Lo que está pasando en SiderPerú-Chimbote es una expresión más de la ausencia interesada de una política industrial que apueste por la integración y un mayor valor agregado que transforme el hierro en acero y en una serie de subproductos esenciales para la construcción, la actividad minera, el sector eléctrico, y en general a lo queda de la industria nacional ligada al mercado interno, sobre todo la metalmecánica. De allí, la necesidad de defender la industria siderúrgica nacional para una mayor capitalización, asegurando el abastecimiento de calidad que requiere la industria y los consumidores, generando empleo digno e ingresos para el fisco.
La problemática de SiderPerú, es también una evidencia más de una fallida privatización sin estrategia ni visión de país, pues en 1992 se privatizó la empresa estatal Hierro Perú en Marcona a la trasnacional china Shougang sin compromisos en firme de abastecimiento seguro y oportuno a precios competitivos de hierro para SiderPerú. Esta es parte de otra historia que debe revisarse y renegociarse en los mejores términos para el país.
En una globalización asimétrica, desigual, el interés de la filial china de Shougang Group es el abastecimiento prioritario del mercado de la China Continental responsable de más del 47% de la producción mundial de acero. De allí, que de la producción interna de hierro de 5 millones de toneladas en promedio anual cerca del 90% se exporta al continente asiático. Es decir ¡La producción de hierro de Marcona satisface prioritariamente las necesidades del dragón chino y los saldos son para el mercado interno!
A esto se debe agregar los perniciosos efectos de la privatización de SiderPerú en febrero de 1996 donde el consorcio ganador de ese entonces fue Sider Corp. que adquirió el 94.46%, estando conformado por la empresa norteamericana Acerco representante de la transnacional Armco un gigante de la industria del acero, por la Stanton Funding LDC empresa especializada en fondos de inversiones, y por Wiese Inversiones Financieras S.A.
Sin embargo, con este consorcio ante los reiterados incumplimientos en los compromisos de inversión y crecientes deudas con el Estado, la empresa SiderPerú tuvo que ser sometida a un proceso concursal ordinario ante el Indecopi, (algo parecido a La Oroya-Doe Run Perú), y es en este contexto que hacia abril del 2006 el Estado a través de Proinversión aprobó el Plan de Promoción de la Inversión Privada en SiderPerú, por una segunda vez.
Lamentablemente los señores de Proinversión antes COPRI no reconocen que la primera privatización constituyó un rotundo fracaso, y en esta segunda oportunidad los incumplimientos son de tal magnitud que solamente los “compadrazgos” al más alto nivel, la debilidad regulatoria en la fiscalización de los contratos, y el sometimiento a los intereses brasileños pueden explicar las reiteradas faltas de Gerdau, que en un entusiasmo desmedido ofrecieron invertir más de 1,400 millones de dólares en SiderPerú, cuando en verdad apenas cumplirán el 10% de dicho monto entre el 2006-2011.
Si se tiene presente que a la transnacional Gerdau responsable y mayor accionista de SiderPerú, como para la principal competidora en el mercado interno Aceros Arequipa conformada por capitales nacionales, les resulta cada vez más atractivo y rentable importar insumos y productos terminados en particular desde el Brasil donde la transnacional Gerdau no solamente es la empresa más importante en la producción de acero sino también la número 11º a nivel mundial, con subsidiarias en Chile, México, Venezuela, Uruguay, Argentina, Colombia principalmente, facturando como grupo por más de 22 mil millones de dólares en el 2008 y más de 13,277 millones en el 2009 en razón de la crisis financiera internacional.
Es decir, estamos ante un gigante de la industria del acero como Gerdau donde el interés empresarial está más ligado a cubrir los requerimientos del mercado interno con importaciones baratas de sus varias filiales del Brasil o terceros países, desabasteciendo interesadamente el mercado local de ciertos productos, incumpliendo los compromisos asumidos en esta segunda privatización, en particular el pleno funcionamiento del Alto Horno de la siderúrgica de Chimbote.
INGRESOS, IMPORTACIONES Y UTILIDADES DE SIDERPERÚ
El 28 de junio de 2006 Gerdau S.A. se convirtió en accionista mayoritario (50% más una acción) abonando 197 millones de nuevos soles aproximadamente US$ 66 millones de dólares, y en noviembre del mismo año adquirió un paquete adicional de acciones con el que consolidó una participación de 83.28% en el Capital Social, es decir, es el operador y el accionista mayoritario.
