EXTRACTIVISMO O MAYOR VALOR DE RETORNO
ESCRIBE: JORGE MANCO ZACONETTI (Investigador UNMSM)
Están por cumplirse los treinta días de una
paralización parcial del campesinado de Cajamarca con su presidente regional
Gregorio Santos a la cabeza, a los cuales se suman una serie de dirigentes de
los llamados frentes de defensa, ronderos, organismos no gubernamentales, contra
el proyecto minero Conga que es auspiciado por la Mra. Yanacocha, la misma que
tiene como accionistas a la transnacional Newmont, número dos en la producción
aurífera a nivel mundial, a la Compañía Mra. Buenaventura que ocupa el 13º en
la producción mundial de oro, y al brazo financiero IFC del Banco Mundial.
Este conflicto político que lleva meses ha
puesto en la encrucijada no solamente el modelo extractivista sino también la
gobernabilidad del país, por los múltiples efectos e intereses que estarían
detrás en un contexto de crisis económica global, conflicto que de reproducirse
en otras regiones paralizarían las inversiones mineras con consecuencias
perversas tanto macroeconómicas como en la economía regional.
El Presidente de la República en su última
intervención del sábado 23 de junio ha ratificado el apoyo oficial al
cuestionado proyecto, destacando la necesidad de hacer las correcciones,
asumiendo las recomendaciones del peritaje internacional, promoviendo mayores
inversiones adicionales a las previstas en el Estudio de Impacto Ambiental
(EIA) que permitan una mayor dotación de agua a la población en su conjunto,
más los compromisos sobre una fiscalización ambiental efectiva, ante la
debilidad y permisividad estatal del pasado.
Estamos pues ante un problema de
credibilidad pues la población no cree ni confía en un Estado capturado por las
grandes empresas, ausentista e ineficiente que no permite ejecutar los
importantes recursos que por canon, sobrecanon y regalías tienen los gobiernos
locales y regionales gracias a la explotación de los recursos naturales.
Si se trata de encontrar soluciones y
espacios de diálogo evitando los extremos del “Conga Va” al “Conga Ni de
Vainas” sería importante reconocer la necesidad de unas disculpas públicas del
Presidente Ollanta Humala al electorado cajamarquino por el cambio de opinión
entre su discurso radical de la campaña electoral, donde asumió una posición
contraria al proyecto Conga y a otros proyectos mineros en cabeceras de cuenca,
y su pensamiento y discurso como Presidente, donde reconoce la necesidad de
promover inversiones privadas para asegurar el crecimiento económico con rostro
humano. Es decir, promover el crecimiento con redistribución social de la
riqueza.
Se debe asumir que el pueblo peruano está
harto de las promesas incumplidas de los candidatos que llegan al sillón
presidencial y cambian luego de programa. En la memoria colectiva está aquél
que propuso un gobierno de “honradez, tecnología y trabajo” y terminó en el
régimen más corrupto del siglo XX, al candidato que ofreció “un futuro
diferente” con el “cambio responsable” para terminar aplicando el modelo económico
de los noventa, con altas dosis de corrupción pues el principio de la
“gobernanza” cuando se es presidente era que la “plata viene sola”.
Por ello, reconociendo las prácticas de las
políticas criollas donde se ofrece el “oro y el moro” para ganar el voto
popular, bien estaría una explicación y una disculpa sobre la necesidad del
cambio de rumbo respecto a los proyectos mineros en especial al de Conga de
parte del Presidente Ollanta Humala, él mismo que falto de reflejos políticos
está llevando al país a una innecesaria polarización social, a un gobierno
ganado por el corto plazo sin proyección de las políticas de Estado.
En tal sentido, en el presente artículo se
trata de aportar algunos elementos que permitan entender la importancia de la
minería para el país y Cajamarca en especial, a partir de una categoría como el
“valor de retorno”, o valor retenido que esencialmente estima la riqueza que se
queda en el país como remuneraciones y todos los beneficios que perciben los
trabajadores de la Mra. Yanacocha (sueldos y salarios, aportes de la empresa,
participación en utilidades)
A ello debería sumarse las compras que
realiza la Mra. Yanacocha sea en Cajamarca como en el resto del país, y los
abonos de impuestos, más el llamado “aporte voluntario” entre el 2006 y el
2011. En verdad, estos datos debieran ser confrontados con las estadísticas
oficiales en especial sobre el impuesto a la renta realmente pagado, pues
se debe diferenciar entre el impuesto a
la renta declarado y el realmente pagado gracias a los múltiples beneficios,
que permiten deducir los gastos del impuesto a la renta, minimizando los
ingresos fiscales.
