sábado, 23 de abril de 2011

Orgía de Ganancias Mineras


PRECIOS DEL ORO Y PLATA BATEN RÉCORDS. Parte I

ESCRIBE: JORGE MANCO ZACONETTI (Investigador de UNMSM y Consultor)

El objetivo será establecer una política fiscal y tributaria de mediano y largo plazo, destinado a que el sector (minero) contribuya a pagar impuestos y contraprestaciones que le corresponden en un escenario de estabilidad. Tendrán que ser actualizadas las regalías, el canon y el impuesto a las sobreganancias..” Plan de Gobierno de Gana Perú, propuestas de política en el sector minero página 135

A menos de 45 días de la segunda vuelta electoral que definirá al próximo presidente de la República resulta de sentido común e interés público apostar por una mayor participación del Estado en la renta minera, sea por un incremento de las tasas de regalías, un impuesto extraordinario o una tasa progresiva del impuesto a la renta en la explotación de los recursos naturales no renovables.

Los mecanismos pueden ser analizados, pero lo que no puede dejar de soslayarse son las ganancias extraordinarias que están percibiendo las empresas mineras formales e informales, con los precios actuales que superan los 1,500 dólares en la onza de oro y de 45 dólares en el caso de la onza de plata. Esta orgía de ganancias que se explica por los altos precios internacionales y bajos de costos de producción no están siendo compartidas con el Estado y la Nación en su conjunto, con lo cual resulta insostenible la viabilidad de la actividad minera en el largo plazo.

Esto supone la necesaria voluntad política del próximo gobierno para negociar con las empresas mineras revisando los contratos de estabilidad jurídica, tributaria y administrativa, exigiendo el abono integral de las regalías al “cogollo minero” conformado por Mra. Yanacocha, Mra. Barrick, Mra. Antamina, Mra. Cerro Verde y Mra. Tintaya que le deben al Estado por concepto de regalías no pagadas desde el 2005 más de 3,500 millones de nuevos soles, montos que dicho sea de paso superan los compromisos del llamado aporte voluntario minero que no llegarán a los 2,500 millones de nuevos soles para el período 2006/2011.

La nueva minería que el país requiere debiera tener responsabilidad social, ambiental y tributaria para superar la fuerte oposición que la actividad genera en las poblaciones locales, especialmente comunidades campesinas que no perciben mayores beneficios de una explotación que depreda el medio ambiente, disminuye y deprecia el capital natural, y que genera pasivos ambientales.

Ello explica las fuertes limitaciones que tiene por ejemplo la Mra. Yanacocha en Cajamarca para su expansión productiva con las comunidades campesinas donde la producción aurífera disminuye dramáticamente desde el 2005 a la actualidad, pasando su producción de 3.3 millones de onzas a 1.4 millones en el 2010, es decir un decremento del 56%, como se puede apreciar en el cuadro “Producción y Precios Anuales del Oro Según Empresa Minera 2004-2010”

Una nueva minería exige y supone una participación activa del Estado en la regulación de la actividad minera formal e ilegal que ante los exorbitantes precios del oro convierten el territorio del país en una base atractiva para una irracional explotación con altos costos ambientales. Incluso algunos departamentos como Madre de Dios se han convertido en la Nueva California del siglo XXI.

Una mayor participación del Estado en la renta minera debiera financiar no solamente una mejor redistribución del ingresos en las poblaciones andinas empobrecidas construyendo ventajas competitivas con una mejor educación, y también debiera financiar las políticas de valor agregado con iniciativas privadas concertadas, que nos permitan superar este perverso patrón de acumulación minera, concentrador de la riqueza en los grupos mineros por un lado, crónicamente primario exportador, mayoritariamente productor de concentrados con una débil propensión tributaria y bajos costos laborales.

