MINERÍA CON MÁS UTILIDADES EXTRAORDINARIAS
En el debate electoral un tema central tiene que ver con la mayor participación del Estado en la renta minera, sea con mayores tasas de regalías, a través de un impuesto extraordinario a las ganancias extraordinarias o un incremento progresivo de la tasa del impuesto a la renta. Las fórmulas para justificar mayores ingresos fiscales son variadas, todas posibles de ser realizadas y lo que debe manifestarse es la voluntad política de los gobernantes para negociar con dignidad los intereses nacionales ante el enorme poder de las empresas mineras transnacionales, y sus cipayos nativos que anuncian “el fin del mundo” si el Estado incrementa su participación en la renta minera.
Existen enormes presiones políticas, periodísticas, de lobbies empresariales para rechazar cualquier variación de las reglas de juego en la promoción de la inversión privada en la actividad minera que tiene cada vez más el rechazo de las comunidades campesinas, universidades públicas, de los organismos no gubernamentales, la Iglesia, líderes de opinión, gobiernos locales y regionales.
En verdad, al margen de la débil participación del Estado en la participación de la renta minera sea como impuesto a la renta, regalías, derechos de vigencia y si se sumara el aporte minero las cuentas resultan mínimas para el Estado, por ello nos reafirmamos en la tesis que de cada 100 dólares de ingresos de exportación el fisco apenas captura un poco más de 12 dólares mientras en Chile contabilizando la minería privada y estatal es más del doble.
Ello no es equitativo ni justo y solamente el interés privado puede justificar un modelo que resulta inviable en el largo plazo, pues promueve mayores conflictos sociales y pasivos ambientales que el Estado tendrá que asumir con sus escasos recursos. Y, si a ello se agrega el carácter primario de los productos mineros que son mayoritariamente refinados en el exterior con mayores utilidades.
En la realidad, la exportación de los concentrados de cobre, zinc, plomo, plata, oro, etc. resultan abrumadoramente mayoritarios frente a los productos refinados, lo cual agrega una situación anómala donde no se están pagando los diversos subproductos, muchos metales raros que resultan del proceso de fundición y refino realizado en el exterior. De allí la necesidad de abrir con responsabilidad social y ambiental el centro metalúrgico de La Oroya, que constituye hasta ahora lo más avanzado en cuanto valor agregado en el sector minero.
APROPIACIÓN DE LA RENTA MINERA
Las utilidades netas no constituyen el mejor indicador de la rentabilidad empresarial, pues están sometidas a una serie de deducciones tales como los costos de producción que incluyen partidas como la variación de existencias, servicios de terceros, depreciación y amortización, los costos y gastos de venta y administrativos que incluyen los gastos de representación de la gerencia, más los gastos financieros. Incorpora también los pagos realizados a los trabajadores por concepto de participación a los trabajadores (8%) y el abono del impuesto a la renta (30%).
Es decir, la utilidad neta y la tasa de rentabilidad neta, es decir su relación frente a los ingresos por ventas, estima la rentabilidad para los accionistas luego de haber realizado todas las deducciones. Por ello, una tasa de rentabilidad neta mayor al 30% es considerada excesiva, propia de monopolio. Es más, si se compara esta tasa con el costo del capital a nivel internacional, sea en New York con las tasas de interés Prime Rate 3.25% en un año, o en Londres con el Libor a menos del 1% en un año, o bonos del Tesoro (USA) 4.50% a 30 años, existe un enorme diferencial entre las utilidades que están obteniendo las empresas mineras en el Perú frente por ejemplo a la compra de bonos del Tesoro o si estuviesen depositados su capital dinero ganando intereses en los bancos.
Esta entrada es importante pues se debe distinguir la utilidad normal o de largo plazo dirían los “clásicos de la economía política” como David Ricardo, que debe tener el capital si se invirtiese en la industria, banco, comercio, de la rentabilidad obtenida por la inversión realizada en las minas, donde se trata de recursos no renovables y agotables en el tiempo.
Es decir, la explotación de los recursos naturales no renovables como en las minas está generando renta minera que debe diferenciarse de la legítima utilidad del capital y del capital financiero. Es decir, “los dueños de las minas” se están apropiando de algo que no les pertenece, la renta del suelo o mejor de la renta minera que le corresponde al titular de los recursos naturales que es la Nación, es decir a todos los peruanos, representados en el Estado, por los gobiernos de turno.
