORNO DE YANACOCHA

Esta categoría es utilizada esencialmente para la economía peruana por la economista e historiadora R. Thorp y G. Bertram en su libro clásico “Perú: Crecimiento y Políticas en una Economía Abierta 1890-1977”, donde se analiza el comportamiento de las empresas extranjeras en la explotación minera y petrolera, utilizando la categoría “valor de retorno” para demostrar el carácter expoliador o no de la inversión transnacional. En especial se estudia el caso de la minera Cerro de Pasco Corporation y de la petrolera International Petroleum (IPC) en las primeras décadas del siglo XX.

La categoría del “valor de retorno” y una matriz de insumo/producto actualizada son el instrumento analítico para una discusión técnica sobre las ventajas y/o desventajas de la explotación minera en un país como el nuestro, caracterizado por los profundos abismos sociales, diferencias culturales, étnicas y económicas.

Lamentablemente el sistema estadístico no tiene una tabla de insumo/producto actualizada que permita captar la interdependencia sectorial de la minería con otros sectores como la industria, en la demanda de insumos y maquinaria, analizar la demanda que realiza el sector minero en alimentos, servicios, energía, derivados de petróleo, textiles etc. Esta matriz permitiría saber si los insumos utilizados por el sector minero fundamentalmente tienen un origen nacional o importado. La tabla existente se remonta a la estructura de 1994 y no refleja los cambios acontecidos en la estructura económica en las últimas décadas.

Con este instrumento estadístico se descartaría o se afirmaría el carácter de “enclave económico” de la explotación minera o petrolera a estas alturas de la historia. Evidentemente con el sentido común y el principio de la realidad no se podría sostener el carácter de “enclave” en el caso de Mra. Yanacocha y su impacto perturbador sobre ciudades tradicionales como Cajamarca, pues la explotación minera se lleva a cabo a menos de una hora de la capital departamental, y los impactos negativos y positivos se sienten en lo fundamental en la provincia de Cajamarca.

LAS CARGAS LABORALES

En el cuadro “Mra. Yanacocha S.R.L : Relación del Valor de Retorno y los Ingresos Totales de la Empresa”, se presenta la estadística sobre las cargas laborales entre la vigencia del proyecto hacia 1993 y el 2010, es decir en dieciocho años los ingresos que perciben los trabajadores han pasado de 767 mil dólares a 198 millones de dólares. Esta partida incluye las remuneraciones de los trabajadores más los aportes que asume la empresa por trabajador sea por AFPs, es decir los fondos privados de pensiones, y otros.

En las cargas laborales la empresa en su estadística asume la participación de utilidades que tienen una tendencia creciente entre el 2002 al 2010 gracias a la bonanza de los precios. Si bien en el caso de mineras la participación laboral en las utilidades es del 8% de la utilidad antes del abono del impuesto a la renta, es importante considerar que la participación está concebida tributariamente como gasto, por tanto los montos distribuidos a los trabajadores son deducibles del impuesto a la renta, como también son deducibles los gastos de exploración efectuados en el año.

En Mra. Yanacocha con 3,138 empleados y aproximadamente 6,500 trabajadores el impacto de las cargas laborales es significativo en la región. Sirva de ejemplo el 2010 donde ante remuneraciones totales del orden de 101.5 millones de dólares, la participación de utilidades representaron 77.6 millones de dólares, que sumados al aporte del empleador 9.2 millones de dólares y a las aportaciones de los propios trabajadores a las AFPs por un valor de 9.8 millones totalizan los 198.2 millones de dólares que aparecen al final de la columna.

En resumen, el total de cargas laborales (remuneraciones, aportes de la empresa a las AFPs, Participación de Utilidades y pagos de los trabajadores a las AFPS) representan el 10% de los ingresos que obtiene Mra. Yanacocha en el 2010, monto superior a la participación del 2004 que era equivalente al 6%. Ello se explica en lo fundamental por la presencia de los sindicatos de los trabajadores que demandan a través de las negociaciones colectivas una mayor redistribución de la riqueza.