El
VALOR DE RETORNO DE YANACOCHA
Esta categoría es utilizada esencialmente
para la economía peruana por la economista e historiadora R. Thorp y G. Bertram
en su libro clásico “Perú: Crecimiento y Políticas en una Economía Abierta
1890-1977”, donde se analiza el comportamiento de las empresas extranjeras en
la explotación minera y petrolera, utilizando la categoría “valor de retorno” para
demostrar el carácter expoliador o no de la inversión transnacional. En
especial se estudia el caso de la minera Cerro de Pasco Corporation y de la petrolera
International Petroleum (IPC) en las primeras décadas del siglo XX.
La categoría del “valor de retorno” y una
matriz de insumo/producto actualizada son el instrumento analítico para una
discusión técnica sobre las ventajas y/o desventajas de la explotación minera
en un país como el nuestro, caracterizado por los profundos abismos sociales, diferencias
culturales, étnicas y económicas.
Lamentablemente el sistema estadístico no
tiene una tabla de insumo/producto actualizada que permita captar la
interdependencia sectorial de la minería con otros sectores como la industria,
en la demanda de insumos y maquinaria, analizar la demanda que realiza el
sector minero en alimentos, servicios, energía, derivados de petróleo, textiles
etc. Esta matriz permitiría saber si los insumos utilizados por el sector
minero fundamentalmente tienen un origen nacional o importado. La tabla
existente se remonta a la estructura de 1994 y no refleja los cambios
acontecidos en la estructura económica en las últimas décadas.
Con este instrumento estadístico se
descartaría o se afirmaría el carácter de “enclave económico” de la explotación
minera o petrolera a estas alturas de la historia. Evidentemente con el sentido
común y el principio de la realidad no se podría sostener el carácter de
“enclave” en el caso de Mra. Yanacocha y su impacto perturbador sobre ciudades
tradicionales como Cajamarca, pues la explotación minera se lleva a cabo a
menos de una hora de la capital departamental, y los impactos negativos y
positivos se sienten en lo fundamental en la provincia de Cajamarca.
LAS
CARGAS LABORALES
En el cuadro “Mra. Yanacocha S.R.L :
Relación del Valor de Retorno y los Ingresos Totales de la Empresa”, se
presenta la estadística sobre las cargas laborales entre la vigencia del
proyecto hacia 1993 y el 2010, es decir en dieciocho años los ingresos que
perciben los trabajadores han pasado de 767 mil dólares a 198 millones de
dólares. Esta partida incluye las remuneraciones de los trabajadores más los
aportes que asume la empresa por trabajador sea por AFPs, es decir los fondos
privados de pensiones, y otros.
En las cargas laborales la empresa en su
estadística asume la participación de utilidades que tienen una tendencia
creciente entre el 2002 al 2010 gracias a la bonanza de los precios. Si bien en
el caso de mineras la participación laboral en las utilidades es del 8% de la
utilidad antes del abono del impuesto a la renta, es importante considerar que
la participación está concebida tributariamente como gasto, por tanto los
montos distribuidos a los trabajadores son deducibles del impuesto a la renta,
como también son deducibles los gastos de exploración efectuados en el año.
En Mra. Yanacocha con 3,138 empleados y
aproximadamente 6,500 trabajadores el impacto de las cargas laborales es
significativo en la región. Sirva de ejemplo el 2010 donde ante remuneraciones totales
del orden de 101.5 millones de dólares, la participación de utilidades
representaron 77.6 millones de dólares, que sumados al aporte del empleador 9.2
millones de dólares y a las aportaciones de los propios trabajadores a las AFPs
por un valor de 9.8 millones totalizan los 198.2 millones de dólares que
aparecen al final de la columna.
En resumen, el total de cargas laborales
(remuneraciones, aportes de la empresa a las AFPs, Participación de Utilidades
y pagos de los trabajadores a las AFPS) representan el 10% de los ingresos que
obtiene Mra. Yanacocha en el 2010, monto superior a la participación del 2004
que era equivalente al 6%. Ello se explica en lo fundamental por la presencia
de los sindicatos de los trabajadores que demandan a través de las negociaciones
colectivas una mayor redistribución de la riqueza.
