martes, 14 de julio de 2015

JULIO 2015/JUNIO 2016: ¿POR QUÉ SE DERRUMBA?

DESDE EL 2012 SIGUE CAYENDO EL CANON MINERO

ESCRIBE: JORGE MANCO ZACONETTI (Investigador UNMSM)

Como se puede observar en el cuadro respectivo el canon minero tiene una tendencia descendente desde un pico de S/ 5,124 millones de nuevos soles en el 2012 para alcanzar los S/ 2,260 millones para el 2015 que serán distribuidos en las cuentas de los gobiernos regionales y locales. En relación a lo distribuido en el 2014 la disminución es de S/ 718 millones de nuevos soles menos, lo que significa una variación negativa del 24.1 por ciento. Lo grave es que ésta tendencia se agudizará en los próximos años,  peor aún si se retrasan o se impiden importantes proyectos mineros.

Como resulta evidente los números no mienten pues la distribución por concepto de canon minero tiende a la caída. El canon es la principal renta territorial de los gobiernos locales y regionales que a su vez depende del 50 por ciento del impuesto a la renta pagado por las empresas mineras y que se transfiere desde julio de cada año con una vigencia de 12 meses. Así, lo distribuido en el 2012 corresponde al ejercicio fiscal del 2011, es decir al impuesto a la renta abonado por la empresas del sector en dicho año y que se transfiere entre julio 2012 hasta junio 2013, y así sucesivamente, por tanto lo distribuido en el 2015 corresponde al impuesto abonado en el 2014 por el ejercicio fiscal de dicho año.

Así, el canon minero distribuido para al período julio 2015 a junio 2016 corresponde al impuesto a la renta pagado por las empresas mineras metálicas y no metálicas por el ejercicio 2014 después de aplicar una serie de beneficios tributarios y una serie de consideraciones para la determinación de la utilidad antes de impuesto imponible sobre el cual se aplica el 8 por ciento de participación en las utilidades de los trabajadores y el 30 por ciento por concepto de impuesto a la renta, y partir del 2015  la tasa vigente será de 32 por ciento, excepto para las empresas que gozan de contratos de estabilidad tributaria.

Como se podrá observar la tendencia es claramente a la baja, como si fuera un tobogán pues si en el 2012 se distribuyeron 5,124 millones de nuevos soles, en 2013 se llegó a los S/ 3,817 millones, en el 2014 peor aún se ubicaron en los S/ 2,978 millones y para el 2015 a la mezquina cifra de S/ 2,260 millones de nuevos soles, y estoy seguro que para el 2016 se estima que la cifra será mucho menor por una serie de razones.

En tal sentido, cabe interrogarse ¿Por qué se derrumba el canon minero en el 2015 y particularmente en  los departamentos de Ancash y Cajamarca?

Como diría mi viejo profesor de metodología Alvaro Mendoza Diez, las “causas causales” del derrumbe en el canon tiene varias explicaciones, siendo la primera el nuevo marco tributario minero establecido en el cuarto trimestre del 2011 durante el primer gabinete del presidente Ollanta Humala, donde se establecieron las categorías del impuesto especial a la minería (IEM) aplicado a las empresas sin contrato de estabilidad tributaria y el gravamen especial a la minería (GEM) aplicado a las empresas con contratos de estabilidad tributaria, básicamente a las empresas que se establecieron en el marco de la nueva ley de minería de 1992 (Mra. Yanacocha, Mra. Antamina, Mra. Barrick Misquichilca entre otras)

A ello debiera sumarse la modificación de la ley de regalías con la ley Nº 29788 que al igual que el impuesto especial y el gravamen minero tiene la consideración de gasto fiscal deducible, es decir se restan de la utilidad antes de impuesto a la renta para la determinación de la utilidad imponible. Por tanto, el efecto práctico es la disminución del impuesto a la renta y de la participación en las utilidades para los trabajadores del sector.

Así, en el 2014 de las regiones mineras las empresas han abonado y deducido al fisco la suma de S/ 372.5 millones por concepto de IEM, han pagado y deducido la suma de S/ 535.1 millones de nuevos soles por el GEM y por la nueva ley de regalías Nº 29798 las empresas han abonado y deducido la cifra de S/ 529 millones de nuevos soles.