PRECIOS SUBEN Y PRODUCCIÓN DISMINUYE

Como resulta evidente en el cuadro citado no existe correlación entre la evolución internacional de los precios del oro y el comportamiento de la producción interna del metal dorado, así cuando los precios alcanzaron los 445.5 dólares la onza troy la producción doméstica alcanzó los 6.7 millones de onzas, y en los años sucesivos mientras los precios han mantenido una tendencia alcista alcanzando un promedio de 1,225 dólares la onza en el 2010, la producción decreció hacia los 5.2 millones de onzas.

Si bien un análisis desagregado de la producción en función de las empresas nos demostraría un comportamiento diferenciado entre lo que se llamaría la gran minería aurífera de la mediana minería, y el aumento de la producción minera informal e ilegal incorporada en parte entre los otros productores.

La participación porcentual de Mra. Yanacocha en la producción interna de oro con la información proporcionada por la Dirección Regional de Minería del Ministerio de Energía y Minas, nos demuestra la pertinaz disminución de la producción aurífera de la empresa minera en razón de los conflictos sociales con las comunidades campesinas y varios gobiernos locales de la provincia de Cajamarca a los cuales se suman las tensones sociales con las nuevas autoridades regionales.

Así, desde el 2004 cuando la participación era del 52%, en el 2005 la producción de Mra. Yanacocha representaba casi el 50% de la producción interna, el 40% en el 2006, bajando al 28.5% en el 2007, para nivelarse en el 2008 al 31% de la producción doméstica y subir al 35% en el 2009 para luego desinflarse en el 2010 representando el 28% de la producción interna.

Desde otra perspectiva se puede decir que desde el 2005 cuando se llegó al pico de producción de Mra. Yanacocha con 3.3 millones de onzas y a nivel interno con una producción de 6.7 millones de onzas, la disminución en relación al 2010 ha sido más fuerte en la Mra Yanacocha con un decremento de 1.8 millones de onzas menos lo que representa una variación negativa del 56%, frente a una disminución de la producción interna del 21% para el mismo período.

El segundo gran productor de oro en el Perú también experimenta una disminución en su producción, es el caso de la Mra. Barrick Misquichilca que de una producción de 1.2 millones de onzas finas en el 2005 disminuye a las 998 mil onzas en el 2010, como se puede observar en el cuadro en referencia. Si bien esta menor producción representa una variación negativa del 15%, se explica en lo fundamental por los rendimientos marginales decrecientes de la unidad de Pierina en Ancash que no son compensados lo suficiente con los incrementos productivos de la otra unidad de Barrick que opera en Lagunas Norte en la sierra de La Libertad.

Ello significa que la menor producción de Mra. Yanacocha sumada a la de Barrick Misquichilca unidad Pierina, es más fuerte que la disminución en la producción interna que en parte se contrarresta por los incrementos productivos de algunas empresas de la llamada mediana minería como Mra. Horizonte que pasa de una producción de 140 mil onzas finas a más de 193 mil onzas en el 2010, del incremento productivo de la Mra. Santa Rosa y San Simón vinculadas al clan de los López Paredes.

Se destaca también la presencia de la transnacional australiana Gold Fields La Cima que desde el 2008 opera en el departamento de Cajamarca elevando la producción a las 160 mil onzas en el 2010. En el mismo sentido es notorio el incremento de la empresa minera Buenaventura, al margen de su participación en la Mra. Yanacocha con una producción de oro que se elevó de los 224 mil onzas en el 2005 a más de 385 mil onzas gracias a la producción de las unidades de Antapite, Shila, Julcani y otras.

EPÍLOGO

Está demostrado que no existe correlación estadística entre los precios internacionales del oro y la producción interna donde no solamente “dejan de ganar más” las empresas, pues están percibiendo utilidades extraordinarias a pesar de una menor producción de oro y otros metales. Esto lo demostraremos en la segunda parte de este artículo. También esta menor producción “entrampada” por los conflictos sociales y ambientales, en especial de Mra. Yanacocha también explicaría menores ingresos potenciales tanto a nivel fiscal como regional vía canon y regalías mineras, al margen del relativo efecto multiplicador de toda inversión en el empleo directo e indirecto más la capacidad de gasto que se genera en las provincias.