De allí, la necesidad de analizar el vertiginoso incremento de las utilidades netas de las principales empresas mineras en el período 2005 al 2010, expuestas en el cuadro “Perú: Ranking de Utilidad Neta por Empresa Minera”, con la información de las empresas que cotizan en la Bolsa de Valores de Lima, donde las cupríferas y auríferas obtienen tasas de rentabilidad inauditas, jamás vistas en la historia económica mundial y que no están siendo compartidas con el Estado vía regalías o con un impuesto específico. Ello reproduce lo que el reconocido científico social Jorge Bravo Bresani afirmaba en un ensayo publicado por el Instituto de Estudios Peruanos (IEP) en la década del setenta titulaba con acritud: “Gran Empresa Pequeña Nación”
LAS QUE MÁS GANAN
En primer lugar, la que obtiene la más alta utilidad neta en términos absolutos es la minera Southern Perú Copper Corp. (SPCC) que explota las unidades de Cuajone en Moquegua y Toquepala en Tacna, con rendimientos decrecientes en esta última cuya explotación data de mediados de los años cincuenta. La utilidad neta todavía no auditada para el 2010 ha sido de 1,914 millones de dólares en un 170% por encima de la utilidad neta del 2009 que fue de 707 millones de dólares.
Si se observa el cuadro la segunda utilidad neta más alta se alcanzó en el 2007 con un valor de 1,415 millones de dólares, año en mención que se considera como el pico del boom minero. Si se adopta como punto de partida el 2005 la utilidad neta obtenida fue de 913 millones de dólares, por tanto la utilidad del 2010 más que duplica la utilidad neta del 2005.
El promedio simple de la utilidad neta en términos absolutos entre el 2005 y el 2010 para SPCC ha sido de 1,219 millones de dólares por año que mayormente se remesan hacia su matriz el Grupo México. Si se tiene presente que el proyecto de cobre en Tía María requiere inversiones del orden de 950 millones de dólares para un proyecto vital para el grupo que tendrá una vigencia de casi 20 años, resulta increíble que con tales niveles de utilidades no puedan ofrecer inversiones importantes bajo el concepto de responsabilidad social en la provincia de Islay, Arequipa.
Par el 2010 la tasa de rentabilidad neta ha sido de 60.7%, lo que significa que de cada 100 dólares de ingresos por exportación 60 dólares corresponden a utilidades netas que se distribuyen entre sus accionistas. En promedio para los años anteriores la tasa de rentabilidad neta ha fluctuado por el 40%, lo cual grafica las extraordinarias ganancias en el 2010.
El segundo lugar en cuanto nivel absoluto de utilidades netas le corresponde a la Sociedad Minera Cerro Verde con 1,054 millones de dólares en el 2010, superando los niveles alcanzados en las utilidades netas del 2009 que fueron de 708 millones y del 2007 que arribaron a los 805 millones de dólares. El salto es cualitativo en esta empresa minera respecto a las utilidades netas que de 233 millones de dólares en el 2005 alcanzan los 1,054 millones de dólares en el 2010, es decir se incrementan más de cuatro veces.
La utilidad promedio en esta unidad minera en el período 2005-2010 ha sido de 661 millones de dólares gracias al incremento de la producción a más de 300 mil toneladas anuales desde el 2007, ampliación que gozó del beneficio de reinversión de utilidades y al auge de precios del cobre que supera los 400 centavos de dólar por libra de cobre.
El tercer lugar en cuanto a la utilidad neta obtenida en el 2010 lo ocupa la Cía. Minera Barrick Misquichilca con 918 millones de dólares superando en un 47% los resultados del 2009 que sumaron los 626 millones y los 490 millones de dólares del 2007. Si bien la producción de concentrados de oro de esta empresa aurífera ha disminuido en razón del factor agotamiento y rendimientos marginales de la unidad de Pierina en Ancash que son compensados en parte con la producción de la unidad de Lagunas Norte en la sierra de La Libertad.
El promedio simple de la utilidad neta en el período 2005-2010 de Barrick Misquichilca ha sido de 550 millones de dólares anuales, y en el 2010 se obtienen 918 millones de utilidad neta pese a una menor producción de oro, con una tasa de rentabilidad neta del 76.5%. Esto simplemente significa que de cada 100 dólares de ingresos por ventas los accionistas perciben 76.5 dólares de utilidad neta.