Si un trabajador minero percibe ingresos
promedios por todo concepto más o menos 2,000 dólares mensuales en un medio
tradicional como Cajamarca, con ingresos campesinos menores a los 105 dólares
mensuales, es decir menos de 4 dólares diarios, es evidente que se generen
frustraciones y resentimientos ante una empresa transnacional y sus
trabajadores, que no demanda mano de obra de la región, especialmente
campesina.
Si a ello se agregan las malas prácticas de
una empresa abusiva y prepotente, acostumbrada a ganar tiempo y comprar
autoridades, medios, conciencias, y que no cumple con los compromisos pactados
frente a las comunidades campesinas, y si sumado a ello existe evidencia de
contaminación de ríos y lagunas, se tiene una fórmula explosiva contra la
actividad minera.
En todo caso debemos recordar que el
proyecto Yanacocha requirió una inversión menor a los 42 millones de dólares
entre 1992 y 1993 y la empresa no pagó absolutamente nada al Estado por el
yacimiento. Es más, queda en la conciencia campesina como se adquirieron
tierras mineralizadas pagando 100 dólares por hectárea lo que constituía un
abuso que solamente los representantes de la Iglesia Católica denunciaron.
Investigaciones mayores debieran determinar
si la mayor parte de las cargas laborales se gastan en Cajamarca o fuera de la
región. En todo caso resulta que los mayores ingresos laborales han cambiado
radicalmente la economía urbana haciendo más evidente la riqueza citadina
frente a la pobreza campesina.
LAS
COMPRAS DE LA MINERA
Con la información estadística disponible
las compras de Mra. Yanacocha en Cajamarca han crecido en el tiempo llegando a
representar el 9% de los ingresos en el 2007 para disminuir en el 2010 a los
4.7% de los ingresos. Así, estas compras locales pasaron de los 44 millones de
dólares en el 2004, para llegar a los 108 millones en el 2004 y subir a los 113
millones en el 2008. En verdad, sería interesante saber quién o quiénes
concentran este poder de compra, que seguramente no pasa por la economía
campesina.
Luego se presentan en la siguiente columna
las “compras en el resto del país” que básicamente debe entenderse en Lima. Es
de suponer que son las compras de insumos, explosivos, reactivos, combustibles,
energía, maquinaria y equipo, servicios, etc. Así, en el 2010 las compras en el
país representaron los 703 millones de dólares, y sobre los 600 millones en los
años previos, tal como se puede observar.
A sabiendas de las limitaciones de la
industria local que no produce maquinaria ni equipos mineros, todos los bienes
de capital que son comprados a casas importadoras, representantes de marca en
equipos para la minería, tipo Ferreyros, Volvo, Siemens etc., podemos asumir
que el 50% de estas compras son importaciones realizadas por terceras empresas.
En su conjunto las compras locales en
Cajamarca y las compras en el resto del país sumaron los 791 millones en el
2010 que resultan equivalentes al 42.7 % de los ingresos obtenidos en dicho año
que sumaron los 1,852 millones de dólares. Esta cifra que es anormalmente alta
tendría su explicación en la compra de equipo para los nuevos proyectos, pues
una participación del 42.7% resulta elevada para una empresa minera.
En razón de la alta participación de las
compras en el resto del país, un supuesto válido es asumir que solamente el 50%
de las compras se realizan en la economía peruana, por bienes y servicios y el
otro 50% corresponde a importaciones de maquinaria y equipo, bienes de capital
comprados a empresas importadoras, pues por el débil grado de industrialización
no son producidas internamente. Ello otorgaría mayor consistencia al valor de
retorno de Mra. Yanacocha.
IMPUESTO
A LA RENTA Y APORTE VOLUNTARIO
En las columnas referidas al impuesto a la
renta aparecen los abonos desde 1994 al 2010 declarados por la empresa Mra.
Yanacocha; en verdad habría que preguntar si estas cifras expuestas por la
empresa coinciden con la información oficial de la Sunat y el Ministerio de
Economía y Finanzas, pues se debe distinguir el impuesto a la renta declarado
del impuesto a la renta efectivamente pagado, en razón de deducciones, cargos
diversos a cuenta del impuesto a la renta por diversas partidas deducibles como
la depreciación y amortización, los gastos de capital por exploraciones, las
participaciones de los trabajadores, el crédito fiscal etc.