Es decir, la suma del impuesto especial (IEM), gravamen especial  (GEM) y nueva regalía minera equivalente a los S/ 1,436 millones de nuevos soles se deducen como gasto tributario, se restan para la determinación de la utilidad imponible, lo cual afecta los intereses de los gobiernos regionales y locales por una menor recaudación del impuesto a la renta y por tanto explican las cifras decrecientes en el canon minero como se expone en los cuadros respectivos.

En segundo lugar, el derrumbe del canon minero se debe también a los menores precios de los metales vigentes en el mercado internacional y por tanto explican los menores ingresos por ventas que perciben las empresas mineras, y las menores utilidades brutas y operativas.

Esta relativa disminución en especial en los precios del cobre y del oro deben ser analizadas con cautela pues precios del cobre por encima de los US$ 2.70 la libra de cobre y de US$ 1,260 la onza de oro todavía rentabilizan las operaciones mineras pues se mantienen superiores a los precios vigentes anteriores al 2007.

Sin embargo si se comparan los precios promedio vigentes al 2012 con un precio de la libra de cobre equivalente a  US $ 3.60 dólares   y del oro a  US $ 1,669 la onza troy es evidente la tendencia a la baja en los precios de los metales, menores precios que en parte son compensados por mayores volúmenes extraídos de cobre y otros metales, pero no sería el caso del oro, donde disminuyen al mismo tiempo los precios y los volúmenes producidos.

En el 2011 los precios promedio del cobre estaban por encima de los US $ 4 dólares la libra y en el 2012 resultaban equivalentes a los US $ 3.60 la libra, para bajar en el 2013 hasta llegar a los US $ 3.32 y en el 2014 ubicarse en los US $ 3.11 por libra como promedio. 

En el caso del oro, la onza de oro troy en el 2011 se ubicaba sobre los US$ 1,569 dólares, en el 2012 resultaban equivalentes a los US $ 1,669 dólares la onza, para bajar en el 2013 hasta llegar a los US $ 1,411 la onza y en el 2014 ubicarse en los US $ 1,266 dólares como promedio. 

A pesar de tales niveles de precios las operaciones mineras en el Perú siguen siendo rentables, atractivas y competitivas, sin embargo a las regiones y gobiernos locales se les está enajenando, sustrayendo importantes montos por concepto del IEM y GEM que constituyen partidas que son centralizadas por el Ministerio de Economía y Finanzas supuestamente con el objetivo de compensar a las regiones no mineras.

Un tercer factor que explica la disminución del canon minero está en relación a las diferentes partidas que se aplican como gasto tributario y que tienen el carácter de deducible, así a los conocidos montos por depreciaciones, amortizaciones, inversiones llevadas a cabo por las empresas mineras pero que son entregadas al estado y adoptan el carácter de bienes públicos,  pérdidas por ajuste de precios entre el precio vendido y el precio pagado, se debiera sumar el concepto de “deterioro de activos” que como pérdida contable se considera como parte del costo de venta, disminuyendo el monto de la utilidad imponible sobre el cual se aplica el 30 por ciento por concepto del impuesto a la renta.

EPÍLOGO

Hemos afirmado en anteriores artículos que el sector minero es el sector más importante de la economía peruana por una serie de razones, es por decirlo la “vaca lechera” a la cual hay que saber ordeñar. Sin embargo, por las razones expuestas y la información sobre la evolución del canon minero es evidente su tendencia a la disminución golpeando fuertemente la capacidad de gasto de una serie de departamentos que tienen en dicho canon la principal fuente de financiamiento para la inversión local y regional, en obras de infraestructura, carreteras, saneamiento, educación, salud, etc.

En comparación a los recursos transferidos por canon minero en el 2014 en relación al 2015 los departamentos más afectados son Ancash con un 43.2 por ciento menos, Cajamarca con 40.3 por ciento menos, Ica con una disminución equivalente 46.2 por ciento, Junín con una caída del 51.7 por ciento, Pasco con una disminución equivalente al 29.4 por ciento, Puno con una variación negativa del 22.8 por ciento y La Libertad con un 19.4 por ciento menos, éstos resultan siendo los departamentos más afectados.

Esta realidad debe impulsar un debate nacional y regional sobre la pertinencia de la inversión minera, de nuevos proyectos con la debida responsabilidad social, ambiental y tributaria donde el principal beneficiado de la riqueza extraída sean las comunidades campesinas, con inversiones locales que eleven el nivel de vida de cientos de miles de peruanos considerados entre los más pobres.