Superar este entrampamiento en un nuevo gobierno no deja de ser un problema y una posibilidad histórica que se debe resolver mediante el diálogo, la concertación y la responsabilidad social. Ello supone una mayor participación del Estado en la renta minera pero también un rol fiscalizador y regulador de la actividad minera en el aspecto ambiental y social.

Superar el modelo primario exportador exige el consenso social y político para negociar estratégicamente con las empresas transnacionales y nacionales no solamente una mayor participación fiscal en la renta minera, exige también apostar por las políticas de valor agregado y la industrialización de parte de la producción minera, pues está demostrado hasta la saciedad por la evidencia histórica que las economías productoras de materias primas están condenadas al atraso y al subdesarrrollo.

miércoles, 13 de abril de 2011

ANIVERSARIO DE LA FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS

Señor Decano de la Facultad de Ciencias Económicas
Mg.. Humberto Campodónico Sánchez

Señor Director de la Escuela de Economía,
Eco. Hugo Sánchez Díaz

Señor Director Administrativo
Mg. Enrique Palacios Lozada

Señor Director del Instituto de Investigaciones Económicas
Mg. Carlos Aquino

Señor Director del Cesepi
Miguel Cruz Labrín

Señores profesores, señores trabajadores y señores estudiantes

Amigos todos:

Sin excepción alguna estamos gratamente sorprendidos y orgullosos que tres estudiantes de la facultad hayan alcanzado los tres primeros puestos en el curso de extensión universitaria que organiza anualmente el Banco Central de Reserva del Perú desde hace 50 años. De igual importancia debemos mencionar a los estudiantes que han ocupado primeros lugares en organismos reguladores como Osinergmin y Osiptel, que también deben ser reconocidos en su oportunidad, pues siendo una universidad y facultad pobre en recursos materiales, con limitaciones de gasto como toda entidad pública, y no podemos publicar grandes avisos periodísticos en la gran prensa como lo hacen muchas universidades privadas.

Sin embargo, se han realizado esfuerzos y hoy día en el diario “La República” se hace una invitación pública y un reconocimiento a nuestros estudiantes por los éxitos alcanzados que prestigian a la facultad. Ello nos debe servir de ejemplo para fomentar la cultura del trabajo y dejar de lado la cultura de la envidia y mediocridad.

Una universidad, una facultad es lo que publica, lo que investigan sus docentes y estudiantes, de allí la necesidad de ser agresivos en la investigación, en descubrir o “sacar a luz los mecanismos económicos”, para ello debemos tender los puentes con el sector privado, la cooperación internacional y los diversos organismos oficiales.

Una pequeña muestra al respecto sobre el enorme potencial que posee la facultad lo demuestran los cursos organizados con FondoEmpleo y el Centro de Extensión y Proyección Social (CEUPS) a través de los programas de gestión minera, donde en octubre y noviembre del año pasado se han recibido a dirigentes sindicales de diversas empresas mineras para la capacitación sobre la realidad de la actividad minera, a través de los precios, las utilidades, los estados financieros de las diversas empresas, cumpliendo con el viejo mandato de las puertas abiertas de la universidad al mundo del trabajo, como fue en el pasado las Universidades Populares de González Prada.

Lo significativo es que para captar los recursos de FondoEmpleo se compite con ESAN y con la Pontificia Universidad Católica (PUC) y salimos adelante en el marco de la reglas del mercado, generando recursos para la universidad y la facultad.

Aunque parezca contradictorio debemos hacer de nuestra pobreza una ventaja comparativa en el sentido ricardiano, una fortaleza en el sentido de Michael Porter. Ello es posible de ser alcanzada si todos los profesores, estudiantes y trabajadores identificamos objetivos comunes deponiendo intereses personales o de grupo subalternos sobre el interés colectivo de la facultad.

