sábado, 20 de septiembre de 2014

LA RENTABILIDAD SOCIAL DE PETROPERÚ

URGENTE INTEGRACIÓN VERTICAL

ESCRIBE: Jorge Manco Zaconetti (Investigador UNMSM)

Aunque parezca contradictorio el Premio Nóbel de Economía 2001 y ex Vicepresidente del Banco Mundial en la década de los noventa del siglo pasado, profesor Joseph Stiglitz recomendaba para los países en vías de desarrollo la presencia de empresas estatales en los sectores estratégicos como los hidrocarburos y la minería, pues constituyen “los casos más eficientes en proveer ingresos para los ciudadanos probablemente sean los de las empresas estatales”  (Recursos Naturales, Desarrollo y Democracia 2008)

Por ello no constituye una casualidad histórica que más del 78 por ciento de la producción y de las reservas de hidrocarburos a nivel mundial correspondan a poderosas empresas estatales. Sin embargo en nuestro país Petroléos del Perú en razón de un cuestionado proceso de privatización no explota ni un solo barril de petróleo ni procesa una molécula de gas natural, sin embargo tiene que asumir una serie de “cargas excepcionales”, partidas inusuales, y respetar contratos lesivos a sus intereses por mandato de los gobiernos de turno, que van desde la dictatura fujimontesinista al gobierno del presidente Humala y su consorte.

Estas partidas inusuales constituyen parte de la rentabilidad social que genera PetroPerú al país, en una empresa que tiene el imperativo de satisfacer de manera segura y eficiente el mercado interno de combustibles, cubriendo un 48 por ciento de la demanda doméstica en competencia desigual con empresas del sector privado.

La petrolera estatal es un enérgico contribuyente fiscal tanto por los ingresos tributarios recaudados por la empresa en los precios de los combustibles que sumaron en el 2013 más de 4,072 millones de nuevos soles, y por los ingresos generados para el fisco por las operaciones propias como empresa. Así para el mismo año abonó más de 137 millones en especial por impuesto a la renta superando la contribución de la competencia (Refinería La Pampilla)

En el mismo sentido forma parte de esta rentabilidad social el abono de las pensiones de jubilación a sus extrabajadores en el marco de la ley 20530 particularmente. Por ello, PetroPerú para cumplir con estas obligaciones pensionarias tiene que asumir como pasivo corriente un promedio anual de 76 millones de nuevos soles, que debieran formar parte del excedente económico.

Si se tiene presente que tales obligaciones pensionarias corresponden en su mayoría a trabajadores de las diversas unidades de PetroPerú que fueron privatizadas absurdamente tales como los lotes petroleros, las filiales y en especial la refinería La Pampilla. Es decir, con la privatización se vendió el “lomo fino” y la petrolera estatal asumió la obligación del pago de las pensiones.

Así, por mandato legal PetroPerú tiene que asumir una deuda, como una obligación de largo plazo, es decir como pasivo no corriente un fondo jubilatorio superior a los 600 millones de nuevos soles que no asume ninguna empresa petrolera en el mundo.

Es más, como si ello no fuera suficiente PetroPerú para abastecer la demanda de combustibles en la Amazonía tiene que vender los derivados sin recuperar el impuesto general a las ventas (IGV 18%) ni siquiera como crédito fiscal como es usual en materia tributaria, y como lo practican las empresas mineras en la recuperación del IGV por sus exportaciones.

Como se debe recordar la venta de los derivados del petróleo en la Amazonía (Loreto, Ucayali, Madre de Dios etc. ) está exonerada de los impuestos como el rodaje, selectivo al consumo y del IGV. Sin embargo, PetroPerú para poder cubrir la demanda regional tiene que asumir en las compras de crudo que realizan sus refinerías de Iquitos, y El Milagro (Bagua), el IGV correspondiente sin poder recuperarlo.

Es decir, compra el principal insumo, el crudo con IGV y vende los combustibles en la Amazonía sin IGV lo cual significa un promedio anual de 224 millones de nuevos soles en promedio que se dejan de percibir. Con el agravante que ni siquiera el MEF con Castilla o sin Castilla le permite usar dichos montos como crédito fiscal, es decir  que le permitan ser deducibles del impuesto a la renta por pagar, lo cual constituye una discriminación tributaria por su naturaleza de empresa pública.

Por tanto, estos 224 millones de nuevos soles anuales que no son recuperados por las ventas de combustibles en la Amazonía debieran formar parte de excedente económico, de la rentabilidad social que hace PetroPerú como contribución al país.

En el mismo sentido, debiera ser evidente que su rentabilidad empresarial sería mayor si cobrase “precios de mercado” por el alquiler de sus activos, bienes y equipos que son operados por terceros, como la merced conductiva por las plataformas marinas del Z-2B, el alquiler de los terminales o de los campos petroleros de Ucayali incluida las tarifas subvaluadas de la refinería de Pucallpa y su planta de venta.