Lo menos que se puede decir respecto a estas tasas de rentabilidad neta de estas empresas mineras que no abonan regalías y cuya contribución en inversiones de responsabilidad minera resultan minoritarias pues no guardan proporción con la riqueza obtenida, constituyen ganancias inmorales como afirmaría J.M. Keynes.
El cuarto lugar está ocupado por la Cía de Minas Buenaventura que tiene como accionistas al grupo económico de los Benavides de la Quintana, con una utilidad neta de 663 millones de dólares en el 2010 superando las utilidades netas del 2009 que alcanzaron los 594 millones de dólares. En verdad, estas ganancias extraordinarias incorporan las utilidades por sus participaciones en Mra. Yanacocha y en la Mra. Cerro Verde entre otras.
En todo caso la utilidad neta alcanzada en el 2005 era de 285 millones de dólares, en el 2006 se incrementaba a los 428 millones para decaer en el 2008 a los 153 millones para alcanzar los 593 millones en el 2009 y 663 millones dólares en el 2010
EPILOGO
En resumen, las utilidades netas con todas estas consideraciones se incrementan para el conjunto de las empresas que cotizan en la Bolsa de Valores de Lima, si bien la información no está todavía auditada razonablemente no variará sustantivamente, de allí que los 6,618 millones de dólares de utilidades netas obtenidas en el 2010 superan en más de 2,560 millones de dólares adicionales a las utilidades netas obtenidas en el 2009 que sumaron los 4,058 millones de dólares, y de lejos a los 2,567 millones del 2005.
Si los intereses crematísticos de consultoras privadas como Apoyo, Macroconsult y algunos conversos que no entienden el problema de las utilidades extraordinarias y el problema de la renta minera sería recomendable la lectura del viejo David Ricardo 1821 en su libro Principios de Economía Política y Tributación y la última literatura del Banco Mundial y el FMI al respecto.
Lo cierto con la evidencia empírica es la miserable participación fiscal en la renta minera con un Estado que no tiene los ingresos necesarios para solventar una educación y salud de calidad, con seguridad social decente para todos los peruanos sin excepción. Por tanto, por estrictas razones de Estado se deben elevar las tasas de regalías mineras sin excepción alguna pues las condiciones políticas, económicas e internacionales de los años noventa del siglo pasado han cambiado, o en su defecto imponer un “impuesto específico a las utilidades extraordinarias”
En el debate electoral un tema central tiene que ver con la mayor participación del Estado en la renta minera, sea con mayores tasas de regalías, a través de un impuesto extraordinario a las ganancias extraordinarias o un incremento progresivo de la tasa del impuesto a la renta. Las fórmulas para justificar mayores ingresos fiscales son variadas, todas posibles de ser realizadas y lo que debe manifestarse es la voluntad política de los gobernantes para negociar con dignidad los intereses nacionales ante el enorme poder de las empresas mineras transnacionales, y sus cipayos nativos que anuncian “el fin del mundo” si el Estado incrementa su participación en la renta minera.
Existen enormes presiones políticas, periodísticas, de lobbies empresariales para rechazar cualquier variación de las reglas de juego en la promoción de la inversión privada en la actividad minera que tiene cada vez más el rechazo de las comunidades campesinas, universidades públicas, de los organismos no gubernamentales, la Iglesia, líderes de opinión, gobiernos locales y regionales.
En verdad, al margen de la débil participación del Estado en la participación de la renta minera sea como impuesto a la renta, regalías, derechos de vigencia y si se sumara el aporte minero las cuentas resultan mínimas para el Estado, por ello nos reafirmamos en la tesis que de cada 100 dólares de ingresos de exportación el fisco apenas captura un poco más de 12 dólares mientras en Chile contabilizando la minería privada y estatal es más del doble.
Ello no es equitativo ni justo y solamente el interés privado puede justificar un modelo que resulta inviable en el largo plazo, pues promueve mayores conflictos sociales y pasivos ambientales que el Estado tendrá que asumir con sus escasos recursos. Y, si a ello se agrega el carácter primario de los productos mineros que son mayoritariamente refinados en el exterior con mayores utilidades.
En la realidad, la exportación de los concentrados de cobre, zinc, plomo, plata, oro, etc. resultan abrumadoramente mayoritarios frente a los productos refinados, lo cual agrega una situación anómala donde no se están pagando los diversos subproductos, muchos metales raros que resultan del proceso de fundición y refino realizado en el exterior. De allí la necesidad de abrir con responsabilidad social y ambiental el centro metalúrgico de La Oroya, que constituye hasta ahora lo más avanzado en cuanto valor agregado en el sector minero.