Ser una facultad líder, un referente nacional e internacional es tarea de todos, sin exclusiones. En tal sentido, se debe superar la mezquindad y la miopía de pequeños grupos de docentes y estudiantes que obstaculizan los cambios que nuestra facultad demanda, que entraban la gobernabilidad de la facultad.

Por ello, se debe felicitar a todos aquellos que han hecho posible tales logros que tienen su explicación en la gran reserva moral que todavía tienen profesores, estudiantes y trabajadores para sacar adelante a nuestra facultad, a pesar de todos los problemas, y a la falta de transparencia de las gestiones anteriores que heredamos y estamos superando con honestidad, trabajo y capacidad de gestión. Pero como diría el poeta César Vallejo “Hay hermanos muchísimo que hacer”.

Si bien el éxito de nuestros estudiantes, se explica en lo fundamental por el esfuerzo individual, resulta evidente que todos ganamos, pues lo más importante que tiene la Universidad de San Marcos, y nuestra facultad en particular, es el capital intangible, su nombre, su prestigio, a sus profesores, a sus estudiantes que han realizado grandes esfuerzos por ingresar a este viejo claustro. De allí, que un reto es hacer de nuestra pobreza una fortaleza.

De igual importancia señor decano en la modernización de la enseñanza de las ciencias económicas en nuestra facultad, es la aprobación a nivel del Consejo Universitario y Asamblea Universitaria por unanimidad, la creación de dos escuelas adicionales a la ya vigente, de economía internacional y economía pública, que debe posicionarnos en mejores condiciones en la formación de nuestros economistas en el siglo XXI.

Frente a la desidia y desinterés de anteriores administraciones, se ha asumido el reto de su implementación rescatando el trabajo colectivo de muchos profesores y estudiantes que en la reforma curricular del 2006/2007 establecieron la necesidad de tener tres escuelas académicas, para una mejor especialización sin perder de vista una sólida formación económica en la teoría, en el análisis económico, y en los métodos cuantitativos aplicados en la economía.

UN POCO DE HISTORIA

Señor decano, como diría J.M. Keynes “ en el largo plazo todos estaremos muertos”, pues su análisis era de corto plazo, en una coyuntura de la depresión de los años treinta del siglo pasado. Así, nosotros no veremos lo que hoy estamos sembrando, pues en la presente coyuntura con la actual gestión que tiene como motor y factor de cambio a la energía estudiantil, de los jóvenes representantes del tercio y centro federado que coinciden en la necesidad histórica de “salvar a la facultad”, para posicionarla en el mundo económico y empresarial como un referente, como lo que siempre fue desde su origen fundacional.

De allí, la importancia de rescatar la historia de las instituciones y de la Universidad de San Marcos que como la Iglesia Católica y sus diversas órdenes (dominicos, franciscanos, jesuitas, agustinos etc.), es más vieja que la misma República, pues nuestra acta de fundación es de 1551 como Universidad, y de nuestra Facultad data de 1875; y nace con los vientos de la modernización del proyecto civilista de don Manuel Pardo como una escisión de la vieja facultad de Derecho, repito hacia 1875, donde por vez primera se enseñan los cursos de economía política y finanzas públicas.

En su creación la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, se le encargó su organización y primer decano al ciudadano francés Dr. Pablo Pradier Foderé, discípulo de Jean Bautiste Say célebre autor de la famosa ley de mercados, ley que fundamenta el equilibrio neoclásico que al decir de Raúl Prebish en los años treinta del siglo pasado ante la crisis general del capitalismo, incapacitaba a la teoría económica neoclásica para interpretar y mucho menos proponer alternativas para superar la crisis y la larga depresión.

De acuerdo a las normas de la época de 1875 se le llamó “Facultad de Ciencias Políticas y Administrativas”, siendo su objetivo básicamente, preparar alumnos para desempeñar funciones en la Administración Pública, la diplomacia, y la finanzas públicas ante la mayor presencia del Estado.