Sirva de ejemplo el caso del alquiler por las plataformas marinas del Z-2B, Zócalo Continental frente a las costas de Talara, alquiladas primero a Petrotech desde  1994 y luego a Savia desde el 2009 al presente.

Si se tiene presente que Savia está conformada por dos empresas estatales exitosas, tales como Ecopetrol de Colombia y KNOC de Corea del Sur, con regímenes políticos liberales pero que asumen el carácter estratégico de los hidrocarburos para sus estados negando en la práctica el fundamentalismo económico del “libre mercado”.

Las plataformas marinas, las embarcaciones marinas, equipos usados en el Z-2B  son propiedad de PetroPerú que percibe un ingreso por el alquiler de tales activos de 10 millones de dólares anuales. Se debiera tener presente que las plataformas son vitales pues a partir de allí se extrae el crudo contenido en los pozos. De allí que un ejercicio económico debiera determinar ¿Cuál es el costo de oportunidad de dichos activos?

Al respecto Savia por la explotación de crudo, gas y líquidos de gas natural obtiene ingresos superiores a los 370 millones de dólares y utilidades netas por encima de los 70 millones, y paga un ridículo alquiler de 10 millones de dólares por año por unos activos  que no perciben el debido mantenimiento lo cual constituye una violación contractual.

Debiera ser evidente que la rentabilidad económica de PetroPerú sería más importante si la petrolera estatal tuviese acceso a la renta petrolera a partir de la explotación directa o asociada con terceros de las reservas probadas de los lotes petroleros que debe devolver Interoil enTalara III y IV o de la Selva Norte lote 64, lote cedido por Talisman sin costo a PetroPerú.

Sin embargo, el sesgo ideológico, el dogma liberal y los intereses privados que hacen estupendos negocios con los recursos naturales que corresponden a todos los peruanos argumentarán que PetroPerú es ineficiente, que no tiene capital ni  experiencia ni personal calificado en las áreas de explotación y producción.

Al respecto sería interesante recordar que en la privatización de las reservas del lote Z-2B la empresa ganadora fue la norteamericana PetroTech que no calificaba como empresa petrolera pues no operaba lote alguno ni acreditaba reservas probadas. En su origen Petrotech era una empresa de transporte marítimo que operaba las barcazas llevando personal y equipo para la Belco Corporation, y a partir de las operaciones marinas sin invertir un monto significativo pues asumió la producción en marcha con reservas probadas se capitalizó, creando una serie de empresas filiales y vinculadas para maximizar utilidades y minimizar los pagos al fisco.

Por tanto, para maximizar las utilidades de PetroPerú que permita financiar la modernización de la refinería de Talara,  se debe alcanzar la integración vertical con lotes de explotación propios, como lo hace Ecopetrol con el respaldo de la clase política de Colombia  o como lo hace Chile con su petrolera estatal ENAP, todo lo demás es cuento chino de nuestros liberales criollos que controlan ideológicamente a PerúPetro, la empresa estatal responsable de la promoción y supervisión de los contratos petroleros, y al ministerio del sector.

viernes, 5 de septiembre de 2014

LA CONVENCIÓN SE LEVANTA POR EL GAS

ANTE LA MECIDA DEL ESTADO

ESCRIBE: JORGE MANCO ZACONETTI (Investigador UNMSM)

Hasta ahora hay dos muertos por el reciente conflicto desatado en Quillabamba, capital de la provincia cuzqueña de La Convención, por la falta de atención del gobierno a los problemas más urgentes de la población, como es el acceso barato del gas licuado de petróleo (GLP) que se expende en balones de 10 kilos, el mismo que sería posible a partir de una planta de fraccionamiento de líquidos en Kepashiato, cuestión que no ha sido contemplada en la reciente licitación del cuestionado gasoducto del sur.

A pesar de los importantes recursos transferidos por concepto de canon gasífero que ha percibido la provincia de La Convención, en especial el distrito de Echarate y el Cuzco en general por la explotación de los hidrocarburos (gas y líquidos de gas natural) la pobreza se reproduce de forma ampliada, con el agravante que las comunidades nativas no se benefician con las transferencias del canon.

Se debe tener presente que los ingresos distribuidos `por canon gasífero gracias a la extracción de gas y líquidos en los lotes 88 y 56 representan sumas millonarias  desde agosto del 2004 al 2013 tal como se puede observar en la información correspondiente. Véase cuadros sobre los recursos transferidos por canon gasífero para el departamento del Cuzco, y distribución del canon entre las provincias de dicha región.

En verdad, resulta una cruel paradoja que experimenta la población de La Convención supuestamente rica en recursos con la pobreza local, y por otro lado la presencia de una explotación del gas natural que privilegia la exportación, la generación eléctrica en el entorno de Lima, el consumo vehicular y una mínima participación del consumo residencial en la capital de la república.