APROPIACIÓN DE LA RENTA MINERA
Las utilidades netas no constituyen el mejor indicador de la rentabilidad empresarial, pues están sometidas a una serie de deducciones tales como los costos de producción que incluyen partidas como la variación de existencias, servicios de terceros, depreciación y amortización, los costos y gastos de venta y administrativos que incluyen los gastos de representación de la gerencia, más los gastos financieros. Incorpora también los pagos realizados a los trabajadores por concepto de participación a los trabajadores (8%) y el abono del impuesto a la renta (30%).
Es decir, la utilidad neta y la tasa de rentabilidad neta, es decir su relación frente a los ingresos por ventas, estima la rentabilidad para los accionistas luego de haber realizado todas las deducciones. Por ello, una tasa de rentabilidad neta mayor al 30% es considerada excesiva, propia de monopolio. Es más, si se compara esta tasa con el costo del capital a nivel internacional, sea en New York con las tasas de interés Prime Rate 3.25% en un año, o en Londres con el Libor a menos del 1% en un año, o bonos del Tesoro (USA) 4.50% a 30 años, existe un enorme diferencial entre las utilidades que están obteniendo las empresas mineras en el Perú frente por ejemplo a la compra de bonos del Tesoro o si estuviesen depositados su capital dinero ganando intereses en los bancos.
Esta entrada es importante pues se debe distinguir la utilidad normal o de largo plazo dirían los “clásicos de la economía política” como David Ricardo, que debe tener el capital si se invirtiese en la industria, banco, comercio, de la rentabilidad obtenida por la inversión realizada en las minas, donde se trata de recursos no renovables y agotables en el tiempo.
Es decir, la explotación de los recursos naturales no renovables como en las minas está generando renta minera que debe diferenciarse de la legítima utilidad del capital y del capital financiero. Es decir, “los dueños de las minas” se están apropiando de algo que no les pertenece, la renta del suelo o mejor de la renta minera que le corresponde al titular de los recursos naturales que es la Nación, es decir a todos los peruanos, representados en el Estado, por los gobiernos de turno.
De allí, la necesidad de analizar el vertiginoso incremento de las utilidades netas de las principales empresas mineras en el período 2005 al 2010, expuestas en el cuadro “Perú: Ranking de Utilidad Neta por Empresa Minera”, con la información de las empresas que cotizan en la Bolsa de Valores de Lima, donde las cupríferas y auríferas obtienen tasas de rentabilidad inauditas, jamás vistas en la historia económica mundial y que no están siendo compartidas con el Estado vía regalías o con un impuesto específico. Ello reproduce lo que el reconocido científico social Jorge Bravo Bresani afirmaba en un ensayo publicado por el Instituto de Estudios Peruanos (IEP) en la década del setenta titulaba con acritud: “Gran Empresa Pequeña Nación”
LAS QUE MÁS GANAN
En primer lugar, la que obtiene la más alta utilidad neta en términos absolutos es la minera Southern Perú Copper Corp. (SPCC) que explota las unidades de Cuajone en Moquegua y Toquepala en Tacna, con rendimientos decrecientes en esta última cuya explotación data de mediados de los años cincuenta. La utilidad neta todavía no auditada para el 2010 ha sido de 1,914 millones de dólares en un 170% por encima de la utilidad neta del 2009 que fue de 707 millones de dólares.
Si se observa el cuadro la segunda utilidad neta más alta se alcanzó en el 2007 con un valor de 1,415 millones de dólares, año en mención que se considera como el pico del boom minero. Si se adopta como punto de partida el 2005 la utilidad neta obtenida fue de 913 millones de dólares, por tanto la utilidad del 2010 más que duplica la utilidad neta del 2005.
El promedio simple de la utilidad neta en términos absolutos entre el 2005 y el 2010 para SPCC ha sido de 1,219 millones de dólares por año que mayormente se remesan hacia su matriz el Grupo México. Si se tiene presente que el proyecto de cobre en Tía María requiere inversiones del orden de 950 millones de dólares para un proyecto vital para el grupo que tendrá una vigencia de casi 20 años, resulta increíble que con tales niveles de utilidades no puedan ofrecer inversiones importantes bajo el concepto de responsabilidad social en la provincia de Islay, Arequipa.