Al variar las condiciones, sociales, económicas, políticas y el concepto de enseñanza, a la par que el reconocimiento de la importancia de las materias económicas, se cambió el nombre de la Facultad por el de “Facultad de Ciencias Políticas y Económicas” en 1920. Más tarde, durante el gobierno del Presidente Augusto B. Leguía y por medio del nuevo Estatuto Universitario, Ley 6041 del 19 de mayo de 1928, se modificó nuevamente el nombre, llamándose “Facultad de Ciencias Económicas”.

Por ello, que mejor telón de fondo para celebrar un aniversario más de nuestra Facultad de Ciencias Económicas, el 136º aniversario, dado que fue fundada un 7 de abril de 1875 durante el proyecto civilista de don Manuel Pardo, años previos a la Guerra del Guano y Salitre, donde nuestra Universidad señor decano, con el rector de ese entonces, decanos de diversas facultades como el mencionado Pradier de Foderé, profesores y estudiantes estuvieron en los parapetos y trincheras de San Juan y Miraflores el 13 y 15 de noviembre de 1881 en la llamada segunda división del Ejército de la Reserva de Lima, para defender el honor nacional ante la agresión de nuestro vecino del sur, sediento de las riquezas naturales que fueron la desgracia del Perú.

Pocas facultades por no decir ninguna, tienen entre sus méritos históricos el haber contribuido en la defensa de la patria, como lo hizo nuestra Universidad y Facultad en especial, donde los profesores en un acto de desprendimiento donaron el 25% de sus magros sueldos para la defensa nacional. Y nuestros estudiantes muchos de ellos ofrendaron sus vidas en la Defensa de Lima y participando en la Campaña de la Breña con el Brujo de Los Andes, nuestro mariscal Andrés A. Cáceres.

Bastaría revisar el largo listado de nuestros maestros y estudiantes que lucharon, nombres expuestos en el libro de Jenaro Herrera de 1927 titulado “La Universidad Mayor de San Marcos y la Guerra del Pacífico” libro escrito a solicitud del rector de ese entonces, José Matías Manzanilla, donde se presenta la contribución de sus docentes y estudiantes. Destacando entre sus docentes los doctores de la facultad: Dr. Manuel Alvarez Calderón catedrático de Economía Política, Estadística y Ciencia de Finanzas en la Facultad de Ciencias Políticas y administrativas, Manuel Vicente Morote, Ramón Ribeyro, Antenor Arias, Luis Felipe Villarán, Federico León y León, Manuel Aurelio Fuentes entre otros.

Esta riqueza del guano y salitre que el historiador de la República y también profesor de San Marcos, Jorge Basadre denominó “la riqueza falaz”, donde nuestro país desde 1842 hipotecó con el capital financiero internacional, los consignatarios y los grandes especuladores la riqueza guanera y salitrera, la misma que se desvalorizó durante la primera crisis general del capitalismo hacia los años 70 del siglo XIX.

Señor decano si la historia tiene un objetivo propedéutico las lecciones del pasado nos deben servir para no repetir los errores de ayer. Ello nos debe hacer repensar sobre el actual boom minero donde el Estado no está participando de las ganancias extraordinarias que genera la explotación de los recursos mineros no renovables. De allí, las debilidades fiscales para asumir sus responsabilidades como Estado frente a la salud, educación, seguridad social etc.

En su origen, la creación de la Facultad de Ciencias Económicas es el producto necesario de una serie de factores que se manifiestan en forma conjugada, durante la segunda década del siglo XX. En primer término, es la expresión de la modernización del Estado, producto a su vez de la expansión capitalista que al insertarse en sociedades de corte feudal, que adoptó desde fines del siglo pasado, el carácter de “enclaves económicos”, donde la racionalidad está marcada por la articulación del capital extranjero y la economía terrateniente.