Si se tiene presente que la mayor proporción de los ingresos de SiderPerú se explican por las ventas al mercado interno 88% y solamente un 12% se exportan especialmente a nuestro vecino del sur, Chile. Con la información económica financiera debe ser evidente que el precio pagado por Gerdau ha sido más que compensado con los ingresos y utilidades obtenidas entre el 2006 y 2009 a pesar de la crisis internacional.
Así, SiderPerú-Gerdau obtuvo ingresos por ventas de 264 millones de dólares en el 2006, de más de 378 millones en el 2007, elevándose a 579 millones de dólares en el 2008 gracias al crecimiento de la economía peruana y la disminución de sus ingresos en el 2009 a los 384 millones de dólares se explicaría por una mala política de inventarios, tal como se puede observar en el cuadro respectivo “SiderPerú S.A.A.: Principales Indicadores de la Empresa 2003-2009”
Por tanto, para Gerdau la compra de la mayoría accionaria de SiderPerú constituye un atractivo negocio en razón del vertiginoso crecimiento económico de la actividad de la construcción, inversiones mineras, sector eléctrico, pesquero. Solamente entre el 2007 y el 2008 obtuvo una utilidad operativa de casi 120 millones de dólares con los cuales recupera de lejos el precio pagado en la adquisición y financia los 20 millones de dólares anuales comprometidos en el período 2006-2011, todo ello al margen de las depreciaciones y amortizaciones cargadas a costos.
Por el contrario las pérdidas operativas de más de 60 millones de dólares en el 2009 y pérdidas netas de 36 millones en ese año, se explicarían por las políticas especulativas en el manejo de las existencias, pues como resulta evidente en el cuadro existe una política deliberada de incrementar las importaciones de acero y productos intermedios como palanquillas, barras, bobinas, perfiles del Brasil y otros países. Solamente así se puede entender como las importaciones se dispararon en el 2007 por más de 157 millones de dólares y por encima de los 457 millones en el 2008, disminuyendo a 165 millones de dólares en el 2009 producto de la crisis financiera y el menor crecimiento de la economía peruana.
Por lo menos, así lo señaló en una entrevista periodística concedida al diario El Comercio el Presidente del Directorio de SiderPerú Raúl Barrios el 1 de marzo del 2010, donde confirma claramente el alto nivel de las importaciones y de las existencias, y las pérdidas asumidas ante el desenvolvimiento de la crisis en el cuarto trimestre del 2008. Así, ante las preguntas responde:
“¿Cuánto acero vendieron en el 2009?
Casi 500,000 toneladas de acero, pero no todo fue producción porque hemos tenido que bajar las existencias que arrastrábamos desde la crisis.
¿Qué parte fue producción y cuánto existencia?
Unas 370 mil toneladas fueron producción, el resto fueron existencias.
¿Cuánto llegó a acumular de existencias Sider-Perú?
El 2009 cerramos con 405 mil toneladas, pero en el 2008 llegamos a las 640 mil toneladas (cifra superior a la capacidad instalada anual de la siderúrgica).
¿Ese fue el motivo para que cierren el 2009 con US$32 millones en pérdidas?
Claro, porque tuvimos que hacer el ajuste al valor del mercado en el balance, que fue un castigo muy grande porque tuvimos que vender a US$500 (la tonelada) lo que se produjo a más de US$1,000”
¿QUE OFRECIÓ GERDAU?
En verdad ante las perspectivas de crecimiento económico del Perú, ante el boom de la construcción y minero, los compromisos asumidos por el grupo Gerdau han sido limitados al margen de los pobres valores de adquisición de la mayoría accionaria del capital social. En resumen, los compromisos principales se refieren:
a) “Mantener la fuerza laboral, vigente al 31 de marzo del 2006, por un periodo no menor a dos años contados a partir de la FECHA DE CIERRE.
b) Mantener operativo el alto horno, salvo que por razones ambientales y/o de competitividad sea necesaria su sustitución por un activo tecnológicamente superior. En ambos casos deberá mantenerse por lo menos el nivel de producción del año 2005. Esta obligación se mantendrá vigente cuando menos por el plazo de cinco años contados a partir de la suscripción del presente contrato.