En resumen, la evolución del canon minero del 2012 a la fecha constituye parafraseando a García Márquez la “crónica de una muerte anunciada”, que debiera cuestionar el patrón de acumulación primario exportador sin mayor valor agregado, altamente dependiente de la demanda externa de nuestras materias primas. Si China cae, es un decir, se caen buena parte de los ingresos de exportación que obtiene el país.

En todo caso, lo que está sucediendo con el canon minero demostraría la precariedad, la falta de transparencia, los altos niveles de corrupción en la ejecución de las inversiones financiadas con dicho recurso, lo cual estaría determinando desgraciadamente otra “oportunidad perdida”, pues nunca como ahora las regiones y gobiernos locales han tenido tan abundantes recursos gracias a la explotación de los recursos naturales.





miércoles, 8 de julio de 2015

“Barrios Altos. La Otra Historia de Lima. Siglos XVIII-XX”

Lima 4 de julio del 2015
DISCURSO DE ORDEN*

Dra. Alida Díaz; Decana de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNMSM

Dr. Alejandro Reyes Flores,

Señoras y Señores

Amigos todos.


Constituye para mí un alto honor comentar el libro de nuestro maestro, amigo y colega Dr. Alejandro Reyes Flores, “Barrios Altos. La Otra Historia de Lima Siglos XVIII-XX” primera edición publicado pulcramente por el Fondo Editorial de UNMSM, un libro en lo que podríamos denominar según la escuela francesa de los Annales, de una historia de largo plazo, de larga duración.

Se trata de un libro propio de una “historia total” donde se analizan las relaciones económicas, políticas, culturales que se desenvuelven en un barrio tradicional de Lima, como son los Barrios Altos, donde en su devenir histórico se sintetizan “todas las sangres” donde desde los siglos XVI al XX, indios, españoles, africanos, europeos especialmente italianos, más la inmigración china y japonesa aportan, se mezclan, conviven no sin problemas, recreando el sentido de lo popular.

Lamentablemente los historiadores por formación y especialización identifican como materia de estudio determinados períodos de la historia, sea la Colonia, o la República como también eventos históricos como la Guerra del Guano y Salitre mal llamada Guerra del Pacífico, o la era del Guano, o peor aún la historia se reduce al recuento de batallas y de las personalidades “hacedoras de la historia”, es decir se especializan perdiendo de vista la totalidad histórica, y la particularidad de la historia como la reproducción del pasado, presente y futuro, como una unidad dialéctica, procesual, contradictoria entre las clases y grupos sociales en su devenir.

No es el caso del libro que ahora comentamos, pues si bien se tiene como objeto de estudio un barrio desde el siglo XVI hasta el XX donde se exponen los grandes momentos del devenir histórico de nuestro país, el establecimiento de la economía colonial, la larga crisis del XVIII, las tensiones del proceso de la independencia, el resurgimiento de la era del guano, la secuela de la guerra contra Chile e Inglaterra, la lenta recuperación de fines del XIX y comienzos del siglo XX, todo ello desde la perspectiva de los actores y pobladores de un barrio tradicional de Lima.

En tal sentido el libro del profesor Reyes Flores apuesta por la historia de largo plazo de un barrio que tiene claramente sus limitaciones geográficas, donde se pulsan las tensiones sociales de un barrio popular de Lima, que fue en su momento centro de parte de la nobleza colonial en el siglo XVIII, fuente de sus recursos económicos por el alquiler y arriendo de casas, huertas, solares.

Los Barrios Altos particularmente fue y es cobijo de las clases populares de la Colonia y de la República, que  reproducían la economía doméstica, con el predominio de la economía mercantil simple, donde el artesano, el maestro tiene un papel central y se trata de obtener dineros para el consumo, la sobrevivencia, por ello los artesanos con excepciones no dejaron herencias importantes.

La lectura de este libro me permite encontrar un hilo conductor entre las primeras clases que recibí de mi profesor de historia económica, Alejandro Reyes Flores allá por los años 1974 y 1975 en la facultad de Ciencias Económicas de San Marcos, donde el autor enseñaba los cursos de Historia Económica del Perú I y II.

En sus clases como maestro e historiador compartía con sus alumnos los hallazgos de sus visitas en los archivos arzobispales, notariales, históricos. Nuestro profesor Reyes Flores para ilustrarnos sobre cómo funcionaba la economía colonial, entregaba a cada estudiante la fotocopia de un documento histórico donde por ejemplo aparecían los precios de los esclavos calificados como “cosas vivientes”, con precios de 400 pesos o 300 pesos que se transaban en el mercado de esclavos que se llevaba cabo en el mercado de esclavos donde ahora está la Plazuela cerca al teatro Segura.