Por ello, cuando se revisa la revista de la facultad de Ciencias Económicas y la producción de sus primeros profesores destaca la crítica a la producción primario exportadora, a los contratos de la Brea y Pariñas con el laudo con la IPC, y la aspiración de la recuperación de la soberanía sobre los recursos naturales.

Además, las nuevas funciones del Estado, los nuevos problemas sociales producto de la emergencia de los sectores populares expresadas posteriormente en el APRA y el Partido Comunista (PC), las consecuencias provenientes del fin de la Primera Guerra Mundial y la inestabilidad monetaria, entre otras cuestiones, requerían de la Universidad un cambio en la formación académica. Se necesitaban profesionales con conocimientos de economía, contabilidad, finanzas, administración.

En segundo lugar, la creación de la facultad se explica también por la demanda y reivindicaciones estudiantiles –de sectores medios emergentes, provincianos y urbanos, producto de la Reforma Universitaria (1919) –, que aspiraban a una educación científica-moderna, acorde a las nuevas necesidades de la sociedad, y como respuesta también a la emergencia social que sólo la educación universitaria consagraba en una sociedad oligárquica y estamental, con serias limitaciones en la movilización.

Por último, un tercer elemento estaría ligado al surgimiento del pensamiento socialista. Tal vez sea J.C. Mariátegui quien haya percibido con más nitidez que otros la necesidad de pensar la historia de manera diferente a la tradicional. Es decir, el imperativo de hacer historia entendida ésta como procesal, dialéctica, social. Así Mariátegui escribía hacia 1925:

“No es posible comprender la realidad peruana sin buscar y sin mirar el hecho económico. La nueva generación no la sabe, tal vez de un modo muy exacto. Pero lo siente de un modo muy enérgico. Se da cuenta de que el problema fundamental del Perú, que es del indio y de la tierra, es ante todo un problema de la economía peruana”.

Este es el contexto que explica la presencia de nuestra facultad en las primeras décadas del siglo pasado.

LA FACULTAD Y SUS PRIMEROS PROFESORES

Fue el 28 de mayo de 1928 cuando se realizó la sesión de instalación de la Facultad de Ciencias Económicas, bajo la Presidencia del Decano, Dr. Abraham Rodríguez Dulanto y la asistencia de distinguidos catedráticos. En aquella oportunidad se dio lectura al artículo 184 del Estatuto Universitario, que contenía la relación de las cátedras de la Facultad y los respectivos profesores, que a continuación señalamos y que están representados en el cuadro que antecede al despacho del señor decano:

– de Finanzas Especiales y Geografía Financiera General y del Perú, el Dr. Abraham Rodríguez Dulanto médico de profesión como F. Quesnay fundador de la Fisiciocracia;
– de Matemática Económica y Financiera, el Ing. Fernando Fuchs;
– de Economía Bancaria y Monetaria, el Sr. Ernesto Boggiano;
– de Economía Social, el Dr. Manuel Gonzáles Olaechea;
– de Geografía Económica General y del Perú, el Dr. Emilio Romero;
– de Historia Financiera General y del Perú, el Dr. Luis Ernesto Denegri;
– de Derecho Usual, el Dr. Mario Sosa;
– de Contabilidad Pública, el Sr. Ricardo Madueño.

A ellos se integraron los cursos y profesores correspondientes a la extinguida Facultad de Ciencias Políticas y Económicas:

– de Economía Política General y Economía Política Especial (curso
monográfico), el Dr. José Matías Manzanilla;
– de Historia Económica General y del Perú, el Dr. César A. Ugarte;
– de Estadística, el Dr. Oscar Arrús;
– de Legislación Consular y Aduanera del Perú, el Dr. Alberto Freundt Rosell;
– de Derecho Comercial Internacional Público y Privado, el Dr. Gerardo Balbuena.