¿QUÉ SE DEMANDA?

En la plataforma de lucha del llamado frente de defensa de Quillabamba que ha paralizado durante más de siete días la región y en especial la entrada a la ciudadela de Machu Picchu, joya arqueológica que tiene una dimensión mundial afectando gravemente el turismo, está la demanda por la construcción de un ducto de líquidos que debía trazarse desde el campo de Malvinas a Kepashiato en La Convención, la oposición a cualquier modificación en la distribución del canon gasífero vigente hasta la fecha y reivindicaciones locales contra el mal uso del canon.
Al respecto el problema no es de ahora y su antecedente está ligado a las diversas protestas sociales del 2009 y 2010, cuando la población de Quillabamba demandaba un precio del gas licuado de petróleo justo ante los altos precios que superaban los 50 nuevos soles por un balón de 10 kilos, siendo zona productora donde la empresa Pluspetrol Plus Corporation (PPC) explota los recursos gasíferos.

El gobierno de ese entonces negoció un acuerdo con la transnacional Repsol mediante el cual el precio del gas licuado no debiera ser superior al precio vigente en Lima, y se asumió el compromiso en la construcción de un ducto de líquidos y una planta de fraccionamiento en la localidad de Kepashiato, con la finalidad de transformar unos 20 mil barriles diarios de líquidos en gas natural, los cuales permitirían obtener gas licuado de petróleo, y  diesel para abastecer prioritariamente la región en su condición de zona productora.

Lamentablemente en la cuestionada licitación del gasoducto del sur, donde resultó ganador el consorcio formado por la transnacional brasileña Odebrecht y la española Enagás, descalificando a última hora entre gallos y medianoche al consorcio formado por Sempra, Techint, Suez Energy y TGI, no está contemplada la construcción de una planta de fraccionamiento de líquidos, que en la práctica debía operar como una pequeña refinería.

Igualmente el frente de defensa de Quillabamba un colectivo político que asume la representación del conjunto provincial cuestiona las declaraciones del poderoso ministro de economía y finanzas que apuntan a una rediseño en la distribución del canon gasífero, que presumen afectaría la participación de la provincia de La Convención y del distrito de Echarate.
Si bien el departamento del Cuzco por concepto del canon gasífero que está determinado por el 50 por ciento de las regalías pagadas por la explotación de los hidrocarburos de los lotes 88 y 56, y también forma parte del canon el 50 por ciento del impuesto a la renta que abona el contratista, es decir el Consorcio Camisea.

En tal sentido, el departamento ha percibido por canon gasífero en el período 2004/ 2013 más de 10,486 millones de nuevos soles, y la provincia de La Convención en el período 2005/2013 más de 4,535 millones de nuevos soles, ver cuadros.

Es más, a partir del mes de julio del 2010 con proyecto de exportación del gas proveniente del lote 56 los ingresos del canon gasífero se incrementaron de manera significativa para la región al pasar en el 2009 de 795 millones de nuevos soles a 1,237 millones en el 2010 para saltar en el 2013 por encima de los 2,291 millones.
Es decir, por canon gasífero el Cuzco percibe más del doble en relación a la región ancashina por canon minero que ocupa el primer lugar en dicha distribución.

A nivel provincial La Convención en el 2011 percibía 761 millones de soles, en el 2012 más de 1,012 millones y en el 2013 por encima de los 1,046 millones de nuevos soles. Sin embargo resulta una región altamente inflamable pues la población sobre toda la más vulnerable, comunidades nativas, niños, mujeres, ancianos no se benefician de tan importantes recursos.

En verdad, al no contemplarse la construcción de una planta de fraccionamiento en Kepashiato lo cual significa un incumplimiento a compromisos asumidos por el gobierno anterior y que estaban contemplados en la primera versión del proyecto del gasoducto del sur bajo responsabilidad de Kuntur en el 2008 /2011, la población quillabambina se siente burlada por el gobierno del presidente Humala con sus principales ministros Castilla, Mayorga. Por ello exige la presencia de la presidenta del consejo de ministros para dialogar.

Al no hacer realidad la planta de fraccionamiento el abastecimiento  del gas licuado de petróleo, es decir el GLP seguirá una absurda ruta que va desde Pisco al Callao, del puerto chalaco a Matarani y de allí se traslada a la capital cuzqueña y posteriormente a la capital de La Convención. Es decir, la región productora tiene que ser abastecida desde Lima con los evidentes sobrecostos que a más de una empresa beneficia.


En resumen, el gobierno debe resolver con  estrategia e inteligencia un conflicto social y político que cuestiona en la base  un modelo económico que privilegia el gas y líquidos de gas natural para la exportación, la generación eléctrica, y el consumo urbano mientras aplaude un cuestionado gasoducto del sur sin reservas probadas, soslayando los legítimos intereses de la población local que aspiran por un gas barato como fue la promesa electoral del nacionalismo.