Se podría decir, que este libro como el buen pisco ha sido macerado en el tiempo, pues encuentro un hilo conductor con los primeros libros del autor como “Contradicciones en el Perú Colonial (1983) y este libro que sin duda alguna constituye el más logrado, el más importante del autor a mi parecer.

¿Por qué menciono las clases que nos dictaba el profesor Alejandro Reyes Flores en 1974 con el libro que hoy comentamos? Existe una razón fundamental, la identificación profunda del autor con los sectores populares.

A diferencia de los intelectuales que asumen una identificación racional con lo popular, de simpatía pero guardando las distancias; en cambio para Reyes Flores como hijo de Barrios Altos, la identificación es vital, emocional, auténtica. Solamente alguien que asuma lo popular con autenticidad podría haber escrito este libro, que cumple con los cánones de todo libro de historia, con el uso riguroso de las fuentes de archivo, para sacar a la luz a los miembros de los sectores populares, a los esclavos, libertos, artesanos, pequeños comerciantes, lavanderas, vivanderas, a todos ellos que no dejan testamentos, es decir riquezas por repartir.

En palabras del autor, se trata pues: “Encontrar a los sectores populares que viven en el centro y la periferia de Lima es difícil, porque  poco le interesó al Estado colonial su existencia, apareciendo escuetamente en los libros de nacimientos, bautismos, matrimonios, defunciones, padrones y algo más evidente cuando se involucran en procesos civiles o penales. Nuestra aspiración es aproximarnos a la vida cotidiana de los Barrios Altos donde el sector popular fue mayoritario (…..) Nos interesa rescatarlos individualmente, en familia, en relación con el lugar en que viven, con el barrio, con sus problemas cotidianos y, eventualmente, con sus propiedades. Vamos pues, a rescatar del olvido secular, a un sinnúmero de barrioaltinos y volverlos a la vida mediando nuestro relato.” Página 41 

Este valioso libro, testimonio de la historia de un barrio tradicional de Lima  el más importante de Lima Cercado está estructurado en 17 capítulos, 334 páginas, con fotografías e ilustraciones, que van desde  los siglos XVI al siglo XX, donde se utilizan todas las fuentes posibles, fuentes notariales, arzobispales, escritas, documentos de archivos, testimonios orales, fotografías, etc.

En lo particular me impresionó por ejemplo la extensión y las propiedades de la Iglesia Católica en los Barrios Altos, y su dinámica económica donde los monasterios vivían de las rentas producto del alquiler de los cuartos en quintas y callejones a los sectores populares sean libertos, artesanos, maestros, lavanderas, pequeños comerciantes etc.

En especial me llamó la atención, la reproducción material de los monasterios con las monjas de clausura, que tenían que buscar administradores, llamados “ecónomos en la Colonia y luego síndicos en los primeros años de la República, algunos de los cuales tenían malas costumbres a la hora de cuadrar los ingresos y egresos de las rentas.

Así, por ejemplo las monjas del Monasterio del Prado en 1866, cuando se dirigen en un documento al arzobispo de Lima para que designe a un nuevo síndico (administrador), le piden: “que no sea hombre rico por que los ricos no ven por los intereses de los pobres sino sus negocios, que sea hombre que tema a Dios y a su justicia “(páginas 95/96)


Esta sabiduría propia del sentido común de las monjas de clausura tiene una legítima vigencia en especial en la presente coyuntura ahora que estamos en el Perú próximos a un proceso electoral, donde la corrupción en miembros de la clase dirigente, es como dijera el historiador de la República Don Jorge Basadre es un axioma y por tanto no necesitaría demostración.


En segundo lugar, en el capítulo IV del libro “Barrios Altos: Semblanzas de vecinos relevantes”, en particular libro el autor rescata la memoria de personajes importantes haciéndolos revivir, en especial me impactó la figura de José María Galdiano 1782-1863 abogado formado en San Marcos y vecino de la calle de Peña Horadada una calle que se caracteriza por tener una piedra que era considerada como huaca, es decir, objeto de veneración en el pasado prehispánico y en la colonia y primeros años de la República fue una calle tradicional, donde vivían connotados limeños.