Se debe recordar que por los contratos de
estabilidad jurídica, tributaria y administrativa firmados entre 1993 y
posteriormente la minera justificaba no estar inserta en el pago de las
llamadas regalías mineras que entraron en vigencia a partir de mediados del
2004. Por ello, el fisco en lo fundamental percibe el impuesto a la renta que
está sujeto a una serie de deducciones que afectan al costo de venta, a los
gastos de venta y gastos administrativos, a los gastos financieros.
Por ello, durante el gobierno del APRA el
Presidente Alan García en lugar de demandar el pago efectivo de las regalías a
todas las empresas mineras sin excepción, lo sustituyó por el famoso Aporte
Voluntario más conocido como Óbolo Voluntario por lo miserable de su
significado en relación a la riqueza creada y las utilidades netas obtenidas
como se puede captar en el cuadro.
Así, con un Aporte Voluntario en el 2007 de
22 millones de dólares y utilidades netas declaradas de 244 millones de
dólares, o el 2009 con un aporte de 17.4 millones de dólares y 713 millones de
utilidades netas, es evidente lo limitado de tales partidas.
En todo caso con la información disponible
en el 2001 la participación del impuesto a la renta en relación a los ingresos
era del 3.7%, se incrementa en el 2004 al 14.5% para mantenerse a ese nivel
hasta el 2010, lo cual nos parece elevado. De allí, la necesidad de identificar
el impuesto a la renta realmente pagado deduciendo los beneficios tributarios.
RESUMEN
Si se suman todos los montos de izquierda a
derecha del cuadro, tanto por concepto de total de cargas laborales, compras en
Cajamarca, compras en el país, el impuesto a la renta declarado, más las
pequeñas sumas del aporte voluntario, se obtiene el “valor de retorno” entre
los años 1994 y el 2010
En verdad, si se relaciona el valor de
retorno obtenido frente a los ingresos totales, se tiene una participación
porcentual, que significaría el grado de participación de la riqueza que
capitaliza la economía interna y aquella que se remesa al exterior. Los valores
resultan sorprendentemente altos por encima del 60% en promedio, llegando en
algunos años a representar más del 85% del ingreso.
Así, sin ningún ajuste se podría afirmar
que en el 2004 el 61.4% del valor de retorno me estaría señalando que de cada
100 dólares obtenidos por concepto de ingresos 61 dólares se quedan en el país
como cargas laborales, compras e impuestos. Es más, en el 2010 dicha
participación se eleva al 69%, lo cual resultaría coherente con las graves
limitaciones de la empresa para expandir la producción.
Es más, recortando en un 50% las compras en
el país pues se asume que el otro 50% constituyen compras a empresas
comerciales importadoras de equipo y bienes de capital, la tendencia disminuye
como se puede observar en el segundo cuadro, pero no deja de ser significativa
la participación aún con el recorte del 50% en las compras del resto del país.
El nuevo valor de retorno se mantiene por
encima del 45% lo cual resultaría positivo para el país, pues nos estaría
señalando que para el 2010 de cada 100 dólares de ingresos totales 50 dólares
se quedan en el país como cargas laborales, compras en Cajamarca y el resto del
país más los impuestos a la renta declarados.
Lamentablemente esta información económica
disponible no valoriza los costos ambientales ni la extinción de recursos
naturales no renovables. Tampoco estima la rabia contenida de miles de
campesinos a las prácticas abusivas de una empresa que impone todo un poder con
una guardia pretoriana a su servicio. Evidentemente con el protagonismo de
rondas campesinas organizadas y representadas en parte por Gregorio Santos
Presidente Regional, estamos seguros que muy poco de este valor de retorno se
transfiere a los más pobres de Cajamarca.
De allí, la necesidad de dialogar superando
los fundamentalismos ecologistas y del libre mercado. Si se asegura la dotación
de agua en mayores volúmenes que los originalmente proyectados. Si se aumenta
el valor de retorno no para favorecer solamente a los 10 mil trabajadores
directos e indirectos que tiene la Mra.
Yanacocha, sino asegurando mayores compras a la economía campesina. Si el
Estado asume la necesidad de una estricta fiscalización ambiental y la
disponibilidad de mayores recursos para Cajamarca, asegurando la realidad de
una minería responsable a nivel social y
ambiental, el Proyecto Conga debe ser una realidad estrictamente por el interés
nacional.
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