Si un trabajador minero percibe ingresos promedios por todo concepto más o menos 2,000 dólares mensuales en un medio tradicional como Cajamarca, con ingresos campesinos menores a los 105 dólares mensuales, es decir menos de 4 dólares diarios, es evidente que se generen frustraciones y resentimientos ante una empresa transnacional y sus trabajadores, que no demanda mano de obra de la región, especialmente campesina.

Si a ello se agregan las malas prácticas de una empresa abusiva y prepotente, acostumbrada a ganar tiempo y comprar autoridades, medios, conciencias, y que no cumple con los compromisos pactados frente a las comunidades campesinas, y si sumado a ello existe evidencia de contaminación de ríos y lagunas, se tiene una fórmula explosiva contra la actividad minera.

En todo caso debemos recordar que el proyecto Yanacocha requirió una inversión menor a los 42 millones de dólares entre 1992 y 1993 y la empresa no pagó absolutamente nada al Estado por el yacimiento. Es más, queda en la conciencia campesina como se adquirieron tierras mineralizadas pagando 100 dólares por hectárea lo que constituía un abuso que solamente los representantes de la Iglesia Católica denunciaron.

Investigaciones mayores debieran determinar si la mayor parte de las cargas laborales se gastan en Cajamarca o fuera de la región. En todo caso resulta que los mayores ingresos laborales han cambiado radicalmente la economía urbana haciendo más evidente la riqueza citadina frente a la pobreza campesina.

LAS COMPRAS DE LA MINERA

Con la información estadística disponible las compras de Mra. Yanacocha en Cajamarca han crecido en el tiempo llegando a representar el 9% de los ingresos en el 2007 para disminuir en el 2010 a los 4.7% de los ingresos. Así, estas compras locales pasaron de los 44 millones de dólares en el 2004, para llegar a los 108 millones en el 2004 y subir a los 113 millones en el 2008. En verdad, sería interesante saber quién o quiénes concentran este poder de compra, que seguramente no pasa por la economía campesina.

Luego se presentan en la siguiente columna las “compras en el resto del país” que básicamente debe entenderse en Lima. Es de suponer que son las compras de insumos, explosivos, reactivos, combustibles, energía, maquinaria y equipo, servicios, etc. Así, en el 2010 las compras en el país representaron los 703 millones de dólares, y sobre los 600 millones en los años previos, tal como se puede observar.

A sabiendas de las limitaciones de la industria local que no produce maquinaria ni equipos mineros, todos los bienes de capital que son comprados a casas importadoras, representantes de marca en equipos para la minería, tipo Ferreyros, Volvo, Siemens etc., podemos asumir que el 50% de estas compras son importaciones realizadas por terceras empresas.

En su conjunto las compras locales en Cajamarca y las compras en el resto del país sumaron los 791 millones en el 2010 que resultan equivalentes al 42.7 % de los ingresos obtenidos en dicho año que sumaron los 1,852 millones de dólares. Esta cifra que es anormalmente alta tendría su explicación en la compra de equipo para los nuevos proyectos, pues una participación del 42.7% resulta elevada para una empresa minera.

En razón de la alta participación de las compras en el resto del país, un supuesto válido es asumir que solamente el 50% de las compras se realizan en la economía peruana, por bienes y servicios y el otro 50% corresponde a importaciones de maquinaria y equipo, bienes de capital comprados a empresas importadoras, pues por el débil grado de industrialización no son producidas internamente. Ello otorgaría mayor consistencia al valor de retorno de Mra. Yanacocha.

IMPUESTO A LA RENTA Y APORTE VOLUNTARIO

En las columnas referidas al impuesto a la renta aparecen los abonos desde 1994 al 2010 declarados por la empresa Mra. Yanacocha; en verdad habría que preguntar si estas cifras expuestas por la empresa coinciden con la información oficial de la Sunat y el Ministerio de Economía y Finanzas, pues se debe distinguir el impuesto a la renta declarado del impuesto a la renta efectivamente pagado, en razón de deducciones, cargos diversos a cuenta del impuesto a la renta por diversas partidas deducibles como la depreciación y amortización, los gastos de capital por exploraciones, las participaciones de los trabajadores, el crédito fiscal etc.