Galdiano según el autor ha sido un vecino ilustre,  un abogado probo lo cual es bastante difícil, “dos veces Alcalde de Lima,  Ministro de Estado, Presidente del Congreso y de la Corte Suprema, identificado con Lima y los Barrios Altos en particular, había conocido en forma directa a La Serna, San Martín, Bolívar, Santa Cruz facilitando con su coherencia política, el tránsito  la República” (129)

A diferencia de muchos criollos que manifestaron una inicial simpatía por las ideas republicanas frente a la presencia de las tropas de Bolívar y su proyecto dictatorial regresaron a su identificación con el poder colonial español del cual eran usufructuarios. En cambio, el doctor José María Galdiano mantuvo una coherencia en defensa de las ideas republicanas, a diferencia de la nobleza criolla que como Torre Tagle, Berindoaga y más de 100 familias ricas que se cobijaron hasta 1825 con Rodil en el fuerte del Real Felipe con la esperanza del renacimiento del imperio español.

En tal sentido, el libro de nuestro autor rescata a la memoria histórica a una serie de personajes que han contribuido al país en los diferentes ámbitos políticos, económicos y culturales. En tal sentido, me pregunto sobre los hijos ilustres de Barrios Altos en las diversas facetas de la vida, política, economía, la cultura, deporte etc. Este es un gran tema, ¿cuál ha sido el aporte de los Barrios Altos en la formación del Perú?

En tercer lugar, ahora que se experimenta el boom de la gastronomía donde nuestro país es reconocido internacionalmente por la riqueza y diversidad de su comida, es bueno recordar el aporte de los Barrios Altos y en general de los sectores populares a esta fusión de olores y sabores que se desenvuelve en las viejas calles de Barrios Altos, en los mercadillos, pulperías, y chinganas

En tal sentido, como señala el autor “en octubre de 1959 don Minoru Kunigami (1919-2004) hijo de  japonés okinawense, estableció su pulpería en la esquina de la calle Penitencia con Trinitarias, más conocida como la cebichería de la Buena Muerte iniciando con su familia, quizás sin prever, la aventura de revolucionar el gusto de los barrioaltinos” ( página 236) En realidad allí tenemos un aporte fundamental de la fusión de los productos del mar con la comida criolla y la comida japonesa, con platos como los cebiches, el arroz con mariscos, los garbanzos con mariscos, el pejerrey enrollado, cau cau y otras exquisiteces.

En verdad, múltiples son los méritos del libro que hoy comentamos y su lectura resulta necesaria para todo buen limeño y peruano, pues sería importante reproducir para cada barrio una visión histórica de largo plazo, que reivindique lo popular, el aporte material de los trabajadores, de aquellos que  no tienen nombre pero que hacen posible el pan, los vestidos, los alimentos, los servicios, albañiles, el arte de la calle, los artistas, etc.

En particular, el suscrito habiendo nacido en Barrios Altos, cuadra tres de Maynas 314 interior “c”, en una quinta familiar, teniendo como referente la Iglesia de Mercedarias y habiendo estudiado en el Colegio Fiscal Ramón Espinoza 448, más conocido como RE, según las malas lenguas “rateros especiales”, siento una particular simpatía e identificación con el libro.

Han tenido que pasar 62 años que es mi edad cronológica, para entender y saber sobre el barrio donde nací, y fue testigo de mis primeras andanzas como niño y palomilla en Maynas, Las Carrozas, Amazonas, La Huerta Perdida, Maravillas, Huamalíes, Junín, la Quinta Heeren, Centro Escolar, el Martinete, Buenos Aires, visitando a los cines del barrio; en fin leer el libro ha formado parte de una recuperación de la memoria y en la forja de la identidad.

¡Ahora más que nunca siento un mayor orgullo de haber nacido en los Barrios Altos!

Por ello, no cabe más que agradecer al autor por este bello e importante libro. Felicitar al autor infatigable por otros aportes que, estoy seguro, serán próximamente publicados como la participación de los hijos de Barrios Altos en la Guerra contra Chile e Inglaterra.

Muchas Gracias Doctor Alejandro Reyes Flores. 


(*) Discurso pronunciado por el economista Jorge Manco Zaconetti como comentarista del libro del autor Alejandro Reyes Flores “Barrios Altos. La Otra Historia de Lima Siglos XVIII-XX” presentado el 4 de julio en la Casona de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.



Presentación en el Salón de Orden 
de la Casona San Marcos 




Dr. Alejandro Reyes Flores




Econ. Jorge Manco Zaconetti