Una cuestión que merece destacarse en algunos profesores tales como J.M. Manzanilla, Emilio Romero y C.A. Ugarte, es la actualidad de sus conocimientos en relación con el desarrollo de la ciencia de la época. Ello se puede verificar revisando por ejemplo, los programas de estudios de los cursos que fueron publicados sucesivamente en los siete primeros números de la “Revista Económica y Financiera”, órgano de la Facultad que se editó a partir de abril de 1928 el último de ellos, correspondiente a los meses finales de 1929.

La Revista volverá a ser publicada hacia 1937 bajo el nombre de “Revista de la Facultad de Ciencias Económicas y Comerciales” hasta 1968, y desde 1994 al 2011 se retoma la tradición con la publicación sistemática de la Revista Institucional de la Facultad de Ciencias Económicas para posteriormente publicar también la Revista Pensamiento Crítico, revista del Instituto de Investigaciones Económicas (IIE) que tuvo en el profesor Enrique Palacios su primer mentor y director.

En lo fundamental la estructura curricular de 1928 se mantiene hasta muy avanzada la década del ’40. Es cierto que hay cambios –producto del aumento estudiantil que obliga al desdoblamiento de cursos, cambios que obedecen a la dinámica política estudiantil, profesional, etc., pero en lo central existe una continuidad. La misma que se fractura hacia inicios de los años sesenta cuando
ante el influjo de las teorías cepalianas, y la necesidad de reformas económicas auspiciadas por los organismos multilaterales como FMI-BM que implicaban reformas estructurales con una mayor intervención del Estado, y la aplicación del modelo de sustitución de importaciones en el proceso de industrialización, es que la antigua Facultad de Ciencias Económicas se transforma en las facultades de administración, facultad de ciencias contables y ciencias económicas con cuerpos docentes y administrativos diferenciados

Es más, fueron los estudiantes de economía que hacinados en la calle Tigre cerca al Congreso de la República, los que tomaron la iniciativa con jóvenes profesores para el traslado de las carpetas y ocupar las instalaciones de este pabellón, hacia fines de la década del sesenta.

Siempre los grandes cambios señor decano, en la universidad y en la facultad han estado promovidos por la fuerza estudiantil, cuya generosidad y entrega debe ser reconocida. Más bien somos los profesores el estamento tradicional y muchas veces refractarios al cambio.

LA FACULTAD Y LA CRISIS

Si bien la primera crisis general del capitalismo en 1870, la crisis de 1929, de 1970 y la última del 2008 nos demuestran el carácter cíclico de la economía, con sus fases de crecimiento, auge, recesión y crisis, este proceso siempre ha sido una preocupación de la facultad para interrogarse sobre la naturaleza de las crisis y sus efectos. De allí, que fueron sus profesores investigadores los que siempre se preguntaron sobre el origen y los efectos internos de la crisis del capitalismo internacional.

De allí que en correspondencia a esta tradición fue una legítima preocupación de la Escuela de Economía con el profesor Hugo Sánchez y el profesor Humberto Campodónico y la facultad organizar el Seminario Internacional “Crisis Global y los Mitos del Libre Comercio” durante el 15 de mayo al 19 del 2009, donde la facultad se convirtió en un referente nacional e internacional. Prueba de ello fue la presencia del Dr. Anwar Shaikh de la Escuela de Investigaciones Sociales de New York, contando con la participación de reconocidos investigadores nacionales.

Por ello, podemos afirmar que exista una línea de continuidad entre los trabajos de C.A Ugarte, Matías Manzanilla, Luis Miró Quesada, con los investigadores de los años cincuenta Bruno Moll, Emilio Romero, Erasmo Roca, Leoncio Palacios, Carlos Capuñay, Gregorio Garayar, con el pensamiento crítico de Pedro Castro, Fernando González Vigil, Ñuflo Chávez, Alvaro Mendoza, Pacífico Huamán, Virgilio Roel y tantos otros profesores que pasaron por nuestra alma mater desde los años de 1970 a la actualidad.