Par el 2010 la tasa de rentabilidad neta ha sido de 60.7%, lo que significa que de cada 100 dólares de ingresos por exportación 60 dólares corresponden a utilidades netas que se distribuyen entre sus accionistas. En promedio para los años anteriores la tasa de rentabilidad neta ha fluctuado por el 40%, lo cual grafica las extraordinarias ganancias en el 2010.
El segundo lugar en cuanto nivel absoluto de utilidades netas le corresponde a la Sociedad Minera Cerro Verde con 1,054 millones de dólares en el 2010, superando los niveles alcanzados en las utilidades netas del 2009 que fueron de 708 millones y del 2007 que arribaron a los 805 millones de dólares. El salto es cualitativo en esta empresa minera respecto a las utilidades netas que de 233 millones de dólares en el 2005 alcanzan los 1,054 millones de dólares en el 2010, es decir se incrementan más de cuatro veces.
La utilidad promedio en esta unidad minera en el período 2005-2010 ha sido de 661 millones de dólares gracias al incremento de la producción a más de 300 mil toneladas anuales desde el 2007, ampliación que gozó del beneficio de reinversión de utilidades y al auge de precios del cobre que supera los 400 centavos de dólar por libra de cobre.
El tercer lugar en cuanto a la utilidad neta obtenida en el 2010 lo ocupa la Cía. Minera Barrick Misquichilca con 918 millones de dólares superando en un 47% los resultados del 2009 que sumaron los 626 millones y los 490 millones de dólares del 2007. Si bien la producción de concentrados de oro de esta empresa aurífera ha disminuido en razón del factor agotamiento y rendimientos marginales de la unidad de Pierina en Ancash que son compensados en parte con la producción de la unidad de Lagunas Norte en la sierra de La Libertad.
El promedio simple de la utilidad neta en el período 2005-2010 de Barrick Misquichilca ha sido de 550 millones de dólares anuales, y en el 2010 se obtienen 918 millones de utilidad neta pese a una menor producción de oro, con una tasa de rentabilidad neta del 76.5%. Esto simplemente significa que de cada 100 dólares de ingresos por ventas los accionistas perciben 76.5 dólares de utilidad neta.
Lo menos que se puede decir respecto a estas tasas de rentabilidad neta de estas empresas mineras que no abonan regalías y cuya contribución en inversiones de responsabilidad minera resultan minoritarias pues no guardan proporción con la riqueza obtenida, constituyen ganancias inmorales como afirmaría J.M. Keynes.
El cuarto lugar está ocupado por la Cía de Minas Buenaventura que tiene como accionistas al grupo económico de los Benavides de la Quintana, con una utilidad neta de 663 millones de dólares en el 2010 superando las utilidades netas del 2009 que alcanzaron los 594 millones de dólares. En verdad, estas ganancias extraordinarias incorporan las utilidades por sus participaciones en Mra. Yanacocha y en la Mra. Cerro Verde entre otras.
En todo caso la utilidad neta alcanzada en el 2005 era de 285 millones de dólares, en el 2006 se incrementaba a los 428 millones para decaer en el 2008 a los 153 millones para alcanzar los 593 millones en el 2009 y 663 millones dólares en el 2010
EPILOGO
En resumen, las utilidades netas con todas estas consideraciones se incrementan para el conjunto de las empresas que cotizan en la Bolsa de Valores de Lima, si bien la información no está todavía auditada razonablemente no variará sustantivamente, de allí que los 6,618 millones de dólares de utilidades netas obtenidas en el 2010 superan en más de 2,560 millones de dólares adicionales a las utilidades netas obtenidas en el 2009 que sumaron los 4,058 millones de dólares, y de lejos a los 2,567 millones del 2005.
Si los intereses crematísticos de consultoras privadas como Apoyo, Macroconsult y algunos conversos que no entienden el problema de las utilidades extraordinarias y el problema de la renta minera sería recomendable la lectura del viejo David Ricardo 1821 en su libro Principios de Economía Política y Tributación y la última literatura del Banco Mundial y el FMI al respecto.
Lo cierto con la evidencia empírica es la miserable participación fiscal en la renta minera con un Estado que no tiene los ingresos necesarios para solventar una educación y salud de calidad, con seguridad social decente para todos los peruanos sin excepción. Por tanto, por estrictas razones de Estado se deben elevar las tasas de regalías mineras sin excepción alguna pues las condiciones políticas, económicas e internacionales de los años noventa del siglo pasado han cambiado, o en su defecto imponer un “impuesto específico a las utilidades extraordinarias”
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