Se debe recordar que por los contratos de estabilidad jurídica, tributaria y administrativa firmados entre 1993 y posteriormente la minera justificaba no estar inserta en el pago de las llamadas regalías mineras que entraron en vigencia a partir de mediados del 2004. Por ello, el fisco en lo fundamental percibe el impuesto a la renta que está sujeto a una serie de deducciones que afectan al costo de venta, a los gastos de venta y gastos administrativos, a los gastos financieros.

Por ello, durante el gobierno del APRA el Presidente Alan García en lugar de demandar el pago efectivo de las regalías a todas las empresas mineras sin excepción, lo sustituyó por el famoso Aporte Voluntario más conocido como Óbolo Voluntario por lo miserable de su significado en relación a la riqueza creada y las utilidades netas obtenidas como se puede captar en el cuadro.

Así, con un Aporte Voluntario en el 2007 de 22 millones de dólares y utilidades netas declaradas de 244 millones de dólares, o el 2009 con un aporte de 17.4 millones de dólares y 713 millones de utilidades netas, es evidente lo limitado de tales partidas.

En todo caso con la información disponible en el 2001 la participación del impuesto a la renta en relación a los ingresos era del 3.7%, se incrementa en el 2004 al 14.5% para mantenerse a ese nivel hasta el 2010, lo cual nos parece elevado. De allí, la necesidad de identificar el impuesto a la renta realmente pagado deduciendo los beneficios tributarios.

RESUMEN

Si se suman todos los montos de izquierda a derecha del cuadro, tanto por concepto de total de cargas laborales, compras en Cajamarca, compras en el país, el impuesto a la renta declarado, más las pequeñas sumas del aporte voluntario, se obtiene el “valor de retorno” entre los años 1994 y el 2010

En verdad, si se relaciona el valor de retorno obtenido frente a los ingresos totales, se tiene una participación porcentual, que significaría el grado de participación de la riqueza que capitaliza la economía interna y aquella que se remesa al exterior. Los valores resultan sorprendentemente altos por encima del 60% en promedio, llegando en algunos años a representar más del 85% del ingreso.

Así, sin ningún ajuste se podría afirmar que en el 2004 el 61.4% del valor de retorno me estaría señalando que de cada 100 dólares obtenidos por concepto de ingresos 61 dólares se quedan en el país como cargas laborales, compras e impuestos. Es más, en el 2010 dicha participación se eleva al 69%, lo cual resultaría coherente con las graves limitaciones de la empresa para expandir la producción.

Es más, recortando en un 50% las compras en el país pues se asume que el otro 50% constituyen compras a empresas comerciales importadoras de equipo y bienes de capital, la tendencia disminuye como se puede observar en el segundo cuadro, pero no deja de ser significativa la participación aún con el recorte del 50% en las compras del resto del país.

El nuevo valor de retorno se mantiene por encima del 45% lo cual resultaría positivo para el país, pues nos estaría señalando que para el 2010 de cada 100 dólares de ingresos totales 50 dólares se quedan en el país como cargas laborales, compras en Cajamarca y el resto del país más los impuestos a la renta declarados.

Lamentablemente esta información económica disponible no valoriza los costos ambientales ni la extinción de recursos naturales no renovables. Tampoco estima la rabia contenida de miles de campesinos a las prácticas abusivas de una empresa que impone todo un poder con una guardia pretoriana a su servicio. Evidentemente con el protagonismo de rondas campesinas organizadas y representadas en parte por Gregorio Santos Presidente Regional, estamos seguros que muy poco de este valor de retorno se transfiere a los más pobres de Cajamarca.

De allí, la necesidad de dialogar superando los fundamentalismos ecologistas y del libre mercado. Si se asegura la dotación de agua en mayores volúmenes que los originalmente proyectados. Si se aumenta el valor de retorno no para favorecer solamente a los 10 mil trabajadores directos e indirectos  que tiene la Mra. Yanacocha, sino asegurando mayores compras a la economía campesina. Si el Estado asume la necesidad de una estricta fiscalización ambiental y la disponibilidad de mayores recursos para Cajamarca, asegurando la realidad de una minería responsable  a nivel social y ambiental, el Proyecto Conga debe ser una realidad estrictamente por el interés nacional.










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