c) Presentar a la autoridad competente, en el plazo de tres (3) meses contados a partir de la FECHA DE CIERRE, la reformulación del Programa de Adecuación al Medio Ambiente (PAMA) aprobado y vigente para SIDERPERU.
d) Efectuar una inversión en SIDERPERU no menor de US$ 100'000,000.00 (Cien millones y 00/100 de Dólares los Estados Unidos de Norteamérica) (Compromiso de Inversión) a ejecutarse en un plazo máximo de cinco (5) años contados a partir de la FECHA DE CIERRE, a un ritmo de US$ 20'000,000.00 (Veinte millones y 001100 de Dólares los Estados Unidos de Norteamérica) anuales.”
Como debiera ser evidente los puntos referidos al respeto de los puestos de trabajo no se están cumpliendo, y pareciera ser política de la empresa la invitación al retiro al personal de mayor antigüedad para ser remplazados por trabajadores de contrata que resultan más baratos. Y en relación al mantenimiento operativo del Alto Horno, esta es una promesa incumplida, y bastaría tal falta para ejecutar la fianza de 30 millones de dólares establecida en el contrato con Proinversión, a menos que se espere hasta el 31 de marzo del 2011 tiempo donde se extingue dicha obligación. ¡Esto es lo que está esperando el señor León Ballén experto en perniciosas privatizaciones!
EPILOGO
Lamentablemente la cláusula técnica más importante de mantener el Alto Horno que permite obtener una producción diaria de 800 toneladas de acero desde octubre del 2008 a la fecha no se cumple. Es decir, el corazón de la industria siderúrgica del país está paralizado, y la producción se basa en el nuevo horno eléctrico con una capacidad de producción de 200 mil toneladas anuales. Si se tiene presente que la producción del Alto Horno era responsable del 60% de la producción de acero resulta evidente que la política empresarial de Gerdau es fomentar las importaciones baratas sobre todo de palanquillas y bobinas del Brasil.
En verdad, las justificaciones asumidas por los directivos de Gerdau subestiman la capacidad de los peruanos. Estas razones van desde la supuesta obsolescencia del Alto Horno con más de 50 años como si fuera esta una novedad, los problemas ambientales por las emanaciones de los humos, la necesidad de mantenimiento técnico, los altos precios del pellets de hierro proporcionados por Shougang Hierro Perú y los altos costos de la energía.
Sin embargo, la razón profunda está en relación a la desnacionalización de la industria del acero, a las facilidades para las crecientes importaciones de acero y derivados con cero de arancel, en el objeto de convertir al Perú en un gran centro de distribución y no de producción de riqueza a pesar de los importantes yacimientos de hierro y gas natural. Evidentemente esta es la expresión de la ausencia de una política industrial que de ninguna manera la puede resolver el libre mercado.
De allí el malestar en los industriales agrupados en la Asociación de Talleres y Empresas Metalmecánicas (ATM Perú) ante los anuncios de SiderPerú de la reducción en la producción pues no está fabricando la barra de cinco octavos y barra de siete octavos, como la preocupación de las autoridades regionales de Ancash y Chimbote por la mayor pobreza y subempleo, y claro está de los trabajadores ante inminentes despidos laborales disfrazados como ceses colectivos con incentivos, como se manifestó a fines del 2008 donde más de 800 trabajadores fueron despedidos.
Un nuevo gobierno debiera apostar por la defensa de la industria del acero y por las políticas de valor agregado de los productos mineros como el hierro, el oro, la plata, el cobre, gas natural, pues está demostrada hasta la saciedad por los países que ayer fueron pobres y hoy son prósperos, la necesidad de industrializar nuestras materias primas con políticas razonables entre el Estado con el mercado, y claro está el cumplimiento estricto de los compromisos contractuales. Al respecto me pregunto ¿Qué diría el Presidente Lula, ex dirigente sindical metalúrgico de Sao Paulo, de las “jugadas mentirosas” del grupo Gerdau en el Perú?
miércoles, 27 de octubre de 2010
SIDERPERÚ: EN DEFENSA DEL ACERO NACIONAL
SIN POLÍTICA NI ESTRATEGIA INDUSTRIAL
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