LA CONTRIBUCIÓN

Si uno de los principales aportes de la Facultad es la publicación permanente de la Revista de Ciencias Económicas, vocero encargado de divulgar los trabajos de sus investigadores, y será el tiempo el que explique la relevancia de los artículos, no podemos dejar de reconocer a nuestros escribas destacando con sus escritos los profesores, Campodónico, Lezama, Sanabria, Aquino, Cortéz, Valdéz, Orozco, Cárdenas Nuñez, León, Medianero, Barrientos, Cruz Labrín, Medrano, Pacheco, Barrera Herrera, Cóndor, Macines, Mosquera, Guidice, Fernández, Roca, Rivas, Paz y tantos otros cuyos nombres están preservados en la revista.

Al respecto recuerdo que en discurso del año 2000 afirmaba que: “Quienes dirigen la Facultad de Ciencias Económicas de San Marcos están convencidos de que la formación del economista debe estar en permanente confrontación entre la teoría y la realidad. La historia de la Facultad está comprometida con los más importantes procesos histórico-sociales del país”, así lo manifesté ya en el discurso de orden que pronuncié al conmemorarse el 125 aniversario de la facultad, en el año 2000, en una ceremonia que se realizó en el Salón General del Centro Cultural de nuestra universidad, en la Vieja Casona del Parque Universitario que bien lo resume el poeta Juan Gonzalo Rose, “San Marcos es nido de inquietudes y plaza de victorias”.

Al respecto no es posible pensar en el Instituto Nacional de Estadística (INEI) sin el esfuerzo y participación de nuestros egresados y profesionales. Solamente recordar que en los primeros años de la década de los sesenta, señor decano, profesores y alumnos de la facultad construyeron la primera tabla de Insumo Producto, Chekley, Roel, Garagay hicieron posible la primera tabla que mide la Interdependencia Sectorial.

Por ello existe un hilo conductor entre sus primeros responsables del Instituto de Estadística con el difunto Dr. Franco Cosquillo, también con el fallecido tempranamente Gustavo Chávez Villacorta, con los ex directores Aurelio Valdés, Renán Quispe todos sanmarquinos y muchos más que han desplegado sus capacidades profesionales en el levantamiento de la estadística económica.

Lo mismo se podría afirmar respecto al Instituto Nacional de Planificación (INP) que tuvo en el doctor Virgilio Roel uno de sus más enérgicos propulsores. Al igual que la partida de nacimiento del BCR con la Misión Kemerer hacia 1931. Lo mismo en los orígenes de la Cámara de Comercio de Lima desde el siglo pasado, y en los últimos años con la dra. Fernández Baca, el Dr.César Peñaranda y el profesor Chávez Polo, pues esta institución está vinculada a nuestra facultad.
Lo mismo se podría afirmar con el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) donde muchos de nuestros egresados han ocupado puestos de responsabilidades direcciones generales, viceministerios etc.

Señor decano por las aulas de la Facultad de Ciencias Económicas en sus 136 años han transitado presidentes de la Repúblicas (Nicolás de Piérola, Manuel Pardo), Ministros de Estado (Matías Manzanilla, Emillio Romero, Silva Ruete, Manuel Ulloa, Vásquez Bazán, Jesús Alvarado), congresistas, alcaldes, empresarios de éxito, decanos de colegio de economistas, funcionarios internacionales, profesores visitantes reconocidos, directores de empresas, líderes de opinión, profesionales exitosos, docentes universitarios en varias universidades públicas y privadas, como prueba de la trascendencia y utilidad social de nuestra facultad.

Por ello, en este magno día cuando recordamos un aniversario más de nuestra querida Facultad solamente nos queda como reto posicionar a nuestra facultad y universidad en el liderazgo académico y profesional a pesar de las restricciones presupuestales. Ello supone superar nuestras limitaciones económicas, políticas y culturales, para hacer una facultad competitiva, creativa, solvente que asegure el éxito profesional a sus egresados, y que contribuya con el bienestar del país.


Muchas Gracias

Discurso de Orden

Profesor Investigador Jorge Manco